A) Verosimilitud y realismo son dos cosas diferentes. Las novelas de misterio de esa época suelen ser tan verosímiles y poco realistas como lo pueda ser una novela de Dickens. Yo tampoco me creo nada de lo que pasa en Vertigo, pero sigue siendo una perfecta candidata válida a mejor película de la historia. Y como decía el propio Kubrick, un film no tiene la obligación de ser realista, sino de ser interesante.
B) Efectivamente, esto no tiene nada que ver con el relato original. Y ciertamente, ni siquiera estaba ambientado en Venecia. El día de difuntos no era más que una anécdota en un pueblecito inglés, carente de toda importancia.
C) Aunque algunos os empecinéis en ello, los relatos detectivescos son eso: relatos. Nunca han sido un juego con el espectador para ver si este resuelve el caso. Ha habido movimientos, grupos de escritores y autores sueltos que se lo han planteado, apostando por revelarlo todo para que el lector pueda hacerlo, pero históricamente la gran mayoría de las historias de detectives no son un juego de Cluedo, sino una manera de contar una historia bajo una premisa y cuya resolución en realidad no deja de ser la guinda del pastel, y no el pastel mismo. Y con Christie la mayoría de las veces la pista final te la revela el detective justo al final también. Y eso no es un defecto. Ni una virtud. Ni un inconveniente. Es la naturaleza de la bestia. El único problema es empecinarse en que una historia sea lo que nunca pretendió ser.
Con que tengas en cuenta que uno de los perennes top 10 en las listas de las mejores novelas de misterio de la historia se basa en el hecho de que el narrador te miente a la cara sin vergüenza te lo digo todo. Escrita por el padre de uno de los mejores actores de su generación, ya retirado. También era poeta. A ver si adivináis quién es. He dejado otra pista en mi párrafo anterior, para que luego digáis que no os dejamos suficiente para deducir.
¿El señor Cecil Day-Lewis?.
PD: Si he acertado quiero mi caramelito.![]()