Un gato puede ser una mascota muy satisfactoria. Pero la gente no entiende que un gato no es un perro y por tanto tiene psicologías de funcionamiento distintas.
Para que un gato sea una buena mascota, es necesario destetarlo lo antes posible y separarlo de su madre gata. Entonces el gatito tratado con cariño, tiene una etapa en que se hace sociable con la gente y animales, que le rodea. Convivirá pacíficamente con todos. Como le das de comer, asume que eres su madre mientras es un cachorrito. Cuando va creciendo se hace amigo y si se le trata con cariño, se hace muy buen amigo y confía en su dueño y es una mascota muy afectuosa. A veces él caza para tí y viene con la presa en la boca para ofrecertela y hace que ser muy cuidadoso al quitarle el animal de la boca, si está vivo, ya sea un pájaro u otro. Sin maltratarlo, porque te la está ofreciendo.
Lo bueno de un gato con respecto a un perro, es que son mascotas muy limpias, sus deposiciones las entierran y puedes dejarlos solos con comida y agua y se las va arreglando. Aunque a veces se va a las casas del vecindario, porque echan de menos la compañia humana. Necesitan una puerta para gatos, para que entren y salgan libremente. Y hay que tener en cuenta, que los gatos son como autistas. Cualquier cambio en su territorio, les afecta. Siempre está explorando y asimilando las cosas que cambian. Por eso no es conveniente llevarlos de viaje. Si hay que cambiar de casa, hay que encerrarlo en ella durante al menos un mes, para que asuma su nueva situación y se adapte poco a poco. Pues un cambio brusco les lleva a estar incómodos. Si pueden escaparse lo harán para intentar volver a su antigua casa.