Revisada anoche en 4K con HDR y toda la pesca.
Sigo estando igual de perplejo que a finales de Septiembre. Coppola compone sus planos con mucho esmero, la fotografía de Malaimare es increíble, el diseño de producción descaradamente teatral es muy imaginativo y la película resulta a partes iguales divertida, refrescante, fascinante y emotiva, con un ritmo impecable y una historia sencilla y perfectamente accesible por todo el mundo, sin renunciar por ello a contener múltiples aristas o matices (entre ellas una interesantísima lectura autobiográfica, de manera incluso más patente que en Tucker), y que en última instancia acaba atrapándote por su desarmante sinceridad.
En lo formal, la imaginería visual de Coppola deja múltiples instantes para el recuerdo, especialmente en la segunda mitad del film. Si a eso le sumamos una estupenda dirección de actores (muy medida desde las coordenadas dadas a cada intérprete) y una partitura maravillosa de Osvaldo Golijov, pues ya tenemos todos los elementos necesarios para una muy buena película.
¿Por qué no es redonda? Bueno, Coppola no prioriza el worldbuilding, y algunos elementos secundarios se quedan sin cerrar debidamente, lo que resulta, en cierta manera, algo frustrante. Aunque el foco está puesto en la trama y personajes principales y muchos de los elementos secundarios son metafóricos, uno no puede evitar querer sumergirse a fondo en ese mundo, y pasar más tiempo allí.
En ese sentido, el otro elemento que resta puntos a la película es una excesiva compresión de la trama en los últimos 30 minutos de metraje, subyugantes en lo cinematográfico, pero durante los que suceden muchas cosas muy rápidamente . ¿Se explican y cierran apropiadamente? A mi juicio si, y aunque la edición ayuda a mantener un buen ritmo y jamás pierde de vista la claridad expositiva, uno no puede evitar cierta sensación de apresuramiento, y de que se tuvieron que adoptar soluciones de compromiso (muchas de ellas muy imaginativas, sin duda, si algo tiene esta película es personalidad), porque se quedaban sin tiempo y probablemente sin presupuesto.
Un 8. La mejor película de Coppola desde la infravalorada y ninguneada Youth Without Youth.
Con todo, estoy de acuerdo con BruceTimm: estaría receptivo ante un corte de 4 horas de esto, e incluso más largo.