Otro decepcionado con este cierre.

No sumaré mucho a lo ya expuesto. Indefinición, puede que sea lo que la define. Me he encontrado mirando la hora en un par de ocasiones, y es que pese a que la forma está bien solventada, y las interpretaciones, en general son de aprobado raspado (me ha convencido especialmente Kevin Bacon, que creo que se lo pasado bastante bien), el guión no me lleva a ningún sitio.

Incluso no veo una justificación a situarla en 1985, ya que salvo la ausencia de teléfonos móviles, no hay prácticamente nada que la separe de una ambientación más contemporánea.

Eso sí, es divertido ver los mil guiños cinefilos. Aunque finalmente, es lo único que me ha hecho sonreír.

Me quedo con Pearl. Sin duda.