Mi opinión.
Para este viaje no se necesitaban tantas alforjas. AQUÍ alabo la intencionalidad subversiva, Convenio de Berna mediante, porque es una AUTORA tratando de reenfocar y recodificar SU PROPIA obra (no tres advenedizos -la traidora, el mediocre y el incompetente- demoliendo legados ajenos que les vienen enormes, por ejemplo) y el juego meta- , un tanto hipócrita porque en última instancia acaba sucumbiendo a aquellos "convencionalismos" de los que evidentemente se mofa en el primer acto (el más reivindicable, a mi criterio) y de hecho tiene su climax elefantiásico, sus apelaciones ideológicas (inevitables, y que disculpo, dada la coyuntura personal de la autora), e incluso su
, regadas con sarcasmo bombástico, filosofía existencialista y demás PERO considero NUNCA está a la altura de su referencia estructural directa (la primera) y no deja de sentirse como una pequeña broma, desde el romanticismo (se acepta) quizás demasiado autorreferencial, subrayada y consciente.
Además, es una adición a la franquicia BASTANTE más descuidada formalmente (en composiciones, referencia espacial de los personajes en el encuadre, coreografía y planificación), e incluso en OST, cohesión y desarrollo de personajes. No obstante, creo que es MUY honesta y directa, desde el primer momento, y eso se agradece. Y pasa como un tiro. Y lo más importante, SU AUTORA necesitaba hacerla (la andanada a Warner es desopilante y tal pero hay declaración taxativa). Necesitaba reencontrarse con sus DOS personajes y llevarlos hasta ahí, guste más o menos. Le ha echado arrestos, eso se lo concedo.