Se le diagnosticó un trastorno bipolar, lo que le hizo tener que apartarse del cine. Consiguió controlarlo y tener una vida normal, tratamiento mediante. Compuso en esta etapa dos celebradas óperas, una de ellas (Rio de Sangre), basada en bodas de sangre de Lorca.


Regresó en 2017 a la composición cinematográfica con una película japonesa (Tokio Ghoul), donde demostró que no había perdido un ápice de su talento, y ha vuelto también a retomar su faceta de orquestador para amigos veteranos como Randy Newman (con quien había trabajado durante muchos años), en partituras como Cars 3 o la más reciente Toy Story 4.


Esperemos que le salgan proyectos cinematográficos, o que le llamen para esta Matrix 4. Aún no se ha anunciado el compositor...


Gran talento, el estilo postmoderno de la trilogía Matrix demostró que los planteamientos de la música de concierto orquestal contemporánea son aplicables perfectamente al cine. Fue algo original y refrescante en 1999. Ese y no el modus operandi de Zimmer debió haber sido el nuevo sonido que se implantase en Hollywood. Por desgracia no duró. Demasiada complejidad musical.


La obra de la que bebe Matrix, por si tienes curiosidad, Jacka: