Continúo con una especie de semana monstruosa. Hoy he revisitado la versión de 2004.
Poco puedo añadir que no haya dicho ya: si acaso, incluso puede que haya bajado algún que otro punto. A ver, es una versión muy fiel (quizá la más fiel de todas) de Frankenstein y está hecha con gran corrección, pero le falta algo, principalmente, mayor terror y mayor suspense. Es todo muy PG-13, muy correcto, muy domesticadito y previsible: nada de sangre, muy poquito gore, por supuesto nada de desnudos, todo muy primaveral y muy bonito (se echan en falta, por ejemplo, cosas como aquello de Remando al viento que comentaba hace poco, que ves cómo la película empieza en unos ambientes muy luminosos y sonrientes y se va volviendo gradualmente más oscura y desolada). Aquí, salvo algún momento puntual (la escena de la creación del Monstruo, su encuentro con Justine, el regreso de Victor a Ingoldstadt, las escenas finales en el Ártico...), todo es muy soleado y bucólico. Si la versión de Kenneth Brannagh (que espero poder revisitar esta misma semana), peca por exceso, ésta de Kevin Connor acaso lo haga por defecto, por no llegar hasta donde la otra llegaba y se pasaba. La dirección de Connor, por otra parte, es algo plana y rutinaria, se nota mucho la estructura de telefilme, y el montaje no es del todo acertado. Además hay algún que otro agujero por el guión y cosas que no se explican bien. Algún que otro diálogo peca en exceso de simplista; también se echa en falta algo más de desarrollo en los personajes, o más bien, de implicación en los mismos, porque creo que de hecho estamos ante dos de los pocos Victor Frankenstein/su Monstruo que reflejan más o menos con fidelidad el carácter de ambos en el libro y alguna de las situaciones en que se ven envueltos. Porque resulta que aquí (al contrario de lo que pasa en la novela, donde no hay buenos ni malos claros), hay un Victor Frankenstein muy malo (malo hasta el extremo de apuñalar a su propio Monstruo por la espalda) y un Monstruo muy bueno (vale, sí, se carga a unas cuantas personas, pero lo hace casi sin querer y cuando ya no le queda otra, y después llora y se lamenta mucho). Y éso que la miniserie ésta es larga: casi tres horas, que en algún momento se hacen algo pesadas, por más que el transcurso del tiempo tampoco queda muy bien reflejado. A pesar de eso, hay unos excelentes valores de producción; la ambientación es muy bonita (está rodada en Alemania y Eslovaquia) y el vestuario está cuidado. Algunas escenas, incluso, recuerdan mucho a las ilustraciones de Bernie Wrigston, que pueden haber servido como fuente de inspiración:
Mención aparte merece la bellísima banda sonora, con referencias acá y allá a Beethoven (la -mal llamada- sonata del claro de luna), Barber (el famoso Adagio) y Bach. El tema principal, una especie de desgarrada melodía interpretada por la sección de cuerda, hace pensar en una ráfaga de aire frío y desolado, reflejando los parajes que que transcurre la historia (y especialmente, aquellos con los que empieza y acaba, las soledades árticas), pero también, en un angustioso lamento que de pronto adquiere un aire altivo y amenazante: justo como el carácter del Monstruo (seguro que Branagh Doyle lo explica mejor). Inolvidable.
Luke Goss como la Criatura -realmente no hace ni parece nada que le haga merecedor del apelativo "monstruo"- es sin duda alguna la Criatura de Frankenstein más frágil e inocente que hayamos visto en las adaptaciones de la novela. Ayuda bastante también a esto el hecho de que es significativamente más joven que la mayoría de los actores que hemos visto encarnando al personaje (siempre he sostenido que este es un papel que demanda juventud, y tengamos en cuenta además que el setenta por ciento de los personajes de Frankenstein rozan la treintena o son incluso más jóvenes) y el maquillaje y vestuario: bastante fieles al libro pero también extremadamente poco monstruosos. Es evidente además que les interesaba aquí más la Criatura que el Creador, porque los momentos más bonitos y conmovedores de la película los tiene él: su reacción ante el cadáver de Justine, ante la inconclusa Novia, la lectura de El Paraíso Perdido...Estamos quizá ante el Monstruo más romántico y leído de los vistos en la pantalla. Lástima que, si bien Goss acierta a la hora de reflejar la inocencia y delicadeza de la abominación frankensteiniana (hablando con una suave y ligeramente rota voz -encuentro especialmente de agradecer que no hable a lo indio o a base de gruñidos simiescos- y un maquillaje de apariencia pálida y macilenta, que le hace parecer un enfermo terminal de alguna cosa chunga más que un verdadero monstruo), no convenza a la hora de mostrar su pasión y su fiereza (había momentos en que me recordaba al Gollum de El Señor de los Anillos). Hubiese sido de agradecer un Monstruo más fuerte y carismático, no sólo en el sentido físico: hacía falta más rabia y más mala leche, el Ángel Caído, el Demonio.
Se puede decir lo mismo de Alec Newman como un Victor Frankentein un tanto vacilante (bueno, de entrada es rubio, joven y delgado, así que, desde mi punto de vista, tiene el treinta por ciento del papel hecho). El insolente e inconstante mocoso, el insoportable niño de papá están bien reflejados, pero se echa en falta algo de la maldad y el carisma de, por ejemplo, un Peter Cushing, o el atormentado carácter de un Colin Clive. Tenemos también por ahí a Dan Stevens (que hubiera sido también un gran Victor Frankenstein) en un papelito bastante decorativo como Henry Clerval y a Julie Delpie y a Nicole Lewis como Caroline y Elizabeth Frankenstein, respectivamente (la primera casi parece la novia más que la madre): las dos, todo lo dulces e inocentes que cabe esperar de semejantes personajes. William Hurt como el profesor Waldman es quizá la interpretación que más chirría en medio de un conjunto correcto: no se sabe a santo de qué se pone a fingir ese horrible acento alemán -cuando ningún otro personaje lo tiene-, como si estuviera en El jovencito Frankentein o algo así. Donald Sutherland como el capitán Walton también lo hace bien, pero hubiera sido deseable un actor más joven para este papel (Walton, al igual que el propio Monstruo, no sin sino dobles del propio Frankenstein).
Bueno, es, pese a todo, muy bonita de ver y la que más se acerca al libro, pero yo sigo teniendo la impresión de que la adaptación definitiva de esta novela aún está por hacerse.
Echo de menos a Bela, Diodati y demás peña por estos hilos![]()