"Immortan Joe es posiblemente el menos desalmado de todos los villanos de la saga (el más complejo). Es un sátrapa y un dictador, sí, pero no un tipo especialmente cruel para los estándares de un mundo tan jodido. No es la mismísima encarnación del mal de un Toecutter; ni un sádico degenerado como Houmungus; ni siquiera una rata traicionera y homicida como Aunty Entity. Sólo busca su propio bienestar y el de su familia (no desprecia a sus hijos, a pesar de sus discapacidades... no es un monstruo que no siente ni padece; es humano) y nunca se le ve tratar de manera injusta, arbitraria o gratuita a sus subordinados, soldados media vida (a los que se les tratan sus enfermedades a pesar de que estén a punto de morir... como Nux) o al resto de su "corte" (las señoras que son ordeñadas parece que estén en la peluquería; las reproductoras viven en un piso de lujo acorazado. No son libres... pero más allá de su condición forzada disfrutan de todo tipo de comodidades. No parece que reciban malos tratos (más allá de que Joe las fuerce a ser sus esposas, claro) y tienen un aspecto sano e inmejorable además de disfrutar de comida, agua y protección frente a un mundo hostil y brutal que a lo mejor ni conocen - ¿son verdaderamente libres al tomar su decisión de querer serlo?-... y sus futuros hijos serán "príncipes" que también disfrutaran de esos privilegios). Joe tiene, en definitiva, una visión del mundo y de la justicia que ejerce con puño de hierro para salvaguardar su "paraíso" de las hordas de salvajes hostiles que lo circundan (y que incluirían al propio Max). A nosotros nos parece intolerable, claro... pero de lo que se trata es de remarcar que el líder de la ciudadela es mucho más que un simple psicópata de aspecto grotesco. Es una cara más del poliedro que conforman los principales personajes de la película y que, al final, resulta ser mucho más regular de lo que podría pensarse a simple vista... Joe, Max, Nux o Furiosa son mucho más parecidos de lo que, en el fondo, les gustaría reconocer.
Hay un rollo existencial unamuniano que flota en torno a todos y que casi los iguala. Joe lo sabe, y crea una fantasía pragmática para afrontar ese mundo plagado de hambre, sed, enfermedades, locura y salvajismo. Anula el conflicto entre Razón (que nos dice que todo es una mierda, un doloroso sinsentido por el que no merece la pena mover un músculo) e Instinto (que nos impele a seguir vivos sea como sea) mediante ese Valhalla de héroes cromados que cumple las expectativas y llena los impulsos vitales de unos hombres que, de esa forma, se sienten realizados. Esto es un aspecto brillante de la película: primero porque nos habla del mundo de hoy (los frustrados occidentales sin rumbo, aburridos, nihilistas, escépticos, decadentes... frente a orientales que creen en ideales por los que están dispuestos a morir); segundo porque reflexiona sobre ello hasta límites incomodísimos (Nux y sus compañeros SON VERDADERAMENTE FELICES como guerreros de Joe, incluso a pesar de estar gravemente enfermos o a punto de morir "¡Qué gran día!", dice... El fulano disfruta como un enano... y en su despertar femenino supuestamente liberador -una Eva le separa de su Dios, Joe, abriéndole los ojos a su verdadera condición- nunca encuentra esa euforia y felicidad. Más bien una condena lenta y agónica. Compárense sus "sed testigos" del principio y del final. En los primeros hay esperanza y gloria... en el último un angustioso sentimiento de pérdida); tercero porque Miller nos mete a los espectadores en la ecuación (no hay más que leer los comentarios de la gente que sale engorilada del cine conduciendo a toda hostia. Esa celebración de salvajismo animal, de virilidad desatada, de la vida misma, es un caramelo, un droga que seduce a todos los hombres... forma parte de nosotros. Ese es el poso que deja la película y no que colaboremos entre todos y plantemos semillitas. El director nos monta en la caravana con todos ellos, en su circo de coches y seres monstruososos hasta que acabamos ebrios y gritando también -cuando salen los créditos- ¡Qué gran día!) y cuarto porque, al fin, iguala a todos los personajes.
Me extiendo un poco más en lo de Nux y su doloroso paso de la felicidad eufórica del comienzo a su lamentable anulación y muerte (es un personaje primordial, por lo que simboliza). La Eva pelirroja que le abre los ojos (dándole de comer una manzana en forma de discurso que supuestamente lo libera) simplemente está abriendo ante él el abismo de la Razón. Otra vez Unamuno: el fulano toma conciencia de sí mismo al hacerse consciente su propio dolor. Y es únicamente en el posterior reconocerse y refocilarse vilmente en el dolor ajeno lo que hace que brote el amor entre ambos. El origen del amor y la empatía pasa siempre por el DOLOR. El "sed testigos" cambia aparentemente de sentido pero, en esencia, cumple el mismo fin. La íntima aspiración del hombre a la inmortalidad, a través de la inmolación por un bien superior que nos haga merecedores de la misma. La superación de la tragedia a través del heroísmo que en el filósofo vasco encarnaba otro "loco" como Max.
En definitiva, la conducta de las mujeres de la película podría definirse como caprichosa. Sus ansias de libertad dejan un reguero de víctimas que nunca consideran como propio. Su vida de comodidades (Furiosa es una "jefa"... pero eso no es suficiente para ella) donde sus necesidades básicas (comida, agua, refugio, seguridad) están cubiertas las conducen a la rebelión. No son los miserables que viven de las sobras de la ciudadela los que se rebelan (sólo piensan en cubrir esas necesidades), sino las "burguesas".
Recordemos, además, que ellas ya tenían su paraíso feminista. Su matriarcado feliz (al que Furiosa trata de volver). Pero (esto es importantísimo) se fue al cuerno. No queda nada. Y no por raiders u hombres salvajes violentos y libidinosos. Simplemente lo gestionaron mal cuando vinieron mal dadas. Fracasaron. Y las muy ingenuas muestran una actitud complaciente, sin atisbo de autocrítica y con una ingenuidad que se acerca peligrosamente a obscena hipocresía: "Antes no era necesario matar; cuando todos tenían lo necesario" Es decir, cuando me conviene hago encerronas y trampas poniendo a una de nosotras en pelotas para dispararle en la médula al tonto de turno; el primero que pase por allí sea quien sea (para no querer matar bien que presume la señora semillas del número de víctimas y de médulas despachadas; bien que disfrutan todas matando hombres; escupiéndoles, llamándolos sucios, etc.). No atacaron a los perseguidos simplemente porque Furiosa resultó ser de su familia (exactamente la misma conducta que tiene Joe protegiendo a la suya).
Se podría decir que Miller se las toma sibilinamente a guasa (la primera aparición de las reproductoras es un cliché de fantasía hormonal adolescente: Casi en cueros y refrescándose -más bien refocilándose- en el agua de una manguera; los atropellos finales de aquellas que parece que se van a salvar espectacularmente). Todo ese supuesto discurso feminista es tan básico y endeble que sólo así se puede justificar (los saludos entre ellas, los nombres esperpénticos o los ridículos gestos de duelo y recuerdo a las caídas son un reverso paródico pero igual de risible de los códigos masculinos vistos en la primera parte del film).
Hay que decir también que es un hombre, Max, el que las hace cambiar de dirección... volviendo por donde han venido. Furiosa se desvía de lo establecido (sale de la carretera para, desierto a través, emanciparse y matar al padre, a Dios, a Joe, a la Naturaleza) pero acaba en el mismo jodido sitio. Irónico. Tanta rebelión y tanta leche para terminar igual ("en lugar de un señor oscuro pondrás a una señora, bella y terrible" que diría Galadriel... ejemplos hay en nuestro mundo... o en el de Max como Aunty Entity). Porque ese era el objetivo, el fin último de sus ansias de libertad. ¿Libertad para qué, en suma? Pues, en su infinita arrogancia, para mandar ella, claro. Pero, ¿quiénes la colocan en esa posición de poder? Dos hombres: Max, que incluso le salva la vida con su sangre y Nux, que en vez de sacrificarse por Joe lo hace por ellas. Todo parece muy liberador, pero mal empiezan despilfarrando sus recursos en un buenismo que a la postre puede resultar suicida (repitiéndose el ciclo con otro paraíso verde echado a perder). El escepticismo de Max sí es real. No se va a a quedar para ver ese aciago e inevitable futuro.
Hay un momento brutal en ese final. El único momento de "no acción" verdaderamente sobrecogedor en toda la película (aunque en el montaje se repite varias veces, perdiendo eficacia...). El hijo discapacitado de Joe mirando con terror a su alrededor angustiado ante su futuro. ¿Qué será de él ahora? Y Miller lo deja deliberadamente en suspenso...
También serían dignos de comentarse a fondo los aspectos teológicos de la película, las influencias de otras producciones a su vez influenciadas por las primeras entregas (El australiano afirma haberlas visto todas... no sé si el atropello orgasmo cuenta como Deathproofiano o no), los inagotables guiños a la saga (recortadas que no disparan por ¿azar?, ancianas protectoras que amenazan al mismo actor escopeta en ristre, cajas de música, recopilación de armas escondidas,etc.) o lo brillante de la música en vivo, cambiando las gaitas de antaño por guitarras distorsionadas que tocan boga de ariete".