Revisado
Gran Casino, de 1947, primer film de Luis Buñuel en México. En esta ocasión, a diferencia de
El gran Calavera, que comenté ayer, se trata sin duda de un film que dejó poco margen de maniobra a Buñuel, ya que por encima de todo es un vehículo de lucimiento para dos de las más grandes estrellas del mundo latinoamericano de la época: la argentina Libertad Lamarque y el mexicanísimo Jorge Negrete, actor al que le veo un cierto aire a lo Clark Gable, tan de moda en la época.
http://www.biografiasyvidas.com/biog...os/negrete.jpg
http://imgc.allpostersimages.com/ima...le-c-1930s.jpg
Limitados en su registro actoral, ambos dan rienda suelta a sus supuestas cualidades como cantantes. Así, venga o no a cuento (en especial en el caso de Negrete, ya que al menos Lamarque representa que es una cantante), se arrancan a “deleitarnos” los oídos con sus canciones: tangos de Lamarque, romanzas mexicanas de Negrete. En el caso del mexicano, no sé si en un detalle decidido por Buñuel, casi surrealista, casi siempre que se lanza al canto aparece un coro improvisado de tres individuos que parecen surgir de la nada.
Si, como es mi caso, los gorgoritos mexicano-argentinos de la pareja protagonista más bien resultan cargantes, el resto de la película es más bien poca cosa. En un campo petrolífero, un misterioso
trust (que al final resultará que está dirigido por unos alemanes tan inquietantes como la banda de nazis de
Encadenados) utiliza al dueño del casino y su banda de matones para amedrentar al propietario de una explotación que quiere ir por libre y no vender sus pozos. Negrete aparece por allí, recién salidito de la trena, para conseguir trabajo y de paso ayudarlo a luchar contra el
trust, aunque el propietario va a desaparecer poco después misteriosamente. Lamarque es la hermana del propietario resistente, de visita a México, y que se va a quedar camuflada como cantante en el casino para averiguar qué ha pasado con su hermano, a quien finalmente dan por muerto.
Poco se puede decir a favor del film, aunque hay que reconocer que Buñuel demuestra una vez más que era un gran profesional, y filma una trama tan poco atractiva con oficio y dejando caer aquí y allá algún detalle marca de la casa. A destacar: un travelling de aproximación al hueco de la ventana de la prisión por donde escapará Negrete, que se convierte en una elipsis que nos deja al personaje en el campo petrolífero; un travelling panorámico, de 360 grados, que filma la actuación de una cantante del casino; una curiosa escena romántica entre Negrete y Lamarque, en que el mexicano se dedica a hurgar un charco de chapapote con un palo mientras hablan;
https://i.ytimg.com/vi/AaHMjWOd8T4/hqdefault.jpg
la imagen de un cristal que se rompe superpuesta al golpeo en la cabeza que recibe uno de los matones; o el final, explosivo en sentido literal, ya que si en
El gran Calavera Buñuel “dinamitaba” la ceremonia de boda en una iglesia, aquí pone el punto final a base de dinamita de la buena.
En resumen, quizá lo más flojo de Buñuel en México, pero aun así un film correcto dentro de esa cinematografía popular y de género que él mismo intentó llevar a buen puerto en España durante la época de la II República. Películas como esta en Hollywood se hicieron a decenas, aunque con otro acento.