El tema daría para muchos posts, pero avanzo algo de lo que para mí sería una película lovecraftiana. Tendría menos que ver con lo temático (aunque sería inevitable aproximarse a la mitología lovecraftiana) que con el tono de la narración. En su narrativa casi siempre estamos ante la investigación llevada a cabo por un ser solitario, obsesivo, a menudo poco o nada sociable, que se va adentrando en un mundo que escapa a los límites de la realidad cotidiana. Ha de haber esa sensación de extrañeza, casi enloquecedora, por la que pasan generalmente sus protagonistas, ese vértigo cosmológico. En definitiva, verse arrojado a lo extremo, hasta el punto de perder el control sobre la realidad y sobre uno mismo, casi en un éxtasis (con frecuencia sus personajes se desmayan, pierden el sentido). Lo que hasta ahora he visto en las adaptaciones es más el interés por lo externo de la obra del de Providence que por lo interno, supongo que porque es más fácil quedarse en el nivel del "monstruo de la semana" (a lo X Files) que penetrar en las interioridades del ser, que es donde se libran los combates lovecraftianos, o al menos así lo veo yo.




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