A veces, la mejor forma de adaptar a un autor no es trasladando cada palabra de su obra a la pantalla, sino recreando su estilo y su atmósfera.
Lovecraft es de esos autores cuya obra pierde gran parte la gracia si la vemos convertida en imágenes, de modo que, puestos a elegir, me quedo con "adaptaciones" como En la boca del miedo, que en vez de adaptar las palabras, adaptan el espíritu del autor.