Aunque la conexión con Lovecraft me parece inexistente, hay cierta similitud entre la horrorosa segunda parte de
La herencia Valdemar, con su invocación zarzuelera a Cthulhu, y el clímax de
Capitán Trueno y el Santo Grial, de Antonio Hernández, desangelada encarnación fílmica del personaje creado en los 50 por Víctor Mora (bajo el pseudónimo
ad hoc de Víctor Alcázar). Aquí, por medio del Santo Grial traído desde Tierra Santa, el pérfido
Sir Black invoca a una entidad luciferina que mora condenada en las entrañas de la Tierra. El tal ente, con aspecto de gigantesco cipote vermiforme, tiene escasa vida en pantalla, para descanso de ojos sensibles. Lo cito para reanimar un poco este hilo y, de paso, apuntar que ciertos temas se repiten sin demasiados miramientos en todo tipo de géneros. Aquí, un film de aventuras de carácter legendario que deriva hacia un final digno de película de terror, con toda la pirotecnia al uso. ¿Y el Capitán Trueno? Pues eso, poniéndose también al día, que no siempre (más bien pocas veces) suele ser para mejor.