De esos días que echas de menos no tener mujer e hijos y acto seguido pasas a recomendarla a la gente con peques de tu entorno. Verla en familia debe ser lo ideal, pero la he disfrutado de menos a más. Al principio parecía apuntar a una moraleja global sobre "mira menos las pantallas y mira más a la cara a los tuyos" pero por suerte era una pequeña píldora de muchas que deja en el camino sobre convivencia y relaciones familiares.

No sólo demuestra no estar en contra de las nuevas tecnologías sino que incorpora con gracia y originalidad "nuevos" elementos comunicativos y audiovisuales en el metraje. La aventura es más que entretenida y la recta final es una divertida y colorida locura que redondea y eleva el sabor de boca.

Un 6'7