Wiene es en general un director muy olvidado, que parece que hizo sólo El gabinete del Dr. Caligari y ya. Y Caligari es una obra maestra, pero yo creo que lo es porque en ella confluyó una cantidad extraordinaria de talentos y todos parecían estar singularmente inspirados. Puede que esa fama de artista de una sola obra que le persigue esté justificada, porque las otras películas que de él he visto no me parecen muy destacables:
Furcht, de una fecha tan temprana como 1917 muestra a Conrad Veidt en uno de sus primeros papeles como un vengativo sacerdote indio. La película la recuerdo terriblemente estática y teatral, todo resuelto a base de planos generales y los actores como si estuvieran en un escenario. Sin embargo, es notable porque revela tan pronto como en 1917 el interés que había en Alemania por esas historias fatídicas de predestinación, de gusto netamente germánico, trufadas con toques de esoterismo y religiones orientales.
Las manos de Orlac, pues más o menos igual. Mira que me gusta Caligari y mira que me gusta Veidt, pero en esta película está pá matarlo

. Un festival de muecas y poses de hora y pico, en la que un interesante
thriller sobrenatural degenera en una banal historia de chantajistas. El
remake de Karl Freund me parece muchísimo mejor (y con todo, el filme de Wiene tiene una cantidad de subtextos y de metáforas sexuales muy poco disimuladas que incluso en el Berlín de la época que era la Babilonia de Europa debieron llamar muchísimo la atención).
Genuine y
Raskolnikow las tengo pendientes, pero parecen simplemente intentos de replicar el éxito de Caligari a partir de repetir su estética, sin darse cuenta de que la historia y los personajes iban muy ligados a ella, y que Caligari no es de esas películas repetibles por más influyentes que sean.
Inri, una versión muy sui generis de la pasión de Cristo la tengo pendiente, y de ésta sí he oído buenos comentarios. Aún así, creo que Wiene sería uno de esos directores que necesitaría una revisión en profundidad.