Vista hoy, la película ha estado más que entretenida. Destaco la fotografía, que es preciosa y que hace que cada plano parezca un cuadro digno de estar en el mejor museo, y la dirección de Thomas Vinterberg utilizando esa cámara en mano tan característica, sobre todo en los primeros planos, y alejándose un poco de ese clasicismo y academicismo que rodea este tipo de películas de época.
6/10