Un joven estudiante de medicina, posee la enfermedad mental de la doble personalidad. Durante las vacaciones de sus padres, los jardineros de la mansión de una sexy aristócrata (en realidad es el parque Güell de Barcelona), este se queda a cargo de los jardines, y se dedicará a matar a las parejas que se cuelan ahí a follar, ataviado de una horrorosa mascara, y una peluca. Como una de sus perversiones, es destrozar muñecas, contrae amistad con un niño de nueve años, malcriado y pirómano, que se dedica también a machacar muñecas.
Pronto, todo devendrá en un triangulo amoroso entre nuestro protagonista, la aristócrata y su hija, que acabará teñido en sangre.
Como en anteriores películas de Madrid, cuesta un poco hacer una sinopsis. Pero, hela ahí.
Si la película se sostiene, sin hacer aguas del todos lados (aunque el mismo producto en sí, es una botella de agua, y no de “Solan de cabras” precisamente), es por dos factores; Uno, su protagonista, David Rocha, sobreactuador de profesión, gritón y aullador de aspecto amariconado, con el que no podemos parar de reírnos. Su interpretación, no es exagerada… es lo siguiente a ese calificativo. Hay dos momentos que el actor perpetra, cercanos al delirio: Uno es cuando su madre, en una escena en la que explica a la aristócrata que el chaval les ha salido nenaza porque tiene alergia a la sangre, le acerca un conejo despellejado que van a cocinar, y este pega un sonoro alarido, saliendo escopetado como si de un “Looney Toon” se tratara. El otro momento, es cuando recién proclamada su amistad con el niño rarito, se acercan a la orilla del estanque a coger unas piedras. Se supone, que David Rocha, entra en una especie de trance, toma contacto con su otra personalidad, la que asesina… Bien, con la serie de aspavientos que hace el actor, no sabemos si quiere matar al niño, si quiero follárselo, o solo manosearlos. Increíble. En cualquier caso, da asco, grima y pena al mismo tiempo.
El otro factor importante, es el estético. Todo lo referente a ambientación, iluminación, atrezzo, con todas esas muñecas colgadas, llenas de mierda, medio rotas unas, otras carbonizadas… ¡Uf! ¡Que mal rollo! Una fotografía oscura y totalmente cerda, que por momentos, resulta turbadora, con todos esos maniquíes convenientemente ataviados. Todo muy artie. Se podría montar un corto muy experimental, con ciertos planos de esta película.
Lástima que una (maravillosa) total incapacidad para hacer las cosas bien, manden todo lo competente al garete, pero por otro lado, es eso precisamente lo que hace que yo tenga estima a esta peli, no lo otro. ¡Que viva don Miguel Madrid! alias Michael Skaife, para internacionalizar su nombre y vender mejor la película.
http://aquivaletodo.blogspot.com.es/...e-munecas.html