Yo hace años del que era fan (bueno, dejémoslo en que me gustaban) era del Dr.Feelgood. :cuniao
https://www.youtube.com/watch?v=Yp2DvPKh118
Reconozco una cosa: en música, sobre todo en lo que ampliamente podemos denominar "música popular", me temo que la edad es un factor clave. Si bien en cuestiones cinematográficas creo que es más fácil mantenerse atento a lo que va surgiendo, en cambio en música, con su infinidad de codigos y etiquetas (algo que no es nuevo, aunque compruebo que creo que se ha llevado hasta el exceso), que a veces duran solo unos pocos años, o menos, es mucho más difícil. Además, para estar al día hay que moverse constantemente por Internet (antes era por las emisoras de radio), y a algunos (hablo por mí) nos coge ya un poco carrozones. Eso creo que explica el porqué uno se estanca musicalmente cuando llega a los, pongamos, cuarenta, y solo tiene aliento para seguir las trayectorias de aquellos músicos que le encandilaron en la adolescencia o primera juventud. Eso al menos es lo que me pasa a mí. Solo leer las cantidad de etiquetas que muchogris ha reproducio en su comentario ya me he mareado.:noqueado
Un detalle que siempre me ha parecido curioso es que en los 60 cualquier joven, como mucho, se remontaba en sus gustos a mediados de los 50 cuando surgió el rock (o, en paladares más refinados, quizá se seguía la pista de algún
bluesman o algo de jazz). Lo demás, si acaso, era la música de los padres o abuelos (por ejemplo, las canciones de Doris Day, por decir algo).
En cambio ahora no extraña que un joven aún escuche música de The Beatles o de The Rolling Stones, o Led Zeppelin, Deep Purple, King Crimson o incluso el abuelete Bruce Springsteen u otros vejetes como Neil Young o Bod Dylan, cuando todos ellos podrían ser abuelos de las nuevas generaciones de aficionados. En mi juventud, salvo algún venerable bluesman o algún cantante de folk, raro era el músico que tenía más de 30 o como mucho 40 años. Esto condiciona sin duda la percepción del fenomeno musical actual, y provoca que a los que no estamos "en la onda", como se decía antes, nos parezca que todo (o casi todo) suena a ya oído.