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A LAS NUEVE CADA NOCHE (Our Mother's House, 1967) de Jack Clayton
Tenía un recuerdo positivo de este oscuro drama inglés, cuando lo vi hace un friolera de años, a mediados -creo- de los 90, en La2. Revisandolo de nuevo, la película se revela más que notable, no a la altura de la mítica
Suspense (The Innocents, 1960), del mismo director, pero es que eso era casi imposible, y no es un demérito para cualquier otro film.
En esta ocasión nos hallamos ante un film que es un "estudio de la ambigua mentalidad del y el mundo infantil", de modo que los niños son ya protagonistas casi absolutos, no sólo una especie de contrapunto al personaje de Deborah Kerr, en aquel memorable cuento de fantasmas en blanco y negro.
A las nueve cada noche es un film de culto, pero no excesivamente famosa o recordada por el público general, pese a tener también una clara influencia en películas posteriores, como
El jardín de cemento (1993) o la reciente
El secreto de MarrowBone.
A siete niños se les muere su muy religiosa madre de alguna no especificada enfermedad, en la cama. Para no ser separados y enviados a un Orfanato, deciden esconder la noticia a todo el mundo, enterrar a su madre en el jardín y actuar de forma normal ante cualquier persona ajena. Pero a mitad de metraje aparece el padre, que de comportarse con aparente afabilidad al principio, pronto se rebela un borracho, mujeriego y que sólo desea la casa y el dinero para si sólo. Todo acaba con un terrible revelación final, seguida por un no menos terrible hecho y un final abierto.
Drama claustrofóbico triste, que deja algo de respiro en su segunda mitad (para volver a la negritud al final) y alguna distensión de unos niños que, pese a sus diferencias, se quieren. El director pone su, al parecer, típica puesta en escena sobria y controlada, al servicio de un film, que sin el virtuosismo que la riquísima historia, subtexto y ambigüedad fantastique elevaban a suma categoría a
Suspense (y la inolvidable fotografia de Freddie Francis, por supuesto); pero ALNCN también presume de buen empaque, música, fotografía e historia más que interesante. Sin olvidar que aquí también asoma algo el (posible) toque sobrenatural, pues aparte del vago aroma gótico conseguido en los tenebrosos interiores de esa casa, se añade que los niños participan en sesiones espiritistas (de ahí el título castellano), en las que la hermana mayor supuestamente habla con la fallecida madre.
No estoy muy seguro de gustar de la interpretación de Dirk Bogarde (el padre) pero sí seguro que lo superan los niños, especialmente Pamela Franklin y Margaret Brooks, espléndidas (no es fácil encontrar buenas interpretaciones infantiles y menos con siete a la vez, pero si alguien puede conseguirlo, son los británicos).
Y si en
Suspense se nos ofrecía una compleja psicología tortuosa, que en forma de sofisticadas "piezas a encajar", conducía a la mórbida relación institutriz / niño, con famoso beso final; y en
El carnaval de las tinieblas (1983), otra sucesión de coherentes y elaboradas "piezas" e indirectas, revelan la idea que un niño desea suplantar a su padre y enrollarse con su madre; en ALNCN el director incide también, con las alusiones incestuosas (como siempre en Clayton, no groseras, siempre sutiles) que la presencia del padre suscita en la casa. Precisamente éstas, sus tres películas "con niños", son las únicas que he visto (completas) del director. Intenté visionar
El Gran Gatsby (1974) y
La solitaria pasión de Judith Hearne (1987), pero las deje por el tedio que me estaban suscitando. He leído que
Un lugar en la cumbre (1959) y
Siempre estoy sola (1964) son muy buenas. Procuraré echarles pronto un vistazo.
He visionado algunos films bíblicos (o de "cristianos y judíos bajo el Imperio Romano") estos días, género que no me interesa demasiado, y que el visionado de estás, me confirma.
Quo Vadis,
La túnica sagrada,
Los diez mandamientos y
Rey de Reyes. Quizá la de Nicholas Ray muestre algún signo expresivo fílmico ocasional que la hace algo más interesante (es lo que tiene un director con más enjundia), con las escenas de milagros y alguna como la breve conversación y cruce de miradas entre Jesús y su madre, acerca de que algo va a quedarse sin arreglarse (conociendo ya ambos la futura muerte del primero, aunque sin decirlo abiertamente). De la de DeMille rescato a ese Dios enfurecido matando niños, con esa mortal neblina verde ... puro cine de terror, diría yo (pero seguro que sus autores no pensaron en esa escena de la manera no muy procristiana con que la veo yo :cuniao). De QV, es hilarante el inevitable choque cheesy que se produce entre el absurdo SuperVillano que interpreta Ustinov (lo veía perfectamente discutiendo con Superman, por ej, en lugar de Gene Hackman :D) y la presunta pétrea seriedad del resto de personajes y película.