El Fugitivo 1993 (The Fugitive)

Cinta protagonizada por Harrison Ford en compañía con Tommy Lee Jones, siendo ambos (sobre todo el primero) quienes capitalizan toda la atención, siendo el resto del reparto, meros figurantes. A diferencia de otras películas, en esta los secundarios carecen de relevancia e incidencia alguna en la trama (lo cuál también perjudica al guión, al carecer de más recursos narrativos y posible sorpresas), lo que implica que al recaer todo el peso sólo en dos actores, deben hacerlo muy bien para soportar el metraje... Y no es el caso.
Partimos de una premisa sencilla, pero bien ejecutada: la esposa del doctor Richard Kimble (Harrison Ford) es asesinada y todos los indicios, pistas y móvil apuntan hacia él. A pesar de su insistencia sobre la existencia de un atacante manco, su declaración carece de fiabilidad y parece fruto de una burda mentira para ocultar su crimen. De modo efectivo y rápido, se presenta un contexto creíble en el cuál Richard Kimble es sujeto de ser acusado (a diferencia de otras películas, donde no hay presente pistas ni indicios algunos que justifiquen la culpabilidad del acusado) y acaba siendo condenado en un lapso de 12 minutos de metraje. Hasta ahí, bien.
Al problema deriva a partir de entonces, con casi dos horas de metraje que implican un ritmo cinematográfico totalmente deficiente. La trama no da para dicha extensión y el guión no está bien ejecutado, hasta el punto de que no existe vestigio alguno de quién puede ser el verdadero asesino y sobre todo, sus motivaciones, durante media película. ¿Cómo se soluciona esto? Pues introduciendo un escueto y breve flashback a mitad de metraje consistente en unos segundos, donde el bueno de Richard Kimble en medio de una operación, menciona de pasada (como quien no quiere la cosa) un posible móvil. Ese detalle, ejemplifica a la perfección la torpeza del guión al no ser capaz de construir un relato donde progresivamente como espectadores, vayamos averiguando lo que sucede, sino que durante media cinta no existe pista alguna y de repente, te lo desvelan de golpe. Muy bien trabajada la intriga, sí señor...
Ejemplo de ello es:
Cuando intentan (fallidamente) hacerte creer en algunos momentos que Richard está a punto de ser descubierto, como la redada donde se hospeda momentáneamente... Que se ve a la legua que no van a ir a por él, sino a por otra persona. Son escenas y momentos muy torpemente ejecutados.
Tampoco ayudan una serie de sucesos y acontecimientos carentes de explicación fruto de agujeros de guión, como:
1) Después de tirarse de la presa (y sobrevivir milagrosamente, lo cuál de por sí, ya supone un acto de suspensión de incredulidad mayúsculo), se vé como Richard Kimble llega a una gasolinera y se tiñe el pelo de oscuro. ¿De donde sacó el tinte, cuando lo consiguió? Porque carecía del mismo en su huida previa con la ambulancia...
El color del tinte, le desaparece de una toma a otra. Y no, no es broma, en el tramo final de la película, se vé que tiene el cabello oscuro y cuando va a recoger las muestras de hígado, de repente, por arte de magia, vuelve a ser de color castaño. ¿Acaso se lo ha vuelto a teñir? No, no esperéis explicación alguna...
Cuando suplanta la identidad del conserje en el hospital, ¿cómo evita que coincidan ambos en el mismo turno? No esperéis tampoco explicaciones al respecto...
Que el mejor amigo de Kimble es el villano... Es previsible no, lo siguiente.
Es sumamente grotesco que suceda esto cuando la cinta dispone de una extensión de más de dos horas. ¿Acaso tanto costaba introducir las escenas necesarias para evitar estos vacíos argumentales?
Por otro lado, los efectos contrastan entre los bien realizados (como el choque y descarrilamiento del tren), con otros sumamente cutres (se nota a la legua que cuando cae el autobús con los pasajeros en su interior chocándose con las paredes o se tira Kimble por un precipicio, son muñecos...). Las coreografías de peleas son nefastas y la actuación de Harrison Ford y Tommy Lee Jones no son suficientes para sostener la atención y el ritmo de la cinta. Es más, Harrison Ford por momentos, actúa en modo piloto automático.
La verdad es que me sorprende lo bien valorada que está ésta película, cuando no destaca en ningún aspecto. La trama de por sí no es novedosa y está mal ejecutada, sobre todo teniendo en cuenta la duración del metraje (las comparaciones son odiosas, pero en ese sentido, Enemigo Público le da un buen repaso), el ritmo es deficiente, el guión muestra improvisación y precipitación, además de varios agujeros e inconsistencias, los efectos rallan a veces lo cutre y el carisma de Harrison Ford es insuficiente parta sostener la producción. Incomprensible a mi juicio que fuera nominada a los Oscar y goce de un notable en páginas como Filmaffinitfy.
Nota: 3,5.
Pandorum

Película de ciencia ficción que aunque su ambientación se basa claramente en Horizonte Final (normal por otro lado, estando de por medio Paul W. Anderson como productor de esta cinta), consigue crear una trama interesante, intrigante e intensa. En un género donde no abundan tanto las películas oscuras, tenebrosas e inquietantes en lo respectivo y relativo a la atmósfera, se agradecen este tipo de propuestas.
El guión consigue crear una trama que capta la atención del espectador de inmediato, con una introducción directa (sentando así la premisa argumental de supervivencia), seguida de mucho caos, misterios e incógnitas, que animan a proseguir con interés y entusiasmo la visualización. Aunque hay algunos elementos previsibles como:
Que la tierra ha desaparecido (nada más comenzar la película, se oye un mensaje que apunta claramente a ello, sin falta de esperar a que dicho dato se confirme a mitad del metraje) y que los monstruos sean el resultado de una mutación humana (evidente desde que se aprecia que tienen forma humanoide, no tratándose así de alienígenas).
Hay otros momentos que pueden sorprender con un acertado y curioso giro de guión, como:
Que el personaje de Dennis Quaid, tenga un desdoblamiento de personalidad que le haga ver a su yo joven del pasado, revelándose posteriormente que en realidad, no es el Teniente Payton, sino el cabo Gallo y que él fue el culpable de "crear" a los humanos mutados que posteriormente infectaron la nave, fruto de la locura padecida por el efecto Pandorum. Por eso es tan interesante como se refleja esa lucha interior entre su yo joven (el cuál conserva algo de raciocinio) y su yo adulto, combatiendo por ver que se impone, si la razón, o la locura.
Por otro lado, también es una sorpresa descubrir que la nave, lleva en realidad sumergida siglos en el océano de Tanis y no vagando por el espacio.
A pesar de las similitudes con Horizonte Final, sobre todo en lo pertinente a la ambientación, la cinta apuesta por otro tono que la diferencia y le otorga un valor e identidad propia (como se ejemplifica al desligarse del concepto demoníaco que tenía aquella película dirigida por Paul W. Anderson, apostando por otro planteamiento).
Los escenarios y decorados, obviamente por la temática de la cinta, son claramente metálicos, ya que casi toda la trama se desarrolla en una nave. Aún así, están bien realizados, transmitiendo una sensación de opresión, misterio y estrechez, siendo difícil avanzar y progresar, lo que sumado a una tendencia a la oscuridad (justificada por el guión), acrecienta la tensión del ambiente, siendo como en Horizonte Final, una "prisión" de metal en la que cuesta orientarse y donde no sabes lo que te encontrarás.
Los efectos especiales no son punteros, pero cumplen bien con su cometido, transmitiendo la sensación de enormidad y vacío. Los maquillajes son excelentes, transmitiendo las criaturas presentes en la nave repugnancia y pavor. La acción, a diferencia de lo que opinan otros espectadores que han visualizado la cinta, me parece bien rodada. Es verdad que a veces se intercalan planos rápidos para transmitir un mayor dinamismo, frenetismo y caos a la escena, pero no es cierto que no ser aprecien bien los combates que acontecen ni lo que sucede. También es cierto que he visualizado la película en mi hogar y no en una sala de cine, donde por lo que he leído, la cinta fue transmitida en un tono mucho más oscuro que el que goza en su versión en alta definición, lo cuál puede haber influido a la hora de emitir esos juicios en el pasado.
Ciertamente la película no es perfecta y goza de algunas escenas que pueden ser cuestionables:
1) Como suele suceder habitualmente cuando hay presentes criaturas o seres con mayor fuerza y resistencia que la humana, la misma es aleatoria en función a las necesidades del guión. Hay ocasiones donde un monstruo es capaz de destripar a un humano en unos segundos y otras, donde el humano en cuestión puede entablar un combate cuerpo a cuerpo con la bestia.
2) El personaje de Nadia (interpretado por Antje Traue) se revela como una bióloga, sin embargo, es capaz de hacer unos movimientos y acrobacias cercanas al parkour, que no están justificadas argumentalmente. Queda presuponer que es una persona muy atlética y hacer una suspensión de credulidad.
Aún con sus defectos, dentro del género de ciencia ficción destaca como una película diferente y atrevida, que al igual que Horizonte Final, no obtuvo la recaudación que merecía, porque su temática y tono es demasiado tenebroso, oscuro, complejo y extraño como para agradar al conjunto de los espectadores. A juicio de un servidor, consigue captar la atención del espectador, generar intriga y mantenerla durante todo el metraje, siendo su visualización muy entretenida y no decayendo en ningún momento. Finalmente una duración ajustada, ayuda a mantener el ritmo cinematográfico.
Si buscas algo diferente, esta es una cinta sumamente recomendable, que aunque dispone de una ambientación y planteamientos que no son 100% novedosos, su ejecución es adecuada, con enfoques interesantes como:
1) La degradación de la moral, ética y el espíritu humano ante el caos, cayendo ante sus instintos más primarios e irracionales, ejemplificado por un Dennis Quaid que ante la carencia de una organización social que estipule una serie de normas o leyes, opta por jugar a ser Dios y decidir el destino de sus congéneres, al no existir ningún tipo de límite. Y cómo ante esa degradación, aún quedan seres dotados del suficiente raciocinio para combatirla y enfrentarla, siendo una dualidad muy interesante.
2) Cómo fruto de un contexto específico (ausencia de fuentes de alimentación, miedo, terror, caos, etc), el ser humano se adaptaría al nuevo entorno y evolucionaría en base a las necesidades imperantes. Eso se ve reflejado en los monstruos, los cuáles disponen de una pigmentación totalmente blanquecina al carecer durante siglos de fuente lumínica alguna, ojos oscuros adaptados a la oscuridad y una tendencia al canibalismo fruto de una supervivencia extrema donde lo único que importa, es alimentarse, comportándose como auténticos depredadores. Y afortunadamente, conscientes de que el proceso evolutivo no sería tan raudo, se esmeran desde el guión en explicar que una serie de encimas y productos químicos aceleraron esos cambios, justificando así dicho proceso evolutivo.
Sorpresa sumamente agradable para un servidor. Película de notable alto cuanto menos, un 8. Ojalá hubiera más películas de este estilo.