Pues, a partir de ahí,
Lolita (a pesar de Sellers, genial en
Dr. Strangelove, pero que aquí no me convence, aunque sí a Kubrick),
A Clockwork Orange (sigue impresionando 50 años después),
Barry Lyndon (fascinante),
The Shining (extraordinaria),
Full Metal Jacket (sobrecogedora) y,
last but not least,
Eyes Wide Shut (deliciosa), o sea el grueso de la filmografía de Kubrick, de una coherencia formal asombrosa (para no hablar de su tan citado perfeccionismo).

Un director que ejerció un control sobre su obra difícilmente comparable con cualquier otro director (y que conste que, aunque no le ahorro alabanzas, no es mi director favorito

).