Revisada, y ya es la última (de todas las que hay en Filmin; hay que joderse que las de Amazon, que son, claro, las que faltan en Filmin, sean de pago) del ciclo Wilder,
Some Like it Hot.
Esta es de las que me gusta sustancialmente menos de lo que suele gustar a público y crítica. Es también, probablemente, la más conocida de Wilder y en su colección de las más apreciadas junto a Double Indemnity, Sunset Boulevard, Witness for the Prosecution y The Apartment.
No es que no me guste pero, honestamente, creo que más allá de la comedia, y los elementos icónicos, no tiene mucho más. Tengo en cuenta su papel en terminar de rematar el Codigo Hays y demás, así como lo atrevido de su premisa en 1958-1959 (los albores de los 60 que ya asomaban, pese a estar ambientada en 1929, en el fondo esto tiene bastante sentido: los 60 conectaron con los 20 siendo la primera década con marcha -pese a todo el conflicto social- desde los 20). Y sin duda la presencia de Marylin Monroe es casi de efluvio drogatil: es aparecer ella y que tu cerebro no termine de conectar las ideas. Ya sabéis a que me refiero, más allá de las dudas y sospechas sobre el tuning que llevaba, el caso es que llama como que mucho la atención.
Y nuevamente atizo al doblaje. Esta la vi, claro, doblada la primera vez, y creo que sólo esa (tal vez una segunda en catalán, hablo como de hace 30 años), pero desde entonces ha sido V.O. y la mitad de la sexualidad con la que la Monroe, de forma expresa, atiza todas sus intervenciones vienen de esa cadencia que mete. Es tan descarado que justo ahí, en ese punto, está la gracia del asunto y Wilder lo sabía muy bien.
Parece que ya estaba en su fase pastilletil y con problemas. Genial Wilder:
Billy Wilder spoke in 1959 about filming another movie with Monroe: "I have discussed this with my doctor and my psychiatrist and they tell me I'm too old and too rich to go through this again." But Wilder also admitted: "My Aunt Minnie would always be punctual and never hold up production, but who would pay to see my Aunt Minnie?"
Sin embargo el film, agradable de ver, no me triunfa en lo cómico (tal vez el tema de dos tipos disfrazados de mujer ha perdido toda gracia no ya en pleno sXXI, sino mucho antes, pero en 1958-1959 aquello era TODA la gracia) y todo lo bien que lleva el asunto Tony Curtis se me cae por la borda con un Jack Lemmon que mete una forma de reir (cuando va de chica digo) que se me antoja horripilante.
Dicho esto, buena película, conste. Antes me como un plato de cordero (sí, no lo soporto) (matadme) (no, ni el lechal) (que no) (basta, dejad de llamar a mi puerta) (pido asilo político a Camerún) que afirmas jamás que Wilder ha hecho algo remotamente parecido a una mala película.
Siquiera justa. Siquiera regular.
Maestro.