Tienda de Locos (Charles Reiner; 1941)
Ultima pelicula de Groucho, Chico y Harpo que hicieron para la Metro con Irving Thalberg, que es la última además de Margaret Dumont con ellos, y que puede ser considerada la penúltima como tal en la que aparecen los tres juntos, fuera de la Metro sólo harían "Una Noche en Casablanca" ,y aunque se volverían a reunir en "Amor en Conserva", casi ni coinciden en escena: es una película hecha a medida de Harpo, y en el que Chico aparece casi metido con calzador y Groucho practicamente a modo de cameo con una breve aparición al principio y al final de la película.
Muchos consideran "Tienda de Locos" como una de las peores de los Marx, pero yo no puedo estar más en desacuerdo; quizá sea por mi devoción por ellos, pero disfruto todas y cada una de sus películas: el talento y su genialidad que tenían nunca se llegaría a perder. Si bien es cierto que la película no es tan sólida como sus anteriores de la MGM, los numeritos musicales de Tony Martin son un poco (bastante) insufribles, la pareja de enamorados practicamente sobra, y el ultimo tramo, con la habitual persecución y caos marxiano, no es tan bueno como en su triada inicial de películas en la Metro, con carencias tecnicas destacables (unos efectos especiales bastante cutres incluso para la época), y además notandose demasiado los dobles de los Marx en la huida a la carrera en patinete del villano por los grandes almacenes. Con todo, seguimos teniendo el humor verbal, ácido y corrosivo de Groucho en plena forma, como siempre despellejando a la pobre Margaret Dumond. Genial la primera escena con Harpo camuflando el desayuno en un despacho de detectives, "escribiendo" con la máquina de escribir papeles en blanco que va dando a Groucho haciéndose el importante delante del personaje de Margaret Dumont.
Atención al gag de Groucho aparentando que habla por telefóno y que recuerda mucho a la escena de la centralita de "Un Día en las Carreras". Groucho vuelve a demostrar su talento para reciclarlo en algo fresco, original y divertido (cualquier cómico mediocre fracasaría sin duda).
También Chico sigue siendo el mismo de siempre, con su habilidad para reírse en la cara de los demás sin que se den ni cuenta. Divertidísima y una de mis favoritas escenas de piano de Chico, a dueto con Harpo, la única además de toda la filmografía.
Igual que el número musical de Groucho en los ascensores, "Sing while you sell", intercalado con escenas de diálogo, con Groucho presentando a las modelos. Y si era original el número musical del piano, tampoco se queda atrás el de Harpo tocando el arpa delante de varios espejos, en una escena delirante en el que Harpo "compite" con sus propios refrejos y explayándose a gusto con su característico humor visual; la escena es una obra maestra de la pantomima, al nivel de la escena del espejo de "Sopa de Ganso", que ya es decir.
Otra escena que me parece divertidísima es la escena de la familia italiana buscando a sus hijos, con Groucho y Chico tomando el pelo y volviendo loco al patriarca de la familia (Groucho:
"Y con once hijos, ¿tiene ganas de buscar otra cama?"
), además del caos que provocan los tres durmiendo en las camas apareciendo y desapareciendo; puro humor marxiano.
Si excluyeramos de Tienda de Locos el último acto, yo creo que estaría al nivel de "Una Noche en la Opera" o "Un día en las Carreras", que es para mí culpa del director, se nota que ya no está Sam Wood (el mejor director que les supo dirigir), y es que a parte de lo que decía antes del tema de fx o de que se notan mucho los dobles de los Marx, en mi opinión la trama argumental se cierra bastante atropelladamente, se podía prescindir perfectamente de la pareja protagonista (es un cero a la izquierda en la historia), alguna conveniencia de guión como que cambie de opinión la policía creyéndose a la primera todas las pesquisas del personaje de Groucho, el detective Flywheel.
A todos los que dudan de "Tienda de Locos" decirles que, en contra de lo que digan, merece la pena; van a pasar un rato de evasión muy agradable y divertido. Ella misma respira a Hermanos Marx por los cuatro costados, contiene gags absolutamente magistrales, y escenas que puede que no sean tan icónicas como la del camarote o el reconocimiento médico, pero que conservan intacto su sello y su genialidad. Mira que han intentado imitarles, pero se han quedado en el intento, y es que para mí siguen siendo los más grandes.