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De repente... es de las que te dejan, no con el culo torcido, sino fuera de la geometría euclidiana, que diría aquel
. Efectivamente,
la escena ésa del final se supone pasaba en un pueblo de España, aunque no te lo dejan muy claro (yo al principio pensaba en alguna remota isla del Caribe; seguro que si la película la hubieran hecho hoy, esa escena pasaría en algún país de África, América Latina, India o Sudeste Asiático). Y es que la película es... muy chunga y muy malsana
. Oscuros secretos familiares, husmos de incesto, canibalismo, relaciones familiares chungas y mucho mariconerío (del chungo). Yo diría que es de las más fuertecitas de Tennessee Williams (que, aparte de homosexual, estaba muy resentido con su familia a causa de una hermana, de conducta un tanto díscola, a la que los padres sometieron a una lobotomía -procedimiento iniquietantemente frecuente por esos años- y que quedó idiota perdida para los restos).
La noche de la iguana, que ví hace poco pero que no reseñé, también es de las raras, pero se queda a medio camino -no sé si porque John Huston igual no era el director más adecuado para la película o porque la censura metió más la tijera en ella-.