Tema: Las últimas pelis que has visto en casa

EL ÚLTIMO GRAN ROMÁNTICO DEL CINE CLÁSICO NORTEAMERICANO

O

REVISANDO LA FILMOGRAFÍA DE NICHOLAS RAY / PARTE I:

THE TWISTED ROAD (1948) / THEY LIVE BY NIGHT (1949)



Estudio: RKO Radio Pictures, Inc.

Productor: John Houseman.

Guión: Charles Schnee, basado en la adaptación de Nicholas Ray de la novela "Thieves Like Us" (Nueva York, 1937) de Edward Anderson ["Son ladrones como nosotros" (En Black, P&J)]

Dirección artística: Albert S. D'Agostino y Al Herman.

Fotografía: George E. Diskant (en b/n).

Música: Leigh Harline

Reparto: Cathy O'Donnell (Keechie), Farley Granger (Bowie), Howard Da Silva (Chickamaw), Jay C. Flippen (T-Dub), Helen Craig (Mattie), Will Wright (Mobley).

Duración: 95 minutos.

Inicio de rodaje: 23 de junio de 1947.

Nicholas Ray (1911-1979), en mi modesta opinión, uno de los más grandes realizadores de la Historia del Cine (con mayúsculas) y que parece (incomprensiblemente) un tanto olvidado por las nuevas generaciones de cinéfilos (como tantos otros directores, por otra parte ), consiguió ya con ésta su primera película una de las obras más bellas de su filmografía y donde ya se insinúan cúales serán los temas centrales que perfilarán su obra posterior, especialmente ese sentimiento amoroso sublimado hasta el extremo y la búsqueda de un lugar ("Somewhere"...) donde poder vivir ese amor en completa armonía, al margen de una sociedad hostil y que tratará de poner todas las trabas posibles al mismo.

Pocas óperas primas me parecen tan hermosas como ésta. Y ya soy perro viejo (o cinéfilo de pedigrí que dirían otros... ).

Me gustaría hacer una aproximación más sentimental que intelectual a la película, aunque sea en breves pinceladas (mi salud no da para más) quizás porque en mí siempre ha regido más el corazón que la cabeza y ésta es una obra que llega más al primero que a la segunda. O al menos esa es mi modesta opinión.

Empecemos y procuremos ser breves. No vayamos a aburrir al respetable.

Los títulos de crédito nos presentan a nuestros protagonistas, los jóvenes Keechie y Bowie, ensimismados, mirándose embelesasos a los ojos y besándose con dulzura. Todo parece presagiar que estamos ante un melodrama al uso y no ante una película de cine negro como es el caso (¿o acaso no lo es?). Un texto superpuesto acompaña la imágenes: "Este chico... y esta chica... nunca han sido formalmente presentados al mundo en el que viven... Para contar su historia...". Y la historia comienza...

Rápidamente la imagen cambia. Un toma aérea (recurso que Ray usará en varias ocasiones a lo largo del metraje para acentúar la situación de soledad de (todos) los protagonistas) nos muestra a tres presos condenados a cadena perpétua (Bowie, Chickamaw y T-Dub) huyendo en un automóvil. Uno de ellos, Bowie, el más joven e inexperto, ha resultado herido en la huida y sus compañeros deciden que es mejor que se esconda hasta que vuelvan a recogerlo.



La persona a la que encargan tal menester es una joven un tanto hosca, Keechie, la hija de uno de los compinches de la banda. Apenas atisbamos el rostro de la chica, tapada con un sombrero masculino y su rostro en sombras.

Cuando llegan al refugio allí les esperan sus compañeros de fuga y el padre de la chica, un borrachín que regenta una gasolinera de mala muerte.

Y será entonces cuando el muchacho que es Bowie, 23 años (los últimos siete en prisión por asesinato), al ver el rostro de la chica que le ha traído, cuando su mundo, su pequeño y sórdido mundo, se transtoque totalmente. Ya nada volverá a ser igual.



Un Bowie (un Farley Granger, sin duda, en su mejor papel) que tuvo una infancia desgraciada (uno de los amantes de su madre mató a su progenitor) reconoce en Keechie una alma gemela, una persona en la que depositar sus escasas esperanzas de tener algún futuro (por efímero que sea) en un mundo donde impera la falta de cariño y la violencia.

Y un Keechie (extraordinaria Cathy O'Donnell) que también hallará en Bowie alguien a quién amar, alguien a quién respetar, alguien, en suma, que se preocupe por ella y que la saque del callejón sin salida en que se ha convertido su existencia.

Y a partir de ahí la trama de la película se centrará en esos dos jóvenes. En su historia de amor imposible pero envidiable. Porque pocas veces hemos visto en la pantalla un personaje femenino tan bien descrito como la joven y dulce Keechie, sin duda, el corazón y el eje vertebral de toda la obra (y no sólo por ser la protagonista de la misma).



Esa huída hacia ninguna parte por parte de los dos enamorados sólo podrá acabar (como en la sublime HIGH SIERRA (1941, EL ÚLTIMO REFUGIO), ¿verdad Mad Dog Earle? ) con la muerte de uno u otro o de ambos.



Dejemos el final al que la quiera (y pueda) ver.

Sólo me gustaría comentar para finalizar (ya les dije que sería breve, mi salud...) el extraordinario guión de Charles Schee, escrito al alimón con Ray, el cuál contiene alguno de los diálogos más bellos (y, ciertamente, las películas de Ray están maravillosamente escritas) que recuerdo (como cada vez que Bowie le pregunta la hora a Keechie en su nuevo reloj que él le ha regalado). Y más teniendo en cuenta que ciertos aspectos de la novela fueron obviados por el director en aras de centrarse en esa historia de amor trágica pero apasionada (y apasionante).

Y la maravillosa fotografía en blanco, negro y una delicadísima trama de grises de George E. Diskant, acentuándo las sombras cuando la trama se violenta y difuminándo las mismas cuando se recrea en la experiencia (más bien inexperiencia) amorosa de sus protagonistas.

Igualmente bella la romántica partitura de Leigh Harline que sabe envolver toda la trama de un sentimiento trágico y a la vez esperanzador en un equilibrio soberbio.

Y, por supuesto, todo ello fue posible por la confianza que el inteligente productor (y excelente actor) John Houseman puso sobre los obras de un inexperto Nicholas Ray.

Y no nos olvidemos del jefe supremo de la RKO antes de la llegada de Howard Hughes, Dore Schary, un progresista que aportó durante su breve estancia en el estudio (1947-48) un aire renovado, alentando nuevos talentos y tratando temáticas más audaces de las habituales en el cine de la época.

Ya les dije que sería breve. Si quieren leer algo bueno sigan a la escucha porque el nunca suficientemente alabado mad dog earle aportará su profundo conocimiento de los clásicos a la hora de completar esta (más que nunca) modesta reseña.

Ah y se me olvidaba. Tenemos una excelente edición en DVD de la mano de la fenecida Versus (2010) que yo si fuese usted guardaría como oro en paño.



Feliz noche.

Es tu turno, amigo earle. Seguro que puedes superarlo.

Los amantes de la noche (They Live By Night)

Pues recojo el testigo de Alcaudón, no para superar su comentario (misión imposible), sino para complementarlo. Primero, una puntualización: el "joven" Nicholas Ray nació en 1911, o sea que si tomamos como referencia la fecha del inicio del rodaje tenía entonces 35 años, a punto de 36, y cuando se estrena en Estados Unidos, 38. Por tanto, es un debut muy tardío (a esa edad algunos directores ya eran consumados veteranos, Hitchcock sin ir más lejos, por no citar al enfant terrible, Orson Welles).

Sorprende que un director inexperto pero ya maduro se decante en su debut por una obra de temática tan juvenil, donde sus protagonistas no dejan de ser en todo momento dos críos a los que la vida les viene grande. El guion se detiene a caracterizarlos como dos cachorros abandonados: Keechie (una sublime Cathy O'Donnell, ella sola es media película) vive con un padre borracho, su madre los abandonó, tiene un tío que se ha escapado de la prisión, Chickamaw (el siempre eficaz Howard da Silva), y vive atendiendo una roñosa gasolinera. Bowie (interpretado por un Farley Granger a mi modo de ver demasiado blando, aunque estoy de acuerdo en que es uno de sus mejores papeles), al que la prensa acabará llamando “Bowie The Kid”, como si fuera un nuevo Billy The Kid, también vio como su madre lo abandonaba para irse precisamente con el hombre que mató a su padre. Luego, él cometió un asesinato y ha estado 7 años en prisión (tiene 23), lo cual quiere decir que como pasaba con Ringo Kid (John Wayne) en Stagecoach, uno ha de pensar que es virgen. De hecho los diálogos explicitan que ni él ni Keechie tienen experiencia en besar.

El inicio del film es electrizante. Después de esas sorprendentes y en parte desconcertantes imágenes de los dos jóvenes como prólogo (imágenes que no corresponden a planos que vayamos a ver después), una forma de dejar claro que esos “They” del título original son Bowie y Keechie, vemos un espectacular travelling aéreo sobre el coche de los fugados Bowie, Chickamaw y T-Dub (excelente Jay C.Flippen).


Ese plano se repetirá en diversas ocasiones, tanto después del asalto a un banco, como de la huída de los dos jóvenes, en una forma de unificar las escapadas de los personajes: sean jóvenes o adultos, huyan de la cárcel, se escapen de un robo o se den a la fuga amorosa, su destino será el mismo, como si estuvieran aplastados, dominados por una fuerza superior.
Otro momento excelente, tremendamente moderno, es el del asalto al banco, filmado casi exclusivamente desde dentro del coche que conduce Bowie. La cámara no entra en ningún momento conT-Dub y Chickamaw dentro del banco, y varios planos se filman desde el asiento de detrás del conductor.


Estamos, pues, cerca de la secuencia antológica del robo de El demonio de las armas (Gun Crazy), de Joseph H.Lewis (film, por cierto, sobre una pareja de delincuentes dados a la fuga, protagonizado por John Dall, la pareja de Granger en La soga), estrenado en 1950, en la cual la cámara se mantiene siempre en la misma posición detrás del conductor sin cortar el plano.
El asalto es un éxito, pero poco después Bowie tiene un accidente de coche y Chickamaw ha de disparar a un policia. Si Bowie tenía aún, ingenuamente, la esperanza de rehacer su vida dentro de la ley, este episodio pone punto final a sus ilusiones. Solo le queda huir con Keechie sin destino alguno. Viajan en autocar y una breve parada los va a llevar a una población donde hay un establecimiento que ofrece bodas las 24 horas del día (un neón nos lo muestra ya desde el principio de la parada a través del cristal frontal del autocar). Aunque ambos se detienen a tomar un café y vuelven a subir con la intención de continuar la marcha, los destellos del neón parecen actuar como un imán.


De forma irreflexiva, deciden casarse, en una ceremonia de lo más deprimente, en la que queda claro el leitmotiv de la película (y título de la novela de la cual es una adaptación): “Thieves Like Us”. Sí, los bancos son ladrones como ellos, como también el supuesto juez de paz sin escrúpulos que los casa y les vende un coche usado. ¿Quién no lo es?


Alquilan una cabaña, en medio del bosque, pero eso no evita que los encuentre Chickamaw y que ofrezca a Bowie participar en un nuevo robo en un banco. Chickamaw es un ser destinado al fracaso, que gasta en alcohol y mujeres lo que gano en los robos, un tipo violento e irascible, aunque adopte un cierto papel paternal respecto a Bowie, lo cual le facilita el chantaje emocional.


A partir de este momento, la inevitable reincidencia de Bowie lo marca trágicamente. Como dice Alcaudón, intuimos que, como Bogart (Mad Dog Earle) en la sensacional High Sierra, pero también como Henry Fonda en la espléndida You Only Live Once (film con el que tiene muchos puntos de contacto), su suerte está echada. El papel de Keechie, como el de Ida Lupino en el film de Walsh o el de Sylvia Sidney en el de Lang, será el de la sufrida amante/esposa: asistir sin remedio a la tragedia, tragedia que en esta ocasión va acompañada de una cruel traición que lleva a cabo el otro personaje femenino, Mattie (magnífica Helen Craig), quién sabe si una imagen premonitoria y amargada de en que se podría convertir Keechie si Bowie mantuviese su carrera delictiva.
En definitiva, un debut a gran altura, donde Ray ya nos expone algunos de los temas que van a ser centrales en su obra (la violencia, la inadaptación, problemas derivados a menudo ya de la juventud), y en especial esa pasión, ese romanticismo a veces exacerbado, que desprenden sus films.
Un último apunte: sobre la misma novela de Edward Anderson, Robert Altman rodó Ladrones como nosotros (Thieves Like Us), con Keith Carradine como Bowie y Shelley Duvall como Keechie, film del que tengo un recuerdo muy lejano y no positivo precisamente. En todo caso, sea como sea el texto original de Anderson (que no he leído), creo que podemos estar seguros que la aproximación de Altman es muy diferente a la de Ray.

PD: Lamentablemente no tengo esa edición de Versus y me he tenido que conformar con la más que deficiente de Manga, ya añeja, lo cual me impide valorar a fondo la fotografía del film. Por cierto, además de los dos títulos que tiene la película (el USA y el UK) y que cita Alcaudón, al parecer hay un tercer título, que en imdb se da como “working title”, que es “Your Red Wagon”, que es el nombre de la canción que oyen interpretar Bowie y Keechie en un local donde van a pasar unos escasos momentos de diversión.

Nada puedo añadir a vuestros excelentes comentarios . Tengo la película muy enterrada en mi mente (desgraciadamente, no creo que pueda revisitarla en breve ), pero evidentemente, hay muchos paralelismos con la cinta de Lang que ya mencionaba Mad Dog, y a pesar de ser una cinta primeriza, ya tiene muchos de los temas que aparecerán en la filmografía de Ray: preferencia por personajes solitarios, hasta marginados, infelices, desorientados, pero con un fondo de idealismo y de romanticismo exuberante, que parecen conservar hasta en las circunstancias más abyectas. También por los amores imposibles que surgen y perviven en medio de la adversidad: es como si sólo en el amor de uno semejante a él hallaran valor las vidas de estos personajes abocados a una suerte de trágico existencialismo, o por lo menos, un lenitivo a sus pesares. En muchas películas de Ray hallaremos más simpatía hacia estos personajes que frecuentemente rompen las reglas frente a los que las siguen o las crean (pienso en las Emma y Vienna de Johnny Guitar: tan parecidas y tan distintas: una lo tuvo todo desde su nacimiento, y pudo por ello ser libre; la otra hubo de conquistar su independencia, y lo hizo de maneras probablemente no muy honrosas). También hay una marcada predilección por las ambientaciones nocturnas, agrestes y desoladas, como reflejando la soledad y la angustia vital de estos personajes.

Creo que no andaré desencaminada si digo que Ray fue el último romántico.

Iniciado por Jane Olsen

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Creo que no andaré desencaminada si digo que Ray fue el último romántico.

Esa última frase me recuerda el comentario de Alcaudón sobre que es un director olvidado por las nuevas generaciones. Probablemente, Ray como tantos otros, pero en todo caso no lo fue para las generaciones de cineastas de los 70 y 80, y cito dos casos emblemáticos: Wim Wenders y Jim Jarmusch. Wenders trabajo con él (por ejemplo, en Der amerikanische Freund) e incluso firmó con el maestro el canto de cisne rayano: Lightning Over Water. Jarmusch fue alumno suyo en la universidad e incluyó un agradecimiento a Ray en su film de debut, Permanent Vacation, además de citarlo explícitamente en un momento del film en que el protagonista va a ver The Savage Innocents. Intuyo, además, que en Francia puede haber mantenido su poder de influencia, teniendo en cuenta que fue uno de los preferidos de los directores vinculados a Cahiers du Cinema, en especial Truffaut o Godard, el cual dijo, en una de esas frases suyas típicamente provocadoras, que "el cine es Nicholas Ray".

Iniciado por mad dog earle

Los amantes de la noche (They Live By Night)

Pues recojo el testigo de Alcaudón, no para superar su comentario (misión imposible), sino para complementarlo. Primero, una puntualización: el "joven" Nicholas Ray nació en 1911, o sea que si tomamos como referencia la fecha del inicio del rodaje tenía entonces 35 años, a punto de 36, y cuando se estrena en Estados Unidos, 38. Por tanto, es un debut muy tardío (a esa edad algunos directores ya eran consumados veteranos, Hitchcock sin ir más lejos, por no citar al enfant terrible, Orson Welles).

Sorprende que un director inexperto pero ya maduro se decante en su debut por una obra de temática tan juvenil, donde sus protagonistas no dejan de ser en todo momento dos críos a los que la vida les viene grande. El guion se detiene a caracterizarlos como dos cachorros abandonados: Keechie (una sublime Cathy O'Donnell, ella sola es media película) vive con un padre borracho, su madre los abandonó, tiene un tío que se ha escapado de la prisión, Chickamaw (el siempre eficaz Howard da Silva), y vive atendiendo una roñosa gasolinera. Bowie (interpretado por un Farley Granger a mi modo de ver demasiado blando, aunque estoy de acuerdo en que es uno de sus mejores papeles), al que la prensa acabará llamando “Bowie The Kid”, como si fuera un nuevo Billy The Kid, también vio como su madre lo abandonaba para irse precisamente con el hombre que mató a su padre. Luego, él cometió un asesinato y ha estado 7 años en prisión (tiene 23), lo cual quiere decir que como pasaba con Ringo Kid (John Wayne) en Stagecoach, uno ha de pensar que es virgen. De hecho los diálogos explicitan que ni él ni Keechie tienen experiencia en besar.

El inicio del film es electrizante. Después de esas sorprendentes y en parte desconcertantes imágenes de los dos jóvenes como prólogo (imágenes que no corresponden a planos que vayamos a ver después), una forma de dejar claro que esos “They” del título original son Bowie y Keechie, vemos un espectacular travelling aéreo sobre el coche de los fugados Bowie, Chickamaw y T-Dub (excelente Jay C.Flippen).


Ese plano se repetirá en diversas ocasiones, tanto después del asalto a un banco, como de la huída de los dos jóvenes, en una forma de unificar las escapadas de los personajes: sean jóvenes o adultos, huyan de la cárcel, se escapen de un robo o se den a la fuga amorosa, su destino será el mismo, como si estuvieran aplastados, dominados por una fuerza superior.
Otro momento excelente, tremendamente moderno, es el del asalto al banco, filmado casi exclusivamente desde dentro del coche que conduce Bowie. La cámara no entra en ningún momento conT-Dub y Chickamaw dentro del banco, y varios planos se filman desde el asiento de detrás del conductor.


Estamos, pues, cerca de la secuencia antológica del robo de El demonio de las armas (Gun Crazy), de Joseph H.Lewis (film, por cierto, sobre una pareja de delincuentes dados a la fuga, protagonizado por John Dall, la pareja de Granger en La soga), estrenado en 1950, en la cual la cámara se mantiene siempre en la misma posición detrás del conductor sin cortar el plano.
El asalto es un éxito, pero poco después Bowie tiene un accidente de coche y Chickamaw ha de disparar a un policia. Si Bowie tenía aún, ingenuamente, la esperanza de rehacer su vida dentro de la ley, este episodio pone punto final a sus ilusiones. Solo le queda huir con Keechie sin destino alguno. Viajan en autocar y una breve parada los va a llevar a una población donde hay un establecimiento que ofrece bodas las 24 horas del día (un neón nos lo muestra ya desde el principio de la parada a través del cristal frontal del autocar). Aunque ambos se detienen a tomar un café y vuelven a subir con la intención de continuar la marcha, los destellos del neón parecen actuar como un imán.


De forma irreflexiva, deciden casarse, en una ceremonia de lo más deprimente, en la que queda claro el leitmotiv de la película (y título de la novela de la cual es una adaptación): “Thieves Like Us”. Sí, los bancos son ladrones como ellos, como también el supuesto juez de paz sin escrúpulos que los casa y les vende un coche usado. ¿Quién no lo es?


Alquilan una cabaña, en medio del bosque, pero eso no evita que los encuentre Chickamaw y que ofrezca a Bowie participar en un nuevo robo en un banco. Chickamaw es un ser destinado al fracaso, que gasta en alcohol y mujeres lo que gano en los robos, un tipo violento e irascible, aunque adopte un cierto papel paternal respecto a Bowie, lo cual le facilita el chantaje emocional.


A partir de este momento, la inevitable reincidencia de Bowie lo marca trágicamente. Como dice Alcaudón, intuimos que, como Bogart (Mad Dog Earle) en la sensacional High Sierra, pero también como Henry Fonda en la espléndida You Only Live Once (film con el que tiene muchos puntos de contacto), su suerte está echada. El papel de Keechie, como el de Ida Lupino en el film de Walsh o el de Sylvia Sidney en el de Lang, será el de la sufrida amante/esposa: asistir sin remedio a la tragedia, tragedia que en esta ocasión va acompañada de una cruel traición que lleva a cabo el otro personaje femenino, Mattie (magnífica Helen Craig), quién sabe si una imagen premonitoria y amargada de en que se podría convertir Keechie si Bowie mantuviese su carrera delictiva.
En definitiva, un debut a gran altura, donde Ray ya nos expone algunos de los temas que van a ser centrales en su obra (la violencia, la inadaptación, problemas derivados a menudo ya de la juventud), y en especial esa pasión, ese romanticismo a veces exacerbado, que desprenden sus films.
Un último apunte: sobre la misma novela de Edward Anderson, Robert Altman rodó Ladrones como nosotros (Thieves Like Us), con Keith Carradine como Bowie y Shelley Duvall como Keechie, film del que tengo un recuerdo muy lejano y no positivo precisamente. En todo caso, sea como sea el texto original de Anderson (que no he leído), creo que podemos estar seguros que la aproximación de Altman es muy diferente a la de Ray.

PD: Lamentablemente no tengo esa edición de Versus y me he tenido que conformar con la más que deficiente de Manga, ya añeja, lo cual me impide valorar a fondo la fotografía del film. Por cierto, además de los dos títulos que tiene la película (el USA y el UK) y que cita Alcaudón, al parecer hay un tercer título, que en imdb se da como “working title”, que es “Your Red Wagon”, que es el nombre de la canción que oyen interpretar Bowie y Keechie en un local donde van a pasar unos escasos momentos de diversión.

Lapsus mío, querido amigo Earle. Efectivamente, Ray no era un jovencito cuando empezó su carrera (oficial) como realizador. Claro que ahí le supera Charles Laughton con ¡55! años.

Por cierto, cuando la película se estrenó en 1948 en EEUU (no en Reino Unido) se tituló THE TWISTED ROAD pero fue rápidamente retirada de las salas comerciales cuando obtuvo unas pobres recaudaciones (aunque buenas críticas). Se estrenó definitivamente como THEY LIVE BY NIGHT en 1949 cuando ya lo habían hecho previamente sus dos siguientes films (A WOMAN'S SECRET y KNOCK ON ANY DOOR / LLAMAD A CUALQUIER PUERTA).

THEY LIVE BY NIGHT podría ser una especie de borrador de otra de sus más grandes (y reconocidas) obras maestras: REBEL WITHOUT A CAUSE / REBELDE SIN CAUSA, ya que trata el amor entre adolescentes y la delincuencia juvenil, aunque tanto el transfondo, como el desarrollo y el final sean distintos.

Y, desde luego, para mí el romanticismo es el tema clave en buena parte de las películas de Ray (léase la hoy comentada, IN A LONELY PLACE, ON DANGEROUS GROUND, THE LUSTY MEN, JOHNNY GUITAR, ...) aunque luego se ubiquen en géneros diversos (cine negro, western, etc).

Efectivamente, la secuencia del atraco, rodada cámara en mano y en la parte trasera del coche, recuerda poderosamente a similar escena en DEADLY IS THE FEMALE / GUN CRAZY / EL DIABLO DE LAS ARMAS (otra película con doble titulación por las mismas causas que las arriba comentadas) aunque Joseph H. Lewis la mejora notablemente.

Cuando el policía muere nuestros protagonistas tienen las horas contadas y sólo es cuestión de tiempo que uno o los dos acaben sucumbiendo. La referencia a la obra maestra de Walsh no es baladí pues es uno de los ejemplos pluscuamperfectos que ha dado el cine y ambos con similiar fin. Sólo pensar cómo quedan los personajes femeninos en ambas películas me provoca una profunda congoja. Unos seres solitarios que habían encontrado en sus parejas no sólo la manera de huir de una situación familiar calamitosa sino también porque han conocido por primera vez el amor en su sentido más bello y perfecto.

La cita "Son ladrones como nosotros" se repite varias veces a lo largo de la cinta y si ciertamente el personaje del sacerdote no es precisamente un santo al final tiene al menos la decencia de negarle al joven Bowie la posibilidad de huir a México a pesar de la considerable suma de dinero que ganaría en la transacción ya que sabe que el futuro del mismo ya está decidido.

La película de Lang que trata una temática similar la tengo un tanto enterrada en la memoria pero sí podría servir de molde para la obra de Ray, no sólo por tratarse de jóvenes inocentes enamorados sino por el signo fatalista que impregna buena parte de la obra langiana y que Ray comparte en alguna de sus películas (como la hoy citada).

La copia que yo he visionado tiene el citado título YOUR RED WAGON (¡!) que es el título de la canción que interpreta la mujer de color en el garito donde Bowie es convidado a abandonar la ciudad. Como vemos el baile de títulos es notable.

Y como bien comentas en el apartado interpretativo todos los actores están magníficos, especialmente Cathy O'Donnell que siempre me ha parecido la dulzura personificada. Y ciertamente Farley Granger siempre me ha parecido un actor blando pero aquí lo veo muy bien y la química que se establece entre ambos es notable. E igualmente Howard Da Silva, Jay C. Flippen (un habitual en los westerns de James Stewart para la Universal) o Helen Craig (la escena en que delata a Bowie para conseguir sacar a su marido de la prisión es absolutamente desoladora. La mirada del marido es bien definitoria del desprecio que siente por un gesto así aunque le saque de la cárcel) están fabulosos.

Y para acabar comentar que todas las primeras películas de Ray fueron fracasos de taquilla (salvo BORN TO BE BAD (una de esas películas alimenticias que le endosaba el magnate Howard Hughes)). Y salvo LLAMAD A CUALQUIER PUERTA todas inéditas en nuestro país.

Espléndido trabajo, amigo Earle. Este puede ser el inicio de una gran amistad...

Iniciado por Jane Olsen

Nada puedo añadir a vuestros excelentes comentarios . Tengo la película muy enterrada en mi mente (desgraciadamente, no creo que pueda revisitarla en breve ), pero evidentemente, hay muchos paralelismos con la cinta de Lang que ya mencionaba Mad Dog, y a pesar de ser una cinta primeriza, ya tiene muchos de los temas que aparecerán en la filmografía de Ray: preferencia por personajes solitarios, hasta marginados, infelices, desorientados, pero con un fondo de idealismo y de romanticismo exuberante, que parecen conservar hasta en las circunstancias más abyectas. También por los amores imposibles que surgen y perviven en medio de la adversidad: es como si sólo en el amor de uno semejante a él hallaran valor las vidas de estos personajes abocados a una suerte de trágico existencialismo, o por lo menos, un lenitivo a sus pesares. En muchas películas de Ray hallaremos más simpatía hacia estos personajes que frecuentemente rompen las reglas frente a los que las siguen o las crean (pienso en las Emma y Vienna de Johnny Guitar: tan parecidas y tan distintas: una lo tuvo todo desde su nacimiento, y pudo por ello ser libre; la otra hubo de conquistar su independencia, y lo hizo de maneras probablemente no muy honrosas). También hay una marcada predilección por las ambientaciones nocturnas, agrestes y desoladas, como reflejando la soledad y la angustia vital de estos personajes.

Creo que no andaré desencaminada si digo que Ray fue el último romántico.

El encabezamiento de la serie ya lo dice claramente: Nicholas Ray, el último gran romántico del cine clásico norteamericano. Y es que para mí el eje central que vertebra toda la obra de Ray (o al menos la más importante) son las relaciones amorosas entre los protagonistas (ya sean jóvenes (THEY LIVE BY NIGHT, REBELDE SIN CAUSA) o maduros (IN A LONELY PLACE, ON DANGEROUS GROUND, THE LUSTY MEN, JOHNNY GUITAR). Y también ese carácter de outsider de los mismos. Personajes que no encuentran acomodo en la sociedad o en el tiempo que les ha tocado vivir.

Algo que ya destaqué en el modesto comentario que inicia la serie es lo maravillosamente escritas que están las películas de Ray. Unas veces acreditado y otras no pero Ray (como todos los grandes directores) intervenía en la confección de los guiones desde sus primeras fases o si no partían de tratamientos hechos por él. Películas como JOHNNY GUITAR tienen diálogos que todos recordamos con facilidad (como por ejemplo los de CASABLANCA). O IN A LONELY PLACE, donde el personaje interpretado (magistralmente) por Bogart (un guionista) no sabe en que parte de la película insertar un monólogo arrebatadoramente romántico que le recita a Gloria Grahame, el amor de su vida.

Ojalá te animes a participar amiga Olsen. Yo también ando liado y además mi salud, tanto física como espiritual, no es la mejor en estos momentos. Pero el cine tiene algo mágico que le hace a uno olvidarse del mundo en el que vive y, por unos momentos, vivir en el mundo donde uno desearía haber nacido.

Y más con amigos que comparten la misma pasión y que intervienen en este o en otros foros a los que igualmente animo a que participen.

Iniciado por mad dog earle

Esa última frase me recuerda el comentario de Alcaudón sobre que es un director olvidado por las nuevas generaciones. Probablemente, Ray como tantos otros, pero en todo caso no lo fue para las generaciones de cineastas de los 70 y 80, y cito dos casos emblemáticos: Wim Wenders y Jim Jarmusch. Wenders trabajo con él (por ejemplo, en Der amerikanische Freund) e incluso firmó con el maestro el canto de cisne rayano: Lightning Over Water. Jarmusch fue alumno suyo en la universidad e incluyó un agradecimiento a Ray en su film de debut, Permanent Vacation, además de citarlo explícitamente en un momento del film en que el protagonista va a ver The Savage Innocents. Intuyo, además, que en Francia puede haber mantenido su poder de influencia, teniendo en cuenta que fue uno de los preferidos de los directores vinculados a Cahiers du Cinema, en especial Truffaut o Godard, el cual dijo, en una de esas frases suyas típicamente provocadoras, que "el cine es Nicholas Ray".

La película de Wenders es una de las que excluiré en mis comentarios ya que no me gusta la idea de filmar a una persona es sus últimos instantes de la vida. No es precisamente el tipo de película que mejor me conviene en estos momentos.

Y en cuanto al olvido de las nuevas generaciones tampoco hay que rasgarse las vestiduras. Yo también reconozco que desconozco buena parte del cine no norteamericano clásico que es el que más satisfacciones me produce. Pero sí me da pena que ya nadie recuerde a directores como Frank Borzage, Clarence Brown, Edmund Goulding, Anatole Litvak o Lewis Milestone. Pero... el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.

Haciendo un breve resumen de algunas cosas comentadas... no me gusta tampoco Nicholas Cage pero le perdoné para ver 8mm, la de Schumacher, porque la pilé por TV recientemente, y como hacía un papel de tío decente me cayó mejor. Eso sí, la película incluye un montón de cosas asquerosísimas y odiosísimas así que no puedo recomendarla pero no está mal. Os parecerá una chorrada pero he encontrado varias similitudes con Eyes Wide Shut , por ejemplo:

Ambas son de 1999.
Tío casado y con una hija.
Tío que se va de casa sin explicar qué es lo que hace verdaderamente fuera de ella.
Tío que llama a su mujer de vez en cuando a casa durante sus "hazañas".
Tío que se ve enfrascado en una situación que puede hacer peligrar su vida.
Se introduce en un mundo de sexo y depravación.
Crítica a la alta sociedad.
Abundancia de escenas nocturnas.
Matrimonio en peligro.

Y más cosas que sería entrar en spoiler, para suavizarlo sin contar nada estaría el deseo de saber qué le ocurrió realmente a una chica, la nota que recibe como advertencia... y más que ya no me acuerdo.

En cuanto a Jack Clayton, he visto A las nueve cada noche y me gustó pero también me parece muy superior The innocents. Aunque lo que voy a decir ahora iría más para el post De la literatura al cine creo que es la mejor adaptación de la novela de Henry James, tras haberla leído. Por cierto, hay una muy desconocida adaptación española (no hablo de la no reconocida Los otros) que no sé si habremos visto muchos. Se llama El celo, su director Antoni Aloy jamás volvió a filmar un largometraje y eso que tuvo que tener buenos contactos para que en su primer largo contase con ¡OJO!: Sadie Frost (la Lucy caliente del Drácula de Coppola), Lauren Bacall, Harvey Keitel y... Jude Law.

En realidad el último sale menos de un minuto en pantalla; sólo se levanta y abre una puerta ¡en serio! al principio de la película. El penúltimo sale poquito, pero al menos habla. Me dio la sensación de que el director o el guionista no entendieron para nada la novela y le quitaron toda la ambigüedad a la misma. Pero... eso sí, quizá para reflejar un poco las posibles ansiedades sexuales de su protagonista Sadie Frost nos brinda un desnudo integral ante el espejo, que aunque no moleste para nada porque la señora Frost estaba excelente en aquella época queda muy de peli española ahí metido con calzador. Imagino que será la única adaptación donde la modosita protagonista sale de esa guisa.

En cuanto a interpretaciones... salvaría a Sadie Frost, no me disgusta en ese papel aunque da cierta imagen de fiera que no veo exactamente en la novela (es interpretable), no es como Deborah Kerr ni de coña, pero Lauren Bacall es absolutamente inapropiada así como Harvey Keitel. La primera es una amargada con muy mala leche cuando en la novela es una señora bonachona, el segundo, más que un caballero como en la novela, parece un macarra con ganas de meter mano a la chica en cada plano.

Si hablamos de localizaciones, está todo tan soleado y la casa es tan inapropiada que no merece la pena dedicarle tiempo. Son fantasmas al sol, por si fuera poco creo que se rodó en un lugar con tanta lluvia y niebla como Baleares, al menos de ahí es su director.

Sobre They live by night poco más se puede decir que lo que ya habéis dicho, me parece una absoluta maravilla.

Iniciado por Alcaudón

Cuando el policía muere nuestros protagonistas tienen las horas contadas y sólo es cuestión de tiempo que uno o los dos acaben sucumbiendo. La referencia a la obra maestra de Walsh no es baladí pues es uno de los ejemplos pluscuamperfectos que ha dado el cine y ambos con similiar fin. Sólo pensar cómo quedan los personajes femeninos en ambas películas me provoca una profunda congoja. Unos seres solitarios que habían encontrado en sus parejas no sólo la manera de huir de una situación familiar calamitosa sino también porque han conocido por primera vez el amor en su sentido más bello y perfecto.

De hecho, al principio, mientras Bowie espera que lo recojan, aparece un perrito que se le acerca amistosamente. El detalle me hizo recordar High Sierra, donde también hay un perro un tanto cenizo (como se dedica a comentar con poca gracia el insufrible Willie Best), que acompañará a Roy Earle hasta el final. Pero en el film de Ray ese perro aparentemente abandonado desaparece de seguida, no tiene quizá más función que remarcar el carácter de cachorro sin hogar del propio Bowie.

Iniciado por Alcaudón

La cita "Son ladrones como nosotros" se repite varias veces a lo largo de la cinta y si ciertamente el personaje del sacerdote no es precisamente un santo al final tiene al menos la decencia de negarle al joven Bowie la posibilidad de huir a México a pesar de la considerable suma de dinero que ganaría en la transacción ya que sabe que el futuro del mismo ya está decidido.

Creo que en este caso no podemos hablar de sacerdote, no es una ceremonia religiosa. Supongo que es lo que se suele llamar un juez de paz, aunque esto de los matrimonios en Estados Unidos tiene su intríngulis, como el cine nos ha dejado ver a menudo. Por cierto, el tal oficiante está interpretado por otro excelente secundario, Ian Wolfe.

Iniciado por Alcaudón

La copia que yo he visionado tiene el citado título YOUR RED WAGON (¡!) que es el título de la canción que interpreta la mujer de color en el garito donde Bowie es convidado a abandonar la ciudad. Como vemos el baile de títulos es notable.

Por cierto, ¿qué copia has visto? ¿La de Versus? Si es así, ¿cómo se explica que lleve "Your Red Wagon" como título? Como comenté, en imdb figura como "working title", me sorprende que haya ediciones que lleven ese título. ¿Se estrenó en algún lugar así titulada? En todo caso, aconsejo no ver la edición de Manga, a no ser como último recurso (que es lo que me ha pasado a mí).

Iniciado por Alcaudón

Y como bien comentas en el apartado interpretativo todos los actores están magníficos, especialmente Cathy O'Donnell que siempre me ha parecido la dulzura personificada. Y ciertamente Farley Granger siempre me ha parecido un actor blando pero aquí lo veo muy bien y la química que se establece entre ambos es notable. E igualmente Howard Da Silva, Jay C. Flippen (un habitual en los westerns de James Stewart para la Universal) o Helen Craig (la escena en que delata a Bowie para conseguir sacar a su marido de la prisión es absolutamente desoladora. La mirada del marido es bien definitoria del desprecio que siente por un gesto así aunque le saque de la cárcel) están fabulosos.
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Cathy O'Donnell me fascina, me enamora, ya desde el primer momento, cuando casi no vemos su rostro, por la oscuridad y el sombrero que lleva. Su mirada es dulce, sí, pero también de una tristeza infinita. Del trío que actrices que hemos nombrado (Sidney, Lupino y O'Donnell), todas ellas excelentes, esta Keechie me resulta la más tierna, la más entrañable, aunque la Marie de Lupino es la que más gusta a Mad Dog, como es natural.

Sobre el personaje de Helen Craig, yo creo que desde el primer momento es como si vieramos a Keechie, con más años, después de llevar una vida desesperanzadora con su marido en prisión, que es lo que seguramente le hubiera pasado a Keechie si Bowie hubiera sido apresado en lugar de "ejecutado". Pero Bowie es un personaje con una aura legendaria, a pesar suyo, como tantos otros personajes de Ray (Johnny Guitar o el mismo Jim Stark de Rebel Without a Cause), y su destino no son las rejas.

Iniciado por Mizoguchi

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En cuanto a Jack Clayton, he visto A las nueve cada noche y me gustó pero también me parece muy superior The innocents. Aunque lo que voy a decir ahora iría más para el post De la literatura al cine creo que es la mejor adaptación de la novela de Henry James, tras haberla leído. Por cierto, hay una muy desconocida adaptación española (no hablo de la no reconocida Los otros) que no sé si habremos visto muchos. Se llama El celo, su director Antoni Aloy jamás volvió a filmar un largometraje y eso que tuvo que tener buenos contactos para que en su primer largo contase con ¡OJO!: Sadie Frost (la Lucy caliente del Drácula de Coppola), Lauren Bacall, Harvey Keitel y... Jude Law.
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Pues yo no, ni siquiera había oído hablar de ella. La que sí conozco, y tengo en mi videoteca, es Otra vuelta de tuerca, de Eloy de la Iglesia, una adaptación bastante correcta, aunque De la Iglesia invierte el sexo de la institutriz, aquí un hombre interpretado por Pedro Mari Sánchez.

Haciendo caso de la advertencia de Jane Olsen, he mirado en youtube La bandera negra, de Amando de Ossorio, "antes de que los talibanes del copyright arramblen con ella". No me extenderé porque el comentario de Jane (as usual) es magnífico (aquí), hasta el punto que a pesar de reiterar lo aburrido y trasnochado de la propuesta me generó ganas de darle un vistazo.

Visualmente resulta muy interesante, me recuerda experimentos como los de Carlos Arévalo en Rojo y negro (creo que comenté el film aquí hace tiempo), en especial esos maniquís que suplen la presencia de jueces, fiscal y público en el juicio imaginado por ese padre desesperado por la inminente ejecución del hijo. También sorprende la larga secuencia en el cementerio, con frecuentes picados y un notable trabajo de ambientación y de fotografía (aunque como es habitual la copia en youtube es penosa). Lástima que el film no sea mudo, porque lo que le pierde es el monólogo de Seoane, absolutamente plomizo, cuando no directamente risible, hasta el punto que uno duda desde la distancia (es de 1956) si hay una cierta ironía en tanto apelar al cristianismo para justificar el rechazo de la pena de muerte: ¿o es una medida de protección ante el régimen, que siguió asesinando hasta 1975? Tanta mojigatería produce un cierto dolor de estómago y aviva algunos recuerdos indeseables a los que ya tenemos una edad y fuimos educados en la Formación del Espíritu Nacional, pero lo que pasa es que es tan exagerada esa carga de mensaje cristiano que la duda es si alguien se lo podía tragar. A pesar de que las referencias parece que hacen evidente que la acción transcurre en España, hay algunos detalles curiosos, como por ejemplo que el hijo va a ser ahorcado en lugar de morir por el garrote vil. De hecho, la película se encabeza con un rótulo dirigido a los países donde hay pena de muerte, sin especificar. En fin, solo apta para curiosos impenitentes, pero con todo no me arrepiento de haberla visto. De seguro que en otro país merecería ser más conocida.
Y solo un matiz al comentario de Jane: dices en referencia a la víctima del condenado que se presenta “la finada como poco menos que un bicho”. Yo creo que a quien se presenta como un bicho, como una “mala mujer” (como se decía entonces), es a la amante del hijo (si es que llega a amante, porque con tanto beaterío...), que es la que le sugiere que si se muriera la mujer podrían vivir juntos. O al menos eso me pareció entre tanta verborrea altisonante y campanuda.

A mí lo que me dejó muerta fue, cuando, en medio del juicio, va y saca la foto del hijo ¡pero del hijo de bebé ..!

Con todo, ya digo, un ejercicio de estilo muy curioso y estimulante. Qué hubiera llegado a hacer Ossorio con más medios y un guión mejor, no lo sabemos, por desgracia. La escena en que el personaje rememora su juventud y su intento por ser torero, con ese contrapicado, también es de las que se te quedan grabadas. Tenía casi la sensación de estar viendo una pintura de Dalí o de Giorgio de Chirico.

Iniciado por mad dog earle

De hecho, al principio, mientras Bowie espera que lo recojan, aparece un perrito que se le acerca amistosamente. El detalle me hizo recordar High Sierra, donde también hay un perro un tanto cenizo (como se dedica a comentar con poca gracia el insufrible Willie Best), que acompañará a Roy Earle hasta el final. Pero en el film de Ray ese perro aparentemente abandonado desaparece de seguida, no tiene quizá más función que remarcar el carácter de cachorro sin hogar del propio Bowie.



Creo que en este caso no podemos hablar de sacerdote, no es una ceremonia religiosa. Supongo que es lo que se suele llamar un juez de paz, aunque esto de los matrimonios en Estados Unidos tiene su intríngulis, como el cine nos ha dejado ver a menudo. Por cierto, el tal oficiante está interpretado por otro excelente secundario, Ian Wolfe.



Por cierto, ¿qué copia has visto? ¿La de Versus? Si es así, ¿cómo se explica que lleve "Your Red Wagon" como título? Como comenté, en imdb figura como "working title", me sorprende que haya ediciones que lleven ese título. ¿Se estrenó en algún lugar así titulada? En todo caso, aconsejo no ver la edición de Manga, a no ser como último recurso (que es lo que me ha pasado a mí).




Cathy O'Donnell me fascina, me enamora, ya desde el primer momento, cuando casi no vemos su rostro, por la oscuridad y el sombrero que lleva. Su mirada es dulce, sí, pero también de una tristeza infinita. Del trío que actrices que hemos nombrado (Sidney, Lupino y O'Donnell), todas ellas excelentes, esta Keechie me resulta la más tierna, la más entrañable, aunque la Marie de Lupino es la que más gusta a Mad Dog, como es natural.

Sobre el personaje de Helen Craig, yo creo que desde el primer momento es como si vieramos a Keechie, con más años, después de llevar una vida desesperanzadora con su marido en prisión, que es lo que seguramente le hubiera pasado a Keechie si Bowie hubiera sido apresado en lugar de "ejecutado". Pero Bowie es un personaje con una aura legendaria, a pesar suyo, como tantos otros personajes de Ray (Johnny Guitar o el mismo Jim Stark de Rebel Without a Cause), y su destino no son las rejas.

Tengo dos copias. Una la de Versus donde el título es THEY LIVE BY NIGHT y otra en alta definición y que lleva por título YOUR RED WAGON.

La verdad es que, al final, es un lío con tanta nomenclatura. El título con que se estrenó por primera vez en EEUU (desconozco si fue así también en Reino Unido) fue THE TWISTED ROAD. No sería hasta un año después que se volviera a re-estrenar (imagino que con un nuevo montaje dada la habitual manía del paranoico Howard Hughes) con el ya más conocido THEY LIVE BY NIGHT.

REVISANDO CLÁSICOS: LA COMEDIA.

STAND-IN (1937, SIEMPRE EVA) de Tay Garnett.

Walter Wanger Productions, Inc. / United Artists Corp.



Divertida sátira sobre el mundo de Hollywood en la estela de la mítica A STAR IS BORN (1937, HA NACIDO UNA ESTRELLA) de William A. Wellman pero obviando los aspectos más sórdidos de la misma y decantándose más hacia la comedia ligera y romántica.

Con un excelente reparto encabezado por el prematuramente desaparecido Leslie Howard, Joan Blondell y Humphrey Bogart y dirigidos con buen pulso por el nunca suficientemente valorado Tay Garnett, STAN-IN (título que hace referencia al papel de doble de la actriz principal encarnado por la Blondell) es un título a rescatar dentro del ramillete de obras maestras que trufan el género de la comedia en los años '30, sin duda la década de oro del mismo, al menos en cuanto al cine sonoro se refiere.

La película narra las visicitudes de un contable, Atterbury Dodd (un divertidísimo Leslie Howard), al que su jefe (el patriarca de una saga de banqueros (inenarrable esa junta donde conviven abuelo (nonagenario), hijo y nieto (¡!)) envía a Hollywood para intentar salvar al estudio de cine Colossal Film Co. de la bancarrota y de que caiga en las manos del especulador Ivor Nassau (C. Henry Gordon).



All llegar a Hollywood pronto conocerá a la cautivadora Lester Plum (una estupenda y guapísima Joan Blondell) pero a la que (como el personaje encarnado por Cary Grant en BRINGING UP BABY (1938, LA FIERA DE MI NIÑA)) el despistado Atterbury no parece interesar demasiado. Un Atterbury obsesionado por los números (es un poeta de las matemáticas (si tal cosa es posible)) y con la obsesiva costumbre de vaciar los ceniceros de colillas.



En la Colossal trabaja como productor Douglas Quintain (un Humphrey Bogart alejado de sus papeles de gángster habituales), enamorado de la inepta actriz Thelma Cheri (Marla Shelton) y a la que, como decíamos, la Blondell (una actriz muy popular en los '30 pero que hoy nadie parece recordar) hace de doble.



Como decía, una deliciosa comedia romántica donde como en las obras del citado Howard Hawks es la fémina la que toma la iniciativa, primero convirtiéndose en la secretaria de Dodd (tiene una memoria tan buena (de pequeña fue una popular actriz infantil) que no necesita tomar nota de los parlamentos de este) y luego cuando se vuelve la conciencia del contable al que le hace ver que lo que el considera números, los 3.000 empleados del estudio, son en realidad personas de carne y hueso.

Por supuesto la película acaba bien y los enamorados vivirán felices y comerán perdices. En tiempos como estos, todo una bálsamo para los ánimos abatidos. La sátira sobre la meca del cine es suave pero no deja de tener su lado corrosivo y cierta mala leche.

Comentando un par de cosas sobre la producción, Leslie Howard y Humphrey Bogart ya habían trabajado juntos en la estupenda THE PETRIFIED FOREST (1936, EL BOSQUE PETRIFICADO), la película que empezó a hacer famoso al segundo.

Y también es curioso que el guión, escrito por Gene Towne y Graham Baker, basado en una historia de Clarence Budington Kelland, tiene ciertas concomitancias con la obra de Frank Capra MR. DEEDS GOES TO TOWN (1936, EL SECRETO DE VIVIR) que también se basaba en una historia de la susodicha.

Una velada francamente agradable en compañía de mi querida madre de 84 años y que todavía ve el cine en V.O.S.E.

Dulces sueños

El último Sharknado: Ya era hora (TV) (2018)............................... 5










Se ha cerrado el círculo




Sí, lo sé, antes de leer mi comentario, tal vez os deis cuenta de la nota que le he puesto. Es que soy muy generoso, lo sé, demasiado, pero yo soy así. Vamos a lo que nos interesa, por decirlo de alguna manera. Y ya tenemos entre nosotros la última entrega de una saga que empezó en 2013. Sinceramente y sabiendo lo que es este producto bizarro, fantástico y pasado de vueltas, en esta secuela se les va mucho más la pinza, me ha resultado pasable, aunque visualmente dañe bastante la vista. Unos efectos visuales algo deficientes, pero yo creo que, a estas alturas, no se le puede pedir "peras al olmo" a esta saga. Tras el final abierto de la 5ª, de algún modo hace un salto en el tiempo a lo Regreso al Futuro y no se esconde de ello. Ian Ziering, Tara Reid y la guapa Cassandra Scerbo, retoman sus respectivos personajes e intentan sobrevivir con nuevas aventuras. No se cortan un pelo con los guiños a la mencionada Regreso al Futuro, la serie Sensación de Vivir (con la presencia a modo de cameo-secundaria de Tori Spelling, aunque no es el único cameo de este film) en la que Ziering fue uno de los actores protagonistas, La Princesa Prometida, Star Wars, y algunas más que me dejo por el camino. Ya he llegado aquí y no he querido abandonar el visionado, he aguantado hasta el final a ver lo que el guión y la paupérrima trama les deparaba a nuestros protagonistas. Entre saltos en el tiempo y en distintas épocas va el juego. Mezcla realidad histórica y ficción con los Sharknados del título. Mi cara ha esbozado una carcajada porque no me esperaba encontrar a Neil deGrasse Tyson y parece que lo estaba disfrutando. El guionista ha sabido cerrarla como bien se merece, pero por nuestro bien, espero que no se vuelva abrir. Mi nota final, y repito, siendo muy generoso, es de un 5 (raspado) /10.

Iniciado por Alcaudón

Tengo dos copias. Una la de Versus donde el título es THEY LIVE BY NIGHT y otra en alta definición y que lleva por título YOUR RED WAGON.

La verdad es que, al final, es un lío con tanta nomenclatura. El título con que se estrenó por primera vez en EEUU (desconozco si fue así también en Reino Unido) fue THE TWISTED ROAD. No sería hasta un año después que se volviera a re-estrenar (imagino que con un nuevo montaje dada la habitual manía del paranoico Howard Hughes) con el ya más conocido THEY LIVE BY NIGHT.

Como evidentemente es una investigación que nos supera, sería interesante disponer de una "edición crítica" con las diferentes versiones y comentarios adecuados a todo este juego de cambio de nombres y de estrenos diversos durante dos años. También saber en qué metió mano Hughes, si es que lo hizo. De todas formas, de los tres títulos, el que me gusta más (todo y que resulta algo extraño) es They Live By Night.

Parece el título de una película de vampiros...

Alcaudón, tu comentario sobre Stand-In me invita a revisisarla porque cuando vi el film (por televisión, supongo, hará unos diez años) anoté: "guion horroroso, dirigido sin convicción y con actores completamente inadecuados (en especial, Bogart)". Quizá tenía un mal día...

Hablando de Howard Hughes tengo en perspectiva un programa doble con dos de las peores películas protagonizadas por John Wayne (THE CONQUEROR (1956, EL CONQUISTADOR DE MONGOLIA) de Dick Powell y JET PILOT (1957, AMOR A REACCIÓN) de Josef von Sternberg (y Nicholas Ray )) donde el citado productor hizo y deshizo a su antojo. Sólo de pensarlo ya me entran sudores...

Como siempre (salvo excepciones, lógicamente) sólo comento películas que me gustan. Esta será toda una novedad en mi curriculum.

Iniciado por mad dog earle

Alcaudón, tu comentario sobre Stand-In me invita a revisisarla porque cuando vi el film (por televisión, supongo, hará unos diez años) anoté: "guion horroroso, dirigido sin convicción y con actores completamente inadecuados (en especial, Bogart)". Quizá tenía un mal día...

Teniendo en cuenta que es una película que no creo haber visto nunca, me pareció muy entretenida. Ciertamente no alcanza la grandeza de títulos coetáneos como LA FIERA DE MI NIÑA o MEDIANOCHE, pero me pasé un rato la mar de agradable. Y, como decía, tanto Leslie Howard como Joan Blondell están deliciosos. Bogart tiene un papel menor pero se agradece verlo fuera de su papel habitual de gángster.
De todas formas, querido amigo, los gustos de cada uno son personales e intransferibles.

Iniciado por Alcaudón

Hablando de Howard Hughes tengo en perspectiva un programa doble con dos de las peores películas protagonizadas por John Wayne (THE CONQUEROR (1956, EL CONQUISTADOR DE MONGOLIA) de Dick Powell y JET PILOT (1957, AMOR A REACCIÓN) de Josef von Sternberg (y Nicholas Ray )) donde el citado productor hizo y deshizo a su antojo. Sólo de pensarlo ya me entran sudores...

Como siempre (salvo excepciones, lógicamente) sólo comento películas que me gustan. Esta será toda una novedad en mi curriculum.

Recuerdo que la sufrí hace tiempo. Mala, muy mala, muy ridícula, muy risible, muy mal hecha. Con razón se la considera una de las peores películas de la historia.

Si no recuerdo mal esa del El conquistador de Mongolia le costó la vida a casi todo aquel que participó en ella, parecido a Stalker. Aún no he visto la de Wayne, espero que en las copias de la película no se conserve algo de la radiación...

Iniciado por Mizoguchi

Si no recuerdo mal esa del El conquistador de Mongolia le costó la vida a casi todo aquel que participó en ella, parecido a Stalker. Aún no he visto la de Wayne, espero que en las copias de la película no se conserve algo de la radiación...

Así es. Por lo visto, hubo un montón de muertes de gente relacionada con la película, en los quince-veinte años siguientes, sobre todo casos de cáncer. La razón: se rodó en en un desierto de los Estados Unidos donde, pocos años atrás, el ejército había hecho pruebas con armas nucleares, y nunca lo dijeron. Para empeorar, tuvieron la brillante ocurrencia de llevarse al estudio no sé cuantos cientos de toneladas de tierra de ese desierto para hacer allí reshoots ...

Iniciado por Alcaudón

Teniendo en cuenta que es una película que no creo haber visto nunca, me pareció muy entretenida. Ciertamente no alcanza la grandeza de títulos coetáneos como LA FIERA DE MI NIÑO o MEDIANOCHE, pero me pasé un rato la mar de agradable. Y, como decía, tanto Leslie Howard como Joan Blondell están deliciosos. Bogart tiene un papel menor pero se agradece verlo fuera de su papel habitual de gángster.
De todas formas, querido amigo, los gustos de cada uno son personales e intransferibles.

El problema es que no siempre es una cuestión de gustos (que, ciertamente, son personales e intransferibles). A veces pueden ser las circunstancias del film o personales (mala copia, doblaje infecto, estado anímico bajo o presencia del sueño o de otras preocupaciones, condiciones ambientales inapropiadas), pero también el contexto "cinéfilo" en que se ve un film: desconocimiento de la obra del director (que impide apreciar muchos detalles valiosos), de la época, del género, etc. Por eso, la película que nos "gusta" hoy quizá no nos gustará mañana (porque los gustos, además de personales e intrasferibles son mutables), pero es que además la película que consideramos hoy "buena" o "mala" quizá nos parezca lo contrario al cabo de un tiempo. De ahí la gracia (y el riesgo) de las revisiones.

Iniciado por mad dog earle

El problema es que no siempre es una cuestión de gustos (que, ciertamente, son personales e intransferibles). A veces pueden ser las circunstancias del film o personales (mala copia, doblaje infecto, estado anímico bajo o presencia del sueño o de otras preocupaciones, condiciones ambientales inapropiadas), pero también el contexto "cinéfilo" en que se ve un film: desconocimiento de la obra del director (que impide apreciar muchos detalles valiosos), de la época, del género, etc. Por eso, la película que nos "gusta" hoy quizá no nos gustará mañana (porque los gustos, además de personales e intrasferibles son mutables), pero es que además la película que consideramos hoy "buena" o "mala" quizá nos parezca lo contrario al cabo de un tiempo. De ahí la gracia (y el riesgo) de las revisiones.

Hay muchas películas que caen con las revisiones ...