
Iniciado por
Charles Lee Ra
Comparto lo que comentas sobre "El planeta de los simios"... su doblaje es de mis favoritos, con Claudio Rodriguez doblando a Taylor (dobló a Heston varias veces más, por ejemplo en El tormento y el éxtasis).
Respecto a los doblajes perdidos, hay gente haciendo labores de recuperación por Internet, pero creo que nunca se recuperarà todo.
Dicho esto, he visto Breve encuentro, de Lean, y El rapto de Bunny Lake, de Otto Preminger.
Breve encuentro es un peliculón del quince, donde un encuentro impersonal en la cafetería de una estación de tren, o un puñetero grano de arena en el ojo y un médico en el lugar adecuado pueden cambiarte la vida. Todo empieza con ese hombre y esa mujer, tan serios en la cafetería, y una vieja chismosa que les interrumpe, y no sabemos de que hablaban ni porque estaban tan solemnes. Luego, la protagonista, Laura (Celia Johnson), irá desgranando un monólogo interno impresionante mientras nos cuenta como, casi sin darse cuenta, se enamora de un desconocido médico, Alec (Trevor Howard) pese a estar ambos casados y con niños.
Una historia de amor imposible como tantas contadas por Hollywood, pero aquí especialmente bien narrada e interpretada. Impresionantes los protagonistas y los secundarios (ese marido, bueno pero indiferente, o el desternillante personal de la cafetería), esas miradas, esos sentimientos, esa relación de altibajos, apasionada y llena de culpabilidad, terceras personas metiéndose por en medio...
Y por supuesto, al final, entendemos el porqué del principio, el porqué de esa solemnidad, el porqué de la tristeza de Laura, el porqué le hubiera gustado estrangular a la vieja chismosa. A mi también me han dado ganas!
Junto con "En algún lugar del tiempo" (una de mis películas favoritas de todos los tiempos) la mejor historia de amor que he visto nunca en una pantalla.
Con El rapto de Bunny Lake ya llevo tres pelis de Preminger vistas, un puñetero maestro. Curiosamente, las tres giran en torno a un crimen en torno al cual surgen grandes dudas (sobre su autoría o sobre si el crimen se cometió realmente). Con "Bunny Lake" se alcanzan unos grados de surrealismo dignos de Laura, más una considerable paranoia, y gracias a unos actores de primera, la película se ve sin uno darse cuenta de que pasa el tiempo.
Tenemos a una madre soltera, Ann Lake (Carol Lynley) que llega con su hija a Inglaterra para vivir con su hermano Stephen (siempre es un placer ver al desaprovechado Keir Dullea) y que deja a su hija en la escuela, para luego no encontrarla. Nadie parece haber visto a la niña, ni la profesora, ni la cocinera que supuestamente debería haberla vigilado hasta que llegase la primera, ni ninguna de las otras niñas. Mientras la angustia va haciendo presa de la pequeña familia Lake, el superintendente encargado del caso (Laurence Olivier, grande) empieza a sospechar que la niña, Bunny Lake, en realidad no existe, y su supuesta "madre" es una enferma mental...
Es increíble como Otto nos va metiendo en esa atmósfera enrarecida, y como nos va haciendo dudar de la existencia de una niña a la que nosotros los espectadores nunca hemos visto, mientras nos presenta un desfile de personas perturbadas que podrían, o no esconder algo: el casero borracho y de inciertas intenciones, la retirada directora de la escuela, que vive en el piso de arriba escribiendo un libro sobre traumas y pesadillas infantiles (Martita Hunt, la inolvidable Baronesa Meinster de Las novias de Dracula).
Soberbia.