El sirviente, (The servant), Joseph Losey 1.963. Obra maestra, de este director izquierdista americano afincado en Reino Unido, después de escapar de las políticas del senador McCarthy, acusado de actividades antiamericanas; y que buen resultado le dió, ya que en Europa pudo realizar todo lo que en su país no hubiera podido.
Parte de la "culpa" de que sus obras europeas hayan alcanzado el status de obras maestras, ha sido debida a lo colaboración con el genial guionista, y creo que más tarde Premio Nobel, Harold Pinter, en tres de sus mejores obras: El sirviente(1.963), Accident (1.967), y El mensajero (1.970).
Hablando de Pinter, que escribió el guión de El sirviente a partir de un relato corto, ya de por sí el guión merece un estudio aparte, por su impecable perfección. La película que perfectamente pudiera haberse exhibido en cualquier clase de Psicología o Psiquiatría, muestra la destrucción de la voluntad de un ser humano a manos de otro, también en cierto modo, la lucha de clases y el intento de reversión del poder en cualquier sociedad.
El inicio del film es asombroso, y nos da ya indicios de lo que más tarde va a pasar. Barrett (D. Bogarde), accediendo a la futura casa donde va a trabajar, con ese aire decidido, seguro, frente a su rico amo al que encuentra dentro de la casa, adormilado y perezoso.
La grandeza del film pasa por ese ambiente barroco, (el juego con los innumerables espejos), esa casa claustrofóbica,(con la habitación de la hermana de Barrett, como núcleo importante),atmosfera asfixiante. Pero sobre todo pasa por el arte de como poco a poco el maquiavélico Barrett va "tejiendo" esa telaraña de dominio, que sirviendose de tretas como por ejemplo la sumisión inicial y plena al amo, (cuando después de mojarse éste (Tony- J. Fox), Barret le trae agua para que caliente los pies); y más tarde cuando consigue meter en casa a su novia haciéndola pasar por hermana, con el único propósito de seducir a su amo, y crearle dependencia hacia ella.
Lo que más me gusta del film, vuelvo a repetir, es esa lenta metamorfósis del sofisticado y educado Barrett, del que inicialmente no conocemos nada malo de él, hasta la escena de la cabina telefónica, cuando insultó a las chicas que esperaban, que terminará en el delirio final subyugando la total voluntad de Tony.
Cabe destacar también esa subliminal homosexualidad entre los dos personajes, hacia la parte final de la película. El juego de lanzarse una pelota en la escalera, que muestra el camino hacia la reversión de roles. Esa reunión de Tony con personajes de la alta sociedad, en una gran sala llena de esculturas, y casi formando parte de ellas los propios personajes allí reunidos, lo que nos muestra esa pasividad de la clase alta, como seguros de que su status social nunca cambiará.
En fin para mí es una obra maestra absoluta, si nunca la habéis visto, os la recomiendo, se puede encontrar en Blu Ray, con una excelente calidad, al igual que El mensajero.
Saludos.