Tres películas vistas estos días.
REALIVE (2016, PROYECTO LÁZARO), escrita y dirigida por Mateo Gil.
Interesante aproximación minimalista al tema de la ciencia ficción de la mano del canario Mateo Gil, guionista habitual de Alejandro Amenábar (ABRE LOS OJOS (1997), MAR ADENTRO (2004)), cuya protagonista (Tom Hughes (Marc)) es criogenizado (le han diagnosticado un cáncer terminal que acabará con su vida en el plazo máximo de un año) y cuyo cuerpo es vuelto a la vida (reconstruído, mitad humano, mitad cyborg) sesenta años después.
Más que una película de género es una historia sobre el verdadero sentido de la existencia, el anhelo por los momentos perdidos en compañía de los seres queridos y la inutilidad de una vida cuando todas las personas que nos importan o las que les importamos ya no están entre nosotros. Y donde el afán de supervivencia a toda costa del protagonista se impone al deseo de su pareja de acompañarlo todos los días hasta su letal destino, viviendo, saboreando el día a día y haciendo de cada momento algo mágico y especial. Algo que de lo que el protagonista sólo se dará cuenta al final cuando le informan de que el amor de su vida también eligió ser criogenizada para poder estar con él más allá de la muerte.
Un especie de Mundo Feliz, aséptico, lleno de personas jóvenes y atractivas, donde el monstruo de Frankenstein que representa Marc, es más un fenómeno de feria al que enseñar a un público siempre ávido de noticias sensacionalistas, pero que no tiene cabida en el mismo. Un forastero en tierra extraña.
Buen reparto. Aparte del ya mencionado Hughes, la atractivas Charlotte Le Bon y Oona Chaplin.
Un género, la ciencia ficción, que goza últimamente de un estado de salud francamente bueno, de un lado con pequeñas producciones, como las nacionales AUTÓMATA (2004) o las extranjeras TAKE SHELTER (2011), I ORIGINS (2014, ORÍGENES), EX MACHINA (2004), EQUALS (2015) y de otro grandes superproducciones como las excelentes PROMETHEUS (2012), GRAVITY (2013), INTERSTELLAR (2014), MAD MAX: FURY ROAD (2015, MAD MAX: FURIA EN LA CARRETERA) o ARRIVAL (2016, LA LLEGADA).
Un auténtica Edad de Oro (como lo fueron los años '50 y '70) la que vivimos hoy en día.
Filmax/Divisa.
I AM A HERO (2015, ídem) de Shinsuke Sato.
Pese a lo que algunos (muchos) puedan pensar, en el (sub)género de los zombis, no está todo dicho, ni mucho menos.
I AM A HERO, ganadora en Sitges 2015 del premio a los mejores efectos especiales (absolutamente asombrosos y muy ingeniosos, diferentes a lo que nos tiene acostumbrados el cine norteamericano) y gran premio del público, es una cuasi-obra maestra que juega con insultante desparpajo usando a la vez la comedia, el cine de acción y el más puro de terror donde el "héroe" de la película, Hideo (Yô Ôizumi), un dibujante de manga de cuarta categoría que lleva una vida gris y monótona, donde ve como los años pasan y sus ideales de juventud no se acaban de cumplir (ganó un premio hace 15 años al mejor autor revelación), ve drásticamente alterada su vida (y la de todos) por un plaga de origen desconocido (al inicio de la película se habla en un noticiario de que un perro ha mordido a una mujer: rectificamos, una mujer ha mordido a un perro (como el conocido chiste); su encuentro con una colegiala Tekko (Miho Suzuki) a la que recoge y protege en su huída y que pronto se convertirá en zombi (ha sido mordida por un bebé (¡!)), pero cuya transformación quedará a medio camino (mitad humana/mitad zombi) y la posterior llegada a un centro comercial donde unos jóvenes se refugian (reminiscencias del clásico romeriano DAWN OF THE DEAD (1978, ZOMBI: EL REGRESO DE LOS MUERTOS VIVIENTES) y donde las relaciones humanas se han degradado y donde nuestros protagonistas conoceran a Tsugumi (Masami Nagasawa, a la que recordaremos de la deliciosa NUESTRA HERMANA PEQUEÑA (2015)), enfermera, tercera en discordia, y donde los acontecimientos acabarán por cristalizar en una lucha épica contra un ejército de zombis, zombis que corren que se las pelan y que, al contrario que de lo habitual, son capaces de hablar (mínimamente, eso sí, repitiendo como si estuviesen atrapados en el tiempo cual Día de la Marmota sus rutinas de toda una vida).
Todo un portento de imaginación, excelentes escenas de acción (la parte final, cuando H... se convierte, finalmente, en un Héroe, matando zombis a mansalva cual Sargento York, está soberbiamente rodada), divertidos gags que se vuelven rápidamente en espeluznantes momentos de terror, etc, etc, etc.
En resumen, una excelente pieza de género fantástico con numerosos toques de humor y donde la creación de un Héroe (del Héroe Campbeliano) sólo es posible cuando se da cuenta que las personas que más le importan (Tekko y Tsugumi) creen firmemente en él, en su bondad y en su capacidad de sacrificio.
No sólo de THE WALKING DEAD vive el hombre (serie que me encanta, que quede claro).
Mediatres.
BILLY LYNN'S LONG HALFTIME WALK (2016, BILLY LYNN) de Ang Lee.
Interesante aproximación del conocido director taiwanés al tema del falso patriotismo, la inutilidad de una guerra que no interesa a nadie (Irak, 2004), el falso ideal del "American Way of Life" y el desarraigo de unas personas, los soldados que regresan (temporalmente) del frente y cuya presencia aprovechan todos los medios de comunicación para su cuota de buenismo que sólo sirve para que algunos se hagan ricos y otros maquillen sus conciencias.
Rodada espléndidamente en 3-D (como ya hiciera en la estupenda LIFE OF PI (2012, LA VIDA DE PI)), Lee saca un excelente partido del formato tridimensional a situar a los protagonistas (donde destaca el soldado Billy Lynn del título (un destacado Joe Alwyn)) como figuras aisladas dentro de los enormes recintos donde son agasajados o en el campo de batalla, aportando un fisicidad notable en los combates, donde uno puede sentir el furor de la batalla.
Ciertamente, una película no tan conseguida como la excelente FLAGS OF OUR FATHERS (2006, BANDERAS DE NUESTROS PADRES) de Clint Eastwood (primera parte del díptico que forma junto con LETTERS FROM IWO JIMA (2006, CARTAS DESDE IWO JIMA), un retrato mucho más contundente sobre la falacia de la hechos (y no digamos la corrosiva HAIL THE CONQUERING HERO (1944) del dinamitero Preston Sturges), pero que logra articular un discurso, quizás a veces demasíado evidente, pero sin duda sincero, sobre las miserias del ser humano y sobre el verdadero sentido del valor.
Una película denostada por la crítica que además no supo ver en el uso del 3-D la forma más coherente de vehiculizar una historia de seres marginales, héroes a los que (en el fondo) nadie les importa pero que se mantienen unidos y establecen entre ellos relaciones más cálidas que las que les proporcionan sus propias familias.
No es una gran película, pero sí una buena película. Una historia honesta y bien contada.
¿Quién podría pedir más?
Sony.
