Tendría que volverla a ver para entrar a discutir los detalles, pero creo que la clave está en tu valoración general:
Esa mezcla de realidad y fantasía, por lo que llevo visto hasta ahora bastante característica de Fesser, puede desubicar algo al espectador. La cuestión es si realmente eso está hecho "sin ton ni son" o, en cambio, de manera coherente. A mí me dejó mejores sensaciones que a ti, me pareció, al igual que Marcelino pan y vino, un cuento triste, con una vertiente que cae hacia el terreno de lo terrorrífico. Creo que la revisaré un día de estos.Esperaba algo mejor y me encuentro con una historia que pasa de la seriedad al drama sin ton ni son, de la realidad a la fantasia... En principio esto sería algo muy positivo, pero el modo de plasmarlo el director es bastante desangelado.
Abundando en los conflictos que una fe extrema comporta, comenté aquí hace un tiempo una notable película alemana: Camino de la cruz, que recomiendo y que da para un doblete con Camino. Y es que, para lo bueno y para lo malo, el catolicismo es tremendamente cinematográfico, con su pompa y su rito cargado de elementos fantásticos y, a menudo, terribles, de sacrificio y muerte.