El mundo sigue.
Película que
pasa por ser una de las más malditas del cine español, perseguida por la censura en su momento y que se ha visto muy poco. Y realmente, tiene cosas que se las trae
. A mí, sin embargo, me ha supuesto una decepción mayúscula.
Narra la historia de dos hermanas, Eloísa (Lina Canalejas) y Luisa (Gemma Cuervo) que se llevan a matar. Eloísa es una mujer sufrida y decente, pero con un carácter de mil demonios, y que lleva una vida infeliz, casada con Faustino (Fernando Fernán Gómez), y con cuatro hijos pequeños. Viven en un cuchitril, Eloísa se mata a trabajar, va siempre hecha un desastre y su marido, que es camarero, es un bala perdida obsesionado con ganar una quiniela, que se pule el dinero de la familia, le mira el culo en la calle a desconocidas y empina el codo. Luisa en cambio es puta (no lo llegan a decir en la película, pero queda bastante claro); goza de cierta libertad, gana bastante dinero y vive con cierta holgura. Eloísa desprecia a su hermana y no pierde ocasión de hacérselo saber; Luisa por su parte, hace todo lo que puede por zaherirle donde más duele. Aparece también por ahí Agustín González, que hace de escritor y que no se sabe muy bién qué pinta en todo aquello (la he pillado empezada
). Parece una descripción exagerada del argumento, pero os aseguro que es exactamente así. Un día, Faustino acierta una quiniela de catorce y piensa que por fin se va a hacer millonario y se van a acabar todos sus problemas, pero
los problemas no hacen sino empezar; la quiniela al final resulta que la han acertado otras cuatrocientas personas, el premio es irrisorio y encima él se lo fuma en otras quinielas: cuando va por la calle como zombie lo atropellan y le roban lo poco que le ha quedado; más adelante, acaba robando en el trabajo, le detienen y se le llevan a la cárcel, donde acaba como una chiva y no so vuelve a saber más de él. Su mujer, a la que ha llegado a maltratar -con escenas muy gráficas de violencia- se ha puesto a trabajar de sirvienta, y la hermana puta por fin se va a casar con un señorón rico al que ha logrado engatusar, y que ve muy mal que su hermana trabaje limpiando casas ahora que ella va a ser una gran señora. Tienen la enésima trifulca; la hermana puta se va del barrio y vuelve montada en un cochazo enorme que le ha regalado el marido y que casi no cabe en la calle -es como el coche aquel en que mataron a Kennedy-, y cuando la otra hermana la ve venir, como no quiere verla, le da un ataque de histeria, se tira del balcón -quedando hecha unos verdaderos zorros
, de verdad es muy sangriento para una peli española de la época- y cae en sobre el coche, matándose al instante. A la otra hermana, que le había jurado odio eterno y acabar con ella, le da otro ataque de nervios y empieza a gritar y a llorar pidiendo su perdón.
Y ya.
Sin duda que en su día parecería muy atrevida y muy moderna (y, desde luego, tiene cosas que no se veían en el cine español de la época: mujeres maltratadas en primer plano, camas de matrimonio, referencias sexuales muy poco veladas, un personaje que llama guarra a otro...), pero a mí me ha parecido de lo más previsible. Fernando Fernán Gómez no era Vittorio de Sica ni Juan Antonio Bardem, y la película entera es una suma de tópicos tremendistas y de neorrealismo italiano empachado y mal digerido. Con cosas como esos monólogos interiores que tanto me fastidian, y que dan la impresión de que el espectador es tonto y hay que dárselo todo bien masticadito. Con actores sobreactuados hasta casi el ridículo y personajes que rozan la caricatura (por Dios, si es que en esa familia estaban todos de la olla
, y formaban unas peloteras tremendas en menos de nada). Con todo, hay un par de grandes momentos interpretativos a cargo de Fernán Gómez y de la Canalejas, y se advierte la intención de contar una historia seria y ambiciosa, pero se notaba que los personajes estaban poco trabajados, y mi impresión es que Fernán Gómez quería imitar cosas del neorrealismo italiano (con algún elemento, incluso, de la Nouvelle Vague, estilos que, por cierto, en mi opinión han superado muy mal el paso del tiempo y se ven hoy terriblemente antiguos -quizá esto explique la pobre impresión que me ha causado la película), sin dominar ese tipo de cine.
Una rareza, y poco más.