Claro, por eso decía que en mi caso, el factor nostalgia tampoco estaba muy acusado (por 1986 yo debía de tener 9 o 10 años, y como dije, no me vi la película hasta bastantes años después, cuando ya tenía veintibastantes). Pero sí es un poco el espíritu del exceso de esa época a lo que me refiero (además, parecía que en los ochenta todo lo oriental nos gustaba cosa mala: los restaurantes chinos, los dibujos japoneses, las pelis de artes marciales...; ahora estamos sometidos al exceso de lo mismo y ya no nos mola tanto): los dos colegas inseparables (uno de ellos, chino y experto en artes marciales), la china de ojos verdes (

), la magia negra china (¿ésa cosa existe?), el malísimo Lo Pan y sus pintorescos esbirros, entre ellos, el chino hinchable, el mosntruño de
rigueur, la acción descoyuntada (que diría Yulífero)...todo esto requiere una cierta suspensión de incredulidad y que tengas que apagar unos cuantos interruptores: yo lo hice y me lo pase bastante bien, pero vamos, que tampoco está entre mis películas favoritas, ni muchísimo menos... Aunque, no sé, igual me la vuelvo a ver ahora y me parece un petardo.