Cabeza borradora (David Lynch, 1977)
Lynch invoca el expresionismo alemán y el surrealismo de Buñuel en su ópera prima. Junto a The Rocky Horror Picture Show y La matanza de Texas, el film que cimentó el fenómeno de culto en los años 70. Retorcida y con una atmósfera asfixiante y repugnante (tremendas las escenas con el feto y la chica del radiador), el director destroza todas las convenciones y ofrece algunas de las imágenes más enigmáticas de la historia del cine. Se parece a una pesadilla, por eso no hay que buscarle sentido a todo, más bien al contrario. El que comulgue con el estilo Lynch y/o el surrealismo que no se la pierda, los demás abtenerse.