BENDICION MORTAL (Wes Craven, 1981)
Imperfecta y desequilibrada, aunque bastante curiosona y entretenida, mezcla de "slasher" ochentero y tardía película de temática diabólica (variedad del género que dominó las pantallas desde finales de los 60, pero que fue decayendo con la aparición de
Leatherfaces,
Michaels Myers y compañía
) que, a pesar de recurrir en la mayoría de su metraje al susto fácil y a escenas mil veces vistas (por ejemplo, la de la bañera sería retomada casi plano por plano por el propio
Craven para su primera entrega de
Pesadilla...) merece la pena verse sobre todo por su último cuarto de hora (donde, a pesar de que no te enteras demasiado bien de quién ha matado a quién y por qué, al menos te lo pasas pipa con el nivel de locura y desvergüenza desatada por sus reponsables
) además de por su inesperado y TOTALMENTE POR LA CARA
giro final con la aparición del propio diablo
entre lo alucinante y lo ridículo, que nos demuestra - por si cabía alguna duda - que
Craven los tiene tan gordos como cabezas de enano
A destacar también la importancia que se le da en esta película a los sueños, pudiendo ser el embrión de lo que, tan sólo unos años más tarde, se convertiría en
Pesadilla en Elm Street.
Lo mejor: un genial
Ernest Borgnine poniendo cara de malote cada vez que asoma el jeto, y el trío de buenorras protagonistas, en el que nos encontramos a una insultantemente joven (además de guapa... aunque eso sobra decirlo)
Sharon Stone
Lo peor: que sólo una de las tres se empelote