Las colaboraciones entre el director Douglas Sirk (1897-1987) y el actor George Sanders (1906-1972) / Parte 5 (de 5)
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THE FAN (1949)
T. O.: EL ABANICO
Director: Otto Preminger.
Productor: Otto Preminger.
Producción y distribución: Twentieth Century-Fox Film Corp.
Guion: Walter Reisch, Dorothy Parker y Ross Evans, basado en la obra de teatro “Lady Windermere’s Fan: A Play About a Good Woman”, de Oscar Wilde (St. James’s Theatre, Londres, 20 de febrero de 1892).
Fotografía: Joseph LaShelle, en blanco y negro (1.37:1).
Dirección artística: Lyle Wheeler y Leland Fuller.
Decorados: Thomas Little y Paul S. Fox.
Música: Daniele Amfitheatrof.
Montaje: Louis Loeffler.
Reparto: Jeanne Crain (Lady Margaret “Meg” Windermere), Madeleine Carroll (Señora Erlynne), George Sanders (Lord Robert Darlington), Richard Greene (Lord Arthur Windermere), Martita Hunt (La duquesa de Berwick), John Sutton (Señor Cecil Graham), Hugh Dempster (Lord Augustus Lorton), Richard Ney (Señor James Hopper) y Virginia McDowall (Lady Agatha Carlisle).
Duración: 1:16:03.
Rodaje: de principios de julio a mediados de agosto de 1948.
Estreno: 1 de abril de 1949 (Nueva York).
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Coordenadas espacio / temporales:
Londres / 1949 > 1899 > 1949
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A sugerencia del querido amigo Otto+ (a quien desde aquí mando un fuerte abrazo a él y a toda su familia ) he incluido este título – inédito en salas comerciales en nuestro país – dentro del coleccionable dedicado al director Douglas Sirk (del que durante la pandemia tuve oportunidad de reseñar sus más brillantes melodramas) y al actor George Sanders...
... a pesar de que el primero no tuvo nada que ver con el mismo pero siguiendo la misma (i)lógica que utilicé con los apócrifos de Nicholas Ray en un tiempo incluso anterior a la plaga bíblica de la Covid-19.
Aunque más de uno podría pensar que poco o nada tienen en común dos directores tan (aparentemente) disímiles como Ernst Lubitsch (1892-1947) y Otto Preminger (1905-1986) lo cierto es que el primero eligió personalmente al segundo para dirigir LA ZARINA (1945) y completó – anónimamente – THAT LADY IN ERMINE (1948), la obra póstuma del primero y que junto a CENTENNIAL SUMMER (1946) y la cinta hoy comentada forman una “tetralogía” que ha quedado completa e injustamente obscurecida si la comparamos con sus (capitales) aportaciones al cine negro (desde LAURA (1944) hasta CARA DE ÁNGEL (1952)) o sus (fustigantes) producciones independientes contra el obsoleto Código de Producción (desde THE MOON IS BLUE (1953) en adelante).
El propio Lubitsch había estrenado con gran éxito una versión previa de la misma en 1925 bajo el título EL ABANICO DE LADY WINDERMERE…
..., algo ciertamente encomiable dado que estamos hablando de una cinta muda y, por tanto, donde no es posible reproducir en todo su esplendor los brillantes diálogos de un escritor de la talla del vilipendiado y prematuramente desaparecido Oscar Wilde (1854-1900).
Estrenada originalmente (y con gran éxito) en el teatro St. James de Londres el 20 de febrero de 1892 y publicada posteriormente en forma de libro en noviembre de 1893...
... “El abanico de Lady Windermere” no es una de las obras más brillantes de su autor pero sí una delicia de principio a fin y una muestra más del superlativo talento del escritor dublinés quien acabó con sus huesos en la cárcel por manifestar en público sus “antinaturales” inclinaciones sexuales.
Como podemos ver últimamente no parece que la cosa haya cambiado mucho, la verdad…
En este caso la reescritura que de la misma hicieron los guionistas Walter Reisch (1903-1983), Dorothy Parker (1893-1967) y Ross Hunter (1916-1967) consiguió algo tan difícil como mejorar notablemente el texto de partida, a la par que introduce una nueva linea temporal (la que acontece en el Londres contemporáneo, o sea, el de 1949)...
..., una brillante idea que Preminger ejecuta a la perfección puesto que aporta ese “toque Lubitsch” tan característico y que aúna la comedia (romántica), la melancolía (por los errores cometidos) y la nostalgia (por los tiempos pasados) tan queridos por el genial cineasta.
Para tres de los cuatro papeles protagonistas el director austrohúngaro pudo contar con actores británicos: Madeleine Carroll (1906-1987) – la auténtica primera “rubia hitchcockiana” puesto que participó en la primera obra maestra de Sir Alfred, 39 ESCALONES (1935), además de en EL AGENTE SECRETO (1936) -, el actor objeto de estas líneas y Richard Greene (1918-1985).
Y aunque la norteamericana Jeanne Crain (1925-2003) encarnó a la poseedora del abanico que tanto juego (y equívocos) proporciona a la historia seguramente a instancias del vicepresidente y jefe de producción de la 20th Century-Fox, Darryl F. Zanuck (1902-1979), lo cierto es que su trabajo no desentona para nada del de sus compañeros sino más bien todo lo contrario aportando su belleza y elegancia naturales...
De hecho, el propio Preminger ya había trabajado previamente con ella en IN THE MEANTIME, DARLING (1944) y la mencionada CENTENNIAL SUMMER, su primera película en Technicolor.
- Y una actriz, por cierto, a la que este su seguro servidor dedicó un sentido homenaje en este mismo rincón hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…
https://www.mundodvd.com/las-ultimas...3/#post4614425
Como decía al principio, la historia bascula entre el Londres de 1949 y el de 1899 (y no el de principios de siglo, como erróneamente se indica en el dossier que la revista “Dirigido por…” dedicó al director en los n.º de abril y mayo de 2019, 498 y 499, respectivamente, como se puede apreciar en la siguiente captura de pantalla…
Y no solo eso sino que mientras en la obra teatral la acción tiene lugar en tan solo 24 horas (las que median entre las cinco de la tarde de un martes y la una y media de la tarde del día siguiente) en la película el lapso temporal de la historia principal se dilata varias semanas.
Y aunque uno cometa la osadía de enmendar la plana a uno de los más grandes genios de la literatura anglosajona, lo cierto es que un título más preciso para la obra teatral hubiese sido el de “El abanico de Margaret” puesto que la primera propietaria del mismo es Lady Margaret Windermere (una, como decía, exquisita Jeanne Crain) y más tarde la señora Erlynne (una igualmente deliciosa y todavía muy bella Madeleine Carroll), madre de la anterior (algo que solo descubriremos a mitad de la función) y cuyo nombre real es… Margaret…
Gracias a ese magnífico prólogo que transcurre, como decía, 50 años después de los acontecimientos principales de la historia, conoceremos la relación que une a las dos Margaret a través de la narración que lleva a cabo la ya venerable señora Erlynne en su regreso a la capital británica después de su repentina marcha medio siglo antes al igualmente anciano Lord Robert Darlington (un, como siempre, espléndido George Sanders, sin duda, el actor wildeano por excelencia), aparentemente los únicos supervivientes de esta comedia de equívocos y de actos equivocados pero felizmente subsanados.
Otra de las mejoras del espléndido libreto servido por el trío Evans/Parker/Reisch sobre la obra original es la potenciación del personaje de la misteriosa pero subyugante señora Erlynne puesto que buena parte de los mejores diálogos del mismo salen de su boca.
“EL ABANICO” (uso el entrecomillado dado que, como indicaba al principio, jamás se estrenó en cines en nuestro depauperado país) es una maravillosa mixtura entre la comedia de enredos y el melodrama más desaforado (pasado, eso sí, por el corrosivo filtro del gran Oscar Wilde) donde el protagonismo recae no solo en el objeto que da título a la película sino en las dos mujeres por cuyas manos circula el mismo.
Si Lady Windermere es no solo la inocencia personificada sino también el objeto de deseo de los hombres (especialmente del ingenioso y sibilino Lord Darlington)…
… por cierto, otro de los grandes aciertos del guion es dulcificar y humanizar su personaje algo a lo que ayuda y mucho la etérea presencia de la injustamente menospreciada Jeanne Crain…
… por su parte la señora Erlynne cumple igual función pero es ella la que descaradamente coquetea con todos dado que su intención no es otra que la de permanecer en la misma ciudad en la que vive su hija para lo cual previamente tiene que agenciarse un marido de postín.
Una hija, por cierto, a la que abandonó junto a su padre y esposo siendo ella todavía un bebé al enamorarse locamente de otro hombre y a la que pese a todo este nunca dejó de amar hasta el punto de morir de pena y de mentirle al decirle que murió a los pocos meses de su nacimiento.
“EL ABANICO” es una historia de segundas oportunidades puesto que permitirá a la arrepentida señora Erlynne resarcir en cierta medida el daño causado a su hija al hacer recaer sobre sus hombros las (infundadas) sospechas sobre la presunta infidelidad de esta con el casquivano Lord Darlington.
Una especie de “sublime sacrificio”, aunque muy distinto del que solía ser habitual en el cine de la época puesto que no hay ninguna moralina implícita y donde además Margaret nunca llegará a conocer la verdadera identidad de la señora Erlynne.
Eso sí, ese sacrificio al que acabo de hacer referencia unirá a ambas mujeres bajo el sello de una inquebrantable amistad y en señal de gratitud Lady Windermere le regalará el abanico de encaje de Alençon montado en varillas de marfil que su esposo le regaló por su 21º cumpleaños (la mayoría de edad en aquella época) y que tantos quebraderos de cabeza le ha dado.
Será precisamente la subasta de dicho abanico, 50 años después, lo que sirva de inicio a la historia.
En la misma la señora Erlynne tratará de que le sea devuelto el mismo (intuimos que el matrimonio Windermere murió durante los bombardeos que sufrió Londres durante la Segunda Guerra Mundial) para lo que será necesario que aporte algún documento o testigo que acredite ser ella la auténtica dueña del mismo.
De ahí su visita al todavía vivo Lord Darlington, el causante en cierto modo de todo el enredo, para que este le acompañe a la subasta y certifique sus legítimas pretensiones hacia tan preciado tesoro no por su valor en sí sino por lo que para ella representó.
Un bello final para una bella (e injustamente olvidada) película.
Vosotros mismos.
Buenas tardes y, buena suerte.
Y, de nuevo, un enorme abrazo a un compañero, ya amigo, al que tod@s echamos de menos.
Va por ti, amigo Otto+
…
Adenda nº 1:
Filmografía de Otto Preminger (1944-1949):
1944 / LAURA / ídem
1945 / A ROYAL SCANDAL / LA ZARINA / (Ernst Lubitsch y) Otto Preminger
1945 / FALLEN ANGEL / ¿ÁNGEL O DIABLO?
1946 / CENTENNIAL SUMMER / Technicolor
1947 / FOREVER AMBER / AMBICIOSA / Technicolor
1947 / DAISY KENYON
1948 / THAT LADY IN ERMINE / Ernst Lubitsch (y Otto Preminger) / Technicolor
1949 / THE FAN
Adenda nº 2:
Ninguno de los pósteres originales a los que he podido acceder hacen justicia a la historia de la película puesto que nos muestran a la protagonista, la encantadora Lay Windermere, como si fuese la femme fatale de una cinta de cine negro...