THE FUNHOUSE (1981, LA CASA DE LOS HORRORES)
Copyright 1981 by Universal City Studios, Inc.
Estreno: 13 de marzo de 1981 (EUA).
Dirigida por Tobe Hooper.
Producida por Derek Power y Steven Bernhardt.
Escrita por Larry Block.
Fotografiada por Andrew Laszlo (en
Technicolor y
Panavision).
Musicalizada por John Beal.
Protagonizada por:
- los “buenos”: Elizabeth Berridge (Amy), Cooper Huckabee (Buzz), Largo Woodruff (Liz), Miles Chapin (Richie).
- los “malos”: Kevin Conway (el padre), Wayne Doba (el hijo).
Recientemente hablábamos de Tobe Hooper (1943-2017) y de su gran y única (al parecer) obra maestra, THE TEXAS CHAIN SAW MASSACRE (1974, LA MATANZA DE TEXAS).
Hace un tiempo tuve oportunidad de comentar en este mismo rincón LIFEFORCE (1985, LIFEFORCE: FUERZA VITAL) [
https://www.mundodvd.com/las-ultimas...8/#post4211929] y creo que dejé claro la profunda decepción que me supuso su visionado.
Otra de esas películas “de culto”, la mayor parte pertenecientes al cine de los ‘80 y a las que el paso del tiempo no ha sentado, en general, nada bien.
Tampoco la revisión de la serie SALEM’S LOT (1979, EL MISTERIO DE SALEM’S LOT) [
https://www.mundodvd.com/las-ultimas...3/#post3891915] aunque ciertamente mucho más estimulante tampoco supo reconciliarme como mi yo de juventud cuando la misma se emitió por la televisión nacional en 1985 pese a tener toques aquí y allá que todavía provocan cierta inquietud.
Sin embargo, cuando uno menos se lo espera salta la libre.
Y es que LA CASA DE LOS HORRORES, el cuarto largometraje de Hooper, se configura no sólo como una excelente película de terror sino que, a falta de conocer el resto de su (breve) filmografía, yo diría que es un digno sucesor de LA MATANZA DE TEXAS, uno de los títulos de dicho género que más influencia ha tenido en el cine de los últimos años.
Una película que aunque mantiene una manifiesta conexión con la citada obra maestra de Hooper presenta igualmente notables diferencias tanto de forma como de contenido.
Lo que es evidente es que la visión que tiene Hooper de la familia es cualquier cosa menos ortodoxa y por ello se me hace harto difícil seguir pensando que POLTERGEIST (1982, POLTERGEIST (FENÓMENOS EXTRAÑOS) sea más una película de Hooper que de Spielberg, quien no sólo la produjo y la coescribió sino que se encargó personalmente del montaje.
Y es que si en LA MATANZA un grupo de hippies era sistemáticamente masacrado por esa familia de psicópatas caníbales cuyo buque insignia era el gigantón “Leatherface” y su sierra mecánica, aquí el cuarteto de adolescentes que decide pasar la noche en “La Mansión del Terror” de una atracción de feria sufrirá igualmente el azote de un padre y de un hijo con parecidos instintos.
Sin embargo, en LA CASA ese papel de agresor / víctima no está tan perfectamente claro e incluso en ciertos momentos de la película vemos como se pasa de uno a otro sin solución de continuidad.
Tampoco nos encontramos en la América profunda que tanto juego ha dado al cine de género en los últimos años, donde los protagonistas están aislados de todo y de todos, sino todo lo contrario, en medio de una ciudad de tamaño mediano y que sin embargo se convierte en un entorno igualmente amenazante y hostil.
Igualmente, el retrato que Hooper hace del personaje del hermano pequeño de Amy, la única del grupo que sobrevivirá a esa noche infernal, un friki de los clásicos del cine de terror (el póster de la Criatura encarnada por el gran Boris Karoff en tres películas de la Universal preside su habitación, el cual nos sirve además como una pista de lo que más tarde va a acontecer) es cualquier cosa menos positivo.
Y es que si al inicio de la película hemos visto como el pequeño da un susto de muerte a su hermana mayor en la ducha, en una escena que es a la vez un homenaje y una parodia a dos títulos tan emblemáticos como PSYCHO (1960, PSICOSIS) de Alfred Hitchcock y HALLOWEEN (1978, LA NOCHE DE HALLOWEEN) de John Carpenter, lo que provocará el justo enfado de ésta, al final éste se tomará su revancha a negarse a revelar el paradero de los jóvenes a los que ha seguido a escondidas y, por tanto, se convertirá en cómplice, en cierta medida, de lo que les va a suceder.
Y aunque padre e hijo aparentemente sean menos intimidantes que “Leatherface” y compañía, lo cierto es que Hooper logra crear algunas escenas francamente potentes de terror, especialmente las que están centradas en la trágica figura de ese adolescente mutante que tiene que cubrirse el rostro con una máscara del monstruo…
… de Frankenstein.
Además Hooper utiliza magníficamente bien el (aparentemente) limitado espacio en el que se mueven los personajes, el interior de la atracción de feria, de forma que parece que en el mismo están alteradas las perspectivas, como en los cuadros de M. C. Escher.
Aquí, al contrario que en LA MATANZA, donde Hooper utilizó los colores terrosos, acordes con el entorno en que se movían los personajes, prefiere los colores cálidos y brillantes, especialmente los primarios (azul/rojo/verde) y que todos asociamos a esas atracciones.
Igualmente destacar la excelente banda sonora de John Beal, que armoniza a la perfección con la puesta en escena ejemplar del director y que además se aleja de esa imagen feísta que era una de las señas de identidad de LA MATANZA.
Lo que es más de admirar en Hooper, tanto en LA MATANZA como en LA CASA, es que pese a ser consideradas dos ejemplos preclaros de
slasher, la efusión de sangre en ambas es ciertamente mínima.
Hooper no necesita cargar las tintas en la violencia de las acciones dado que el auténtico terror viene más bien de lo que no vemos (pero sabemos que está pasando) que de lo que se nos muestra en la pantalla.
Lástima que los siguientes títulos de Hooper, al menos los que yo he visto hasta ahora, nos ofrezcan una versión más domesticada, más adocenada, del terror porque era un autor que en otras circunstancias (personales y/o profesionales) podría haberse convertido en uno de los grandes maestros del género.
Claro que la presencia de dos títulos tan notables en la filmografía de un director con una carrera tan corta como Tobe Hooper tampoco creo que pueda considerarse un fracaso.
Ni mucho menos.
Para finalizar comentar que la reciente edición (2020) en
BD por parte de Divisa presenta una notable falta de nitidez, compensada por unos colores vibrantes y un excelente sonido, tanto en los diálogos como en la excelente banda sonora.
Eso sí, en la contracarátula se indica incorrectamente que la película es 1.33:1 (cuando en realidad es 2.39:1) y que la duración es de 88 minutos (cuando en realidad son 95 minutos (de hecho el contador se para en 1 h 35 m 00 s)).
También los créditos que la acompañan son un tanto chapuceros al confundir a los productores (a secas) con los productores ejecutivos. Vamos, que está al revés.
No es la mejor edición posible pero sí una película altamente recomendable especialmente para los que como yo pensaban que Hooper únicamente había dirigido una buena (gran) película en toda su carrera.