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Sí, si no dudo que las películas caligarianas fueran las que menos presencia tuvieron en la época ni digo que fueran el motivo principal que iniciaron el movimiento noir, solo hablo de la posibilidad de que quizás, o por la presencia de directores alemanes en Hollywood o por la influencia que pudieran tener estas películas en los realizadores del momento, se contaminaran de tal forma que empezaron a utilizar los mismos recursos para generar impresiones parecidas en el espectador; de hecho, tanto si su influencia tiene origen en el expresionismo alemán como si no, el mero ejercicio de experimentación con la forma y la estética para generar sentimientos en el espectador, ya es una clara manifestación abiertamente expresionista y no es de extrañar que se optara por soluciones artísticas parecidas al margen de cualquier influencia concreta que pudiera existir en el momento. En pocas palabras, el expresionismo no tiene por qué ser única y exclusivamente alemán, lo que quiere decir que el noir no necesariamente haya tenido que partir exclusivamente del mismo. Cuando ponía el ejemplo del fotograma del dr. Caligari en realidad estaba resaltando la estética y la forma de la imagen más que su denominación de origen.
Por poner un ejemplo, un contrapicado pronunciado que enfoque un plano medio de un personaje junto con una iluminación igualmente contrapicada le dará una presencia específica al personaje que generará una impresión concreta en el espectador, y esa solución formal, dependiendo de su uso, ya esconde una intencionalidad clara de manipular las emociones del espectador distorsionando en menor o mayor medida las formas de la imagen. Este hecho ya es manifiestamente expresionista por sí mismo y es precisamente a esta clase de expresionismo al que trato de referirme. Poco a poco se fue creando una estética concreta que respondía a sus propias reglas y también, como pasó con el terror de la Universal, derivo a otra forma de expresionismo muy importante y característico que impregno la estética del terror de la época hasta nuestros días.
Etc, etc...
(Cuesta mucho encontrar imagenes en jpg por la red que pueda adjuntar aquí, y no se que pasa con apple que el foro no me permite adjuntar imagenes directamente desde mi equipo.)
Es que el expresionismo al ser un movimiento puede ser identificado por varios elementos: la trama, las exageradas actuaciones personajes (mira, ahí creo que entraría por ejemplo Langosta de Lanthimos), o un diseño visual que se salga de la norma (pues ahora hay asumidas muchas técnicas desde que nació ésta denominación). Un ejemplo para ilustrar ésto que digo (y que tengo reciente) es Panique, película noir francesa de 1946. Es indudable ver en las escenas de persecución del final elementos brutalistas (propios de la época en la arquitectura), minimalistas (no empezaría hasta 20 años después. Y un ejemplo dentro del cine puede ser Solo ante el peligro) e incluso neoplasticistas (que es abstracción). El uso de tantas referencias visuales le dan un carácter único. Y por eso, al transmitir algo nuevo se compara con El gabinete del Dr. Caligari. La influenció directamente adaptando ese miedo a pura asfixia con subidas y bajadas de escalera, pasillos, azoteas y paredes que casi se retuercen hasta llegar a la mas sintética abstracción. Hay un crimen, pero es mas un drama social porque todo se centra en la mirada del protagonista. Es por ello menos noir? No. Digo ésto porque es fácil pensar como unas obras de arte dentro de un género ya vaticinan otras que están por llegar y hasta que no pasa el tiempo es injusto catalogarlas propiamente sin ésta perspectiva. Insisto, ya que por definición los movimientos artísticos están anclados en tiempos/lugares. Y un género es el tema general de una película, así que es difícil catalogar películas si sus elementos no están bien definidos o hay pocas obras de arte que entren en su catalogo.
Última edición por Anonimo19042021; 12/05/2019 a las 19:34
Entiendo que te refieres al neo-noir ¿verdad? Bueno, aunque es cierto lo que dices respecto a la constatación de un genero o estilo, yo creo que sí se podría encontrar ejemplos suficientes para reconocer el neo-noir como un nivel evolucionado del noir (no lo digo en términos cuantitativos sino artísticos), aunque ciertamente es un movimiento muy pequeño dentro de la industria y poco reconocible que queda relegado a un lugar poco destacable en la imaginería del público. Quizás esto sea señal de que la evolución del expresionismo a través del noir está dando sus últimos coletazos y esta vertiente artística tiende o está cerca de desaparecer, quién sabe... aunque espero que no.
Todo lo que dices al principio respecto a las formas de Langosta, o que la exacerbación del expresionismo derivaría en última instancia en la abstracción, estoy completamente de acuerdo contigo. Algunos de los trabajos de David Lynch serían un buen ejemplo de esta tendencia.
Le tenia muchas ganas a esta película, y para sorpresa mía,la han incorporado a Filmin.Me ha gustado mucho,son de esas que cuando acaba, se te quedan aún dentro,diría que es un buen drama psicológico.,que trata lo complejo de la condición humana. Quien guste de éste género, si tiene la oportunidad de verla, creo que no le defraudará.
Muy buenas criticas:
https://m.filmaffinity.com/es/movier....php?id=909846
“You can’t speak, you can’t move, but this opens you up to the influence and it breaks down your defenses. Trust me, all right? You’re going to love it.”
PUT THE BLAME ON PERCIVAL LOWELL, BOYS
O
LA PRIMERA EDAD DE ORO DEL CINE DE CIENCIA FICCIÓN
O
FLIGHT TO MARS (1951) de Lesley Selander.
Monogram Pictures Corp.
En los últimos tiempos me he dedicado a comentar algunas de las películas clásicas que jalonan lo que yo (y otros, en esto no soy nada original) llamo “la primera Edad de Oro del cine de ciencia ficción”, desgajándolo de la corriente principal que sería el fantástico, más centrado en la vertiente terrorífica que en la “científica”.
[Enlisto por puro afán completista los títulos ya reseñados (según fecha de estreno):
- THE THING… from Another World! (1951, EL ENIGMA… ¡de otro mundo!) de Christian Nyby.
- THE DAY THE EARTH STOOD STILL (1951, ULTIMÁTUM A LA TIERRA) de Robert Wise.
- FLIGHT TO MARS (1951) de Lesley Selander.
- WHEN WORLDS COLLIDE (1951, CUANDO LOS MUNDOS CHOCAN) de Rudolph Maté.
- INVADERS FROM MARS (1953) de William Cameron Menzies.
- THE BEAST FROM 20,000 FATHOMS (1953, EL MONSTRUO DE TIEMPOS REMOTOS) de Eugène Lourié.
- THIS ISLAND EARTH (1955, REGRESO A LA TIERRA) de Joseph Newman.
- IT! The Terror from Beyond Space (1958) de Edward L. Cahn.
- THE TIME MACHINE (1960, EL TIEMPO EN SUS MANOS) de George Pal.
Y probablemente alguno más que se me escape…].
Aunque no todas las cintas comentadas son grandes películas (porque no todos los clásicos lo son, ni de lejos) en este caso la cinta anoche visionada la podríamos calificar directamente de mala. Mala sin paliativos. Aunque como siempre me gusta ejercer de abogado del Diablo trataré de sacar algo positivo de la experiencia.
Y como bien dice el encabezado del comentario la culpa la tiene el astrónomo estadounidense Percival Lowell (1855-1916) cuando transcribió de forma incorrecta las anotaciones que su colega italiano Giovanni Schiaparelli (1835-1910) había hecho sobre el planeta rojo, convirtiendo la palabra “canali” que en italiano no implica una intervención inteligente sino más bien producto de la erosión por efecto de las aguas en lo que se suponía (acertadamente) los primeros tiempos geológicos del planeta, en “channel” o sea un sistema de riego creado ex profeso para encauzar las escasas aguas libres de un planeta moribundo.
Ya en los inicios de los años ‘50 (aunque como todo el mundo sabe – o debería saber – la década empieza en 1951… ) el género de la ciencia ficción comenzó a expandirse de forma geométrica tanto en el campo literario como en el cinematográfico e igualmente en el mundo del cómic.
En este último la salida al mercado de las nuevas colecciones de la malograda EC Comics con títulos tan señeros como “Weird Science” (mayo/junio de 1950) y “Weird Fantasy “ (mayo/junio de 1950) o la reactivación de las tiras diarias de “Flash Gordon” dibujadas por el excelente Dan Barry (desde el 19 de noviembre de 1951) serían decisivas en expandir todavía más la expectación creada entre el público norteamericano sobre la posibilidad de los viajes espaciales (aparte de la aparición del fenómeno de los (falsos) avistamientos de platillos volantes).
Igualmente en el ámbito literario, con el surgimiento de las primeras editoriales especializadas en el género, permitió la “dignificación” del mismo, al no tener que depender en exclusiva del material publicado (o serializado) en revistas.
Y en el cine más de lo mismo.
Aunque el título que suele citarse como el pistoletazo de salida de esa “Edad de Oro” suele ser el DESTINATION MOON (1950) producido por el gran George Pal, rodado en rutilante Technicolor y con la intervención del famoso escritor Robert A. Heinlein, lo cierto es que se le adelantó por los pelos una producción más modesta pero simpática titulada ROCKETSHIP X-M (1950) del prematuramente desaparecido Kurt Neumann (y al que debemos uno de los máximos exponentes del género como es THE FLY (1958, LA MOSCA)) que se rodó contrarreloj y con un presupuesto mínimo para poder llegar a las salas comerciales antes que la obra de Pal (y Pichel, su director). Incluso se tintaron de color sepia las escenas que acontecen en Marte para simular la mucho más hermosa paleta cromática de su competidora.
Pero centrémonos aunque sea brevemente en la película objeto de análisis a pesar de su escaso interés y sus más bien nulas virtudes cinematográficas. Una película sólo apta para los que como yo aman el género hasta en sus más ínfimas manifestaciones.
Una expedición compuesta por el periodista Steve (el habitual Cameron Mitchell – al que el mismísimo Mario Bava recurrió para su magistral SEI DONNE PER L’ASSASSINO (1964, SEIS MUJERES PARA EL ASESINO) -), el ingeniero jefe Jim (otro habitual del género, Arthur Franz, al que también veríamos en la posterior INVADERS FROM MARS (1953) o haciendo de asesino en serie en la muy atractiva THE SNIPER (1952) de Edward Dmytryk) y su ayudante (y prometida) Carol (Virginia Huston – la novia del duro Robert Mitchum en la magistral OUT OF THE PAST (1947, RETORNO AL PASADO) antes de que se cruzara en su camino la letal Jane Greer -) además de los científicos Lane (John Litel) y Jackson (Richard Gaines) tienen como misión ser los primeros seres humanos en pisar el planeta rojo.
Pasando por alto los paupérrimos efectos especiales (obra, no obstante, del gran Jack Cosgrove) dado lo escueto del presupuesto (y antes de que la Monogram se convirtiera en la mucho más importante Allied Artists) y la total falta de rigor científico que preside toda la cinta (rodada, eso sí, en Cinecolor, el color de los pobres y que presenta una gama cromática mucho más restringida que el muy superior Technicolor – notablemente la (casi) ausencia de azules y potenciando las tonalidades rojizas y verdosas -) en realidad estaríamos ante un producto que presenta más concomitancias con los seriales de los años ‘30 (aquellas adaptaciones a la gran pantalla del ya citado “Flash Gordon” - en esta caso del genial Alex Raymond - ) que con el cine que se estaba fraguando esos años en Hollywood.
Los despropósitos que acontecen a lo largo de su (afortunadamente) conciso metraje son de tal calibre que sólo el talento de la querida amiga Jane Olsen sería capaz de ponderarlos en su justa medida.
Tras un viaje que dura días (en lugar de meses como sería de rigor) la nave sufre un amartizaje de emergencia y (sorprendentemente) llegan todos sanos y salvos al planeta rojo.
Allí pese a las bajísimas temperaturas del planeta (la media son -55 º C) los intrépidos terrestres no necesitan más que una máscara para respirar (menos mal que aquí aciertan aunque sea de chiripa, dado que la atmósfera está compuesta en un 95% de dióxido de carbono) y ni cortos ni perezosos se encuentran como quién no quiere la cosa (tengamos en cuenta que Marte tiene una extensión de más de 140 millones de kilómetros cuadrados) con los restos de una (supuesta) antigua civilización de varios miles de años según avanza uno de los científicos aunque no use para ello ningún medio de datación sino su intuición – masculina, que haberla, hayla -.
Pero rápidamente aparecen los marcianos que no sólo tienen forma humana y se cubren con trajes similares a los de los astronautas (por cierto, nuestros héroes aparecen casi en ropa de calle) sino que hablan perfectamente inglés dado que se han dedicado durante años a captar las emisiones de radio que llegan desde nuestro planeta (uno de los tópicos más habituales usados en el género desde los tiempos de Edgar Rice Burroughs y posiblemente incluso antes).
Unos marcianos aparentemente amistosos liderados por Ikron (Morris Ankrum, que también aparece en la posterior – y ya mencionada – INVADERS FROM MARS) que pondrán todos los recursos de su moribundo planeta (viven en el interior del mismo en una ciudad sospechosamente parecida (en pobre) a la Metrópolis de la cinta homónima del gran Fritz Lang) para que los recién llegados puedan volver tan pronto como puedan de regreso a su planeta.
O sea que el gobierno norteamericano (bueno, los contribuyentes que lo pagan con sus impuestos) se gasta una pasta gansa en mandar una nave tripulada a Marte y tan pronto como nuestros protagonistas llegan al mismo están deseando marcharse sin dedicar ni un minuto al más nimio estudio de la cultura y la ciencia marciana (más avanzada tecnológicamente pero incapaz de construir naves espaciales que les permitan huir del agonizante planeta). Y es que así es el método científico, señoras y señores.
Resumiendo que la cinta tampoco merece un análisis demasiado exhaustivo.
No deja de ser curioso que las dos mujeres protagonistas (una terrestre – Carol -, la otra marciana – Alita – Margaret Chapman que imagino que encabeza el reparto por sus esbeltas piernas y por tener un (sucinto) vestido de color azul (una de las escasas veces que tal tonalidad se deja ver durante la película – ya dije que el Cinecolor no lo reproducía bien -)) sean científicas y las dos estén enamoradas de Jim aunque finalmente éste se decida por la marciana y deje el campo libre a Steve para conquistar a Carol.
[Aclaración: Alita siempre viste de azul].
[Aclaración: Alita no se lía con Steve sino con Jim].
Ah, y la presunta ayuda incondicional de los marcianos para poder reparar la nave de los terrestres es en realidad un engaño perpetrado por Ikron para usar la nave como trampolín para llegar hasta nuestro planeta y conquistarlo (¿una nave contra todo un planeta?).
Pero, por supuesto, la bella Alita ayudará a nuestros amigos en su misión y finalmente escapará con ellos donde, por supuesto, la mucho más poderosa gravedad terrestre no acabará con la hermosa silueta de nuestra heroína.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Por cierto, al director Lesley Selander (1900-1979) se le recuerda más por algunos westerns que dirigió en la década objeto del presente estudio como FORT VENGEANCE (1953, FORT VENGANZA), ARROW IN THE DUST (1954, FLECHAS INCENDIARIAS) y especialmente SHOTGUN (1955, LA PRADERA SANGRIENTA), estos dos últimos con Sterling “Johnny Guitar” Hayden de protagonista. Sin olvidarnos su colaboración con Randolph Scott en TALL MAN RIDING (1955).
Feliz tarde a todas las mujeres y a todos los hombres de buena voluntad.
Última edición por Alcaudón; 13/05/2019 a las 00:43
El dragón rojo (Red Dragon, 2002), de Brett Ratner.
Nueva adaptación de la novela de Thomas Harris del mismo título, que forma parte de la serie dedicada al personaje de Hannibal Lecter. Con anterioridad, Michael Mann ya la había llevado a la pantalla, Hunter (Manhunter, 1986), con Brian Cox como Hannibal “el caníbal”, William Petersen como el exagente del FBI Will Graham y Tom Noonan en el papel del psicópata asesino conocido como “The Tooth Fairy”.
Ratner se rodea de un reparto de lujo: Anthony Hopkins vuelve a su personaje más emblemático (11 años después de El silencio de los corderos, aunque cronológicamente la acción de este film se sitúa antes que el de Demme); Edward Norton es Will Graham; Harvey Keitel es el agente Jack Crawford (que fue interpretado por Scott Glenn en el film de Demme y por Dennis Farina en el de Mann) y Ralph Fiennes como Francis Dolarhyde, el psicópata. Además, Philip Seymour Hoffman encarna el periodista de un tabloide, Emily Watson es la amiga ciega de Dolarhyde y Anthony Heald repite su papel de Dr.Chilton. Completan la nómina del film, una producción de Dino De Laurentiis, Dany Elfman como responsable de la banda sonora (como curiosidad, hay un cameo de otro famoso compositor de bandas sonoras: Lalo Schifrin) y Dante Spinoti tras la cámara, repitiendo el mismo cometido que en el film de Mann.
A pesar del despliegue de medios, tanto en la producción como a la hora de reunir un grupo selecto de actores, que ofrecen una interpretación correcta como no se podría esperar menos de ellos, la película me ha parecido que no pasa de lo mediocre, sin ninguno de los atributos que popularizaron al personaje de Lecter en el film de Demme. Tampoco recuerdo como especialmente lucida la versión de Michael Mann, aunque por lo que recuerdo me parece más inquietante Noonan que Fiennes, en una interpretación demasiado exagerada. No me funciona su relación con Emma Watson ni la supuesta historia traumática de su infancia. Sí tiene más interés su obsesión con la obra de William Blake titulada “The Great Red Dragon and the Woman Clothed in the Sun”, que lleva tatuada parcialmente en su espalda y que literalmente acaba devorando.
Como suele ser ya demasiado habitual, y un poco cansino, la película nos depara un giro de guion final, que de tan “inesperado” como quiere ser, resulta forzado, inverosímil y decepcionante. Distraída, pero poco más.
A mi la de Michael Mann me parece lo mejor del director (No me gusta mucho como director y ésta despunta de lo buena que es en mi opinión), sus cromáticas composiciones tienen un gusto exquisito.
La trama está mejor resuelta, y ésta de la que hablas me parece como a ti muy mediocre. Aunque Fiennes no está muy fien (), Emily Watson tampoco lo está... Las actuaciones y las escenas del final son de risa.
Yo pensaba que la saga de Hannibal Lecter no tendría mucho futuro cuando sacaron la serie, pero dentro de las irregularidades rollo CSI las vegas, la trama de fondo está interesante.
Última edición por Anonimo19042021; 13/05/2019 a las 17:44
El dragón rojo la pude ver en estreno en cine y la verdad es que me acojonó en ciertos momentos. Sobre todo en la forma de acabar sus días el personaje de Seymour Hoffman, por cotilla Terminó más quemado que la moto de un hippie
Yo tengo un recuerdo bueno de ella, aunque desde luego, nunca se acerca ni por asomo a la legendaria y brillantísima El silencio de los corderos. Esa es una obra maestra y lo demás son tonterías.
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No soy un entusiasta de Mann, pero en todo caso reconozco que la de Hunter la tengo bastante olvidada. Como apunto en mi comentario, lo que más recuerdo es a Tom Noonan, un excelente actor secundario que siempre deja un sello especial en sus interpretaciones, al menos las que le he visto.
Por cierto, quiero hacer aquí un homenaje a la fallecida recientemente Doris Day. Una más que correcta actriz, con ciertos papeles muy buenos, en distintos registros (musical, drama, comedia, suspense...)y una muy buena cantante, con diversos hits en las listas de éxito.
Como lo mío son las listas, ahí va este Whatever will be, will be (qué será, será), que alcanzó el número 2 en el Hot 100 americano y el número 1 la lista UK Singles durante séis semanas, a partir de agosto de 1956.
Una muestra, a partes iguales de sus bondades como actriz y como cantante (muy exitosa en ambas facetas)
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No estaba aún al caso de la muerte de Doris Day, aunque no me extraña porque veo que es noticia de hoy. ¡97 años! Independientemente de lo que cada uno piense de ella como actriz (desde luego, a mí no me entusiasmó nunca), tiene su rincón en la historia del cine y de la música. De ella y de esa canción volveremos a hablar en su momento en el hilo de Hitchcock.
La verdad es que las comedias que rodó con Rock Hudson (ambos eran grandes amigos) son francamente deliciosas.
Cierto. Más allá de sus bondades como actriz o cantante (yo sí creo que era notable en ambas, aunque como cantante me guste algo más), es un hecho objetivo que a finales de los 50 y principios de los 60 era una de las actrices (y hablo de los dos géneros) más taquilleras en todo el mundo.
Y en cuanto a música, tuvo bastantes éxitos entre 1945 y finales de los 50. Por ejemplo, en Estados Unidos tuvo 20 éxitos en el top-10 de la lista de singles, 5 de los cuales fueron número 1. Y en UK, tuvo 9 top-10, incluidos 2 números 1.
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Última edición por Alcaudón; 13/05/2019 a las 23:06
Desconocida (para mí) película de Sidney Lumet que ha resultado ser todo un hallazgo, una auténtica delicia. La trampa de la muerte, como se titula en español, tiene una ineludible deuda con esa obra maestra que es "La huella". No alcanza los mimbres de aquella, pero justo es decirlo, tampoco lo intenta.
Un solo escenario. Un mínimo puñadito de actores, lo justo. Un montón de paranoia, equívocos y malentendidos. Como en la mejor tradición, esta película, que gira en torno al mundo del teatro, es en sí misma, una obra teatral, como lo era el film de Mankiewizc.
El maduro dramaturgo Sidney Bruhl (Michael Caine, siempre vuelvo a él ) fue en su día una estrella, con su especialidad, las obras de teatro policiacas con tintes cómicos, y una carrera llena de éxitos. Ahora, sin embargo, asiste al fracaso de su última obra, destrozada por los críticos y que ha dejado frío a su público. No es el primero, sino el cuarto de una serie de fracasos, y la situación (económica sobre todo) no es nada buena. Sidney vuelve a casa con su esposa, la inestable Myra (Dyan Cannon) que lamenta el último tropiezo de su marido.
Poco después, él le habla de un joven alumno que asiste a uno de sus simposios literarios, y que ha escrito una obra extraordinaria, La trampa de la muerte. Una de esas obras frescas e ingeniosas, que con solo leerlas, se sabe que será de esos éxitos que lanzan una carrera. El joven espera que Sidney le ayude a pulirla, y le hace un comentario casual, pero muy desafortunado: que él, solo él, Sidney, sabe que existe la obra. Nadie más la ha leído ni la conoce.
Sidney y Myra comienzan a bromear con la idea de asesinar al muchacho para apoderarse de su obra y presentarla como suya, ocultando el cuerpo en su huerto. Y llega un punto en que no sabemos si uno de los dos ha pasado de la broma a la idea... o ambos. O ninguno. Solo sabemos que Caine invita al joven aspirante a dramaturgo, Clifford Anderson (Christopher Reeve) a su casa una noche, y...
La película presenta una primera hora de una calidad sublime, sostenida por tres actorazos, y llena de incógnitas. ¿Sidney tiene intenciones asesinas de verdad? ¿Su esposa Myra solo bromeaba, o está empujándole realmente a ello, animándole de verdad a cometer el crimen en pos de salvar su carrera? ¿La ingenuidad de Clifford, deseoso de agradar y confiado, es tal, u oculta algo más siniestro?
La segunda mitad de la película va más a la deriva, y realmente tiene menos que contar que la primera. Y no es que sus responsables lo ignoren, en absoluto, o lo oculten. De hecho, lo proclaman. Un personaje le dirá a otro que el segundo acto de "La trampa de la muerte" es menos sólido, menos consistente, y necesitan algo para afianzarlo. A pesar de esa descompensación entre los dos actos, La trampa de la muerte resiste gracias a la esforzada labor de sus actores, y de un final cada vez más loco, con sus típicos giros y momentos de suspense. Aunque para mí la mejor escena está en la primera parte, con Sidney esposando a Clifford (bajo el pretexto de enseñarle sus recuerdos de obras teatrales) y el joven empieza a sospechar que algo pasa...
Caine y Reeve ya habían trabajado juntos en una de mis comedias favoritas, casualidad o no, también relacionada con el mundo del teatro, Noises off (o en español, una vez más, el incomprensible título "Que ruina de función") de Bodganovich, donde Caine interpretaba a un estresado director teatral, y Reeve a un actor bonachón.
Noises Off se tituló en su montaje teatral en catalán "Pel davant i pel darrere", que aunque no traduce el original se ajusta bastante a la dinámica de la obra. El film de Bogdanovich es muy divertido, lo reviso a menudo y siempre me arranca alguna risa (algo que en mi caso no es fácil).
No recordaba que hace ya muchos años vi Qué ruina de función!, la película de Bogdanovich. Lo que no recuerdo es si fue alquilada o de una emisión en la tele. Creo que lo primero. Es curioso, pero cuando empecé a alquilar películas (en 1988) no tenía conciencia del año de cada película.
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A mi me estaba gustando mucho, la historia, atmósfera y ritmo slow-burn, la protagonista (él no tanto). El final es uno de esos que te puedes tomar como sublime (si estás en adecuado mood desaforado y alegórico) o ridículo, si esperas algo low key como todo lo que ha precedido. Al menos arriesgado es, seguro. Tengo que verla otra vez para situarme
La mano en la sombra (The Whip Hand, 1951), de William Cameron Menzies
Interesante film producido por la RKO de Howard Hughes, buen ejemplo del cine anticomunista del período de la Guerra Fría, dirigida por Menzies, más afamado como responsable de dirección artística o de diseño de producción que como director, aunque tenga algunas películas de culto en su filmografía (¿verdad, Alcaudón?). La película comienza con un oficial soviético comentando algún tipo de operación secreta sobre el mapa de los Estados Unidos… en ruso, con lo cual es espectador no se entera de lo que está diciendo (al menos en la edición en DVD que he visto no hay subtítulos: por cierto, editada Vértice y la copia es un VHS gastado, una auténtica ), pero se pueden reconocer los nombres de las ciudades. La atención se centra en una pequeña población de Minnesota (cercana, según se dice, a Duluth… ¿te suena esa ciudad, verdad, tomaszapa?). Un periodista de vacaciones, Matt Corbin (el sosísimo Elliot Reid, que todos recordaréis como el cargante detective de Los caballeros las prefieren rubias, que se acababa enrollando con Jane Russell), a la búsqueda de zonas de pesca, descubre que ya no hay peces en el lago, y que los habitantes del lugar parecen más que interesados en que se vaya lo antes posible. ¿Por qué? Pues porque el pueblo está bajo control de los comunistas, que han organizado un centro de experimentación donde un científico nazi, el Dr.Bucholtz (Otto Waldis), colabora con los soviéticos (entre los cuales vemos a Raymond Burr y Edgar Barrier) con la intención de desarrollar armas bacteriológicas que pueden acabar con la población norteamericana en un plis plas. Como buen periodista “self made man”, Corbin será capaz de desentrañar la trama “roja” y, a base de perseverancia, tozudez y coraje, salvar a Estados Unidos de la masacre.
A pesar de que el argumento es pura pulp fiction, ajustada a un discurso de lo más reaccionario, la película tiene un notable interés, especialmente gracias al trabajo tras la cámara del gran Nicholas Musuraca y a una excelente atmósfera centrada en la figura de un hombre en principio indefenso, inmerso en un mundo hostil donde nada es lo que parece, material con que directores como Hitchcock o Lang crearon algunas de sus grandes obras (recordemos, por ejemplo, Encadenados o El ministerio del miedo respectivamente). Lo más curioso es que, al parecer, originalmente la historia se centraba, a la manera de Los niños del Brasil o de la mencionada Encadenados, en una comunidad de nazis, entre los cuales se encontraba… el mismísimo Führer, Adolf Hitler. Pero en 1951 a Hughes le pareció más necesario combatir con propaganda a los “rojos” que a los nazis.
La película me sirve para volver sobre el debate que hemos tenidos estos días sobre qué es el cine noir. ¿Es este un film noir? Visualmente tendría todos los elementos que lo caracterizan,
potenciados por la iluminación y los encuadres servidos por Musuraca, habitual de los films producidos por Val Lewton o responsable de la fotografía de películas como Stranger on the Third Floor, de Boris Ingster, The Spiral Staircase, de Siodmak; Out of the Past, de Tourneur; Born to Be Bad, de Ray, Clash by Night o The Blue Gardenia, de Lang, y un largo etcétera de films que a menudo se etiqueten como noirs. Aquí no hay detectives (aunque los periodistas en ocasiones juegan un papel similar) ni mafiosos o políticos corruptos, hay espías soviéticos encargados de llevar adelante una guerra desde dentro contra Estados Unidos. Sí hay unas inquietantes imágenes de las “cobayas humanas” de las que se sirve Bucholtz en sus experimentos.
Quizá uno diría que es más bien un film de espionaje, aunque ciertamente también es cine criminal, y un poco de ciencia ficción. Al final aparecen, como si fuera el 7º de Caballería, los agentes del FBI. Para acabarlo de arreglar, en imdb se etiqueta como: “action, adventure, crime”… O sea, que si a alguien le parece que es un film noir, ya no vendrá de aquí.
Aquí podríamos hablar más bien de cine rouge.
Por cierto, William Cameron Menzies tenía una especial debilidad por el género fantástico y en su filmografía tiene títulos "clásicos" como LA VIDA FUTURA o INVADERS FROM MARS, ambos ya comentados en este mismo rincón por, ejem, un servidor.
Y como bien me gusta recalcar fue el segundo al mando tras el productor David O. Selznick en la elaboración de (lo siento, amiga Olsen) la obra cumbre del género romántico del cine clásico (con el permiso de CASABLANCA) LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ.
Última edición por Alcaudón; 14/05/2019 a las 19:07
Ay, mad dog, la respuesta está en el viento...!
Efectivamente, Duluth (la de MInnesota, pues hay otras desperdigadas en otros estados) es la ciudad natal de Bob Dylan. Aunque, a decir verdad, su infancia y juventud la pasó en Hibbing, otra población de Minnesota.
Foto en el high school de Hibbing
Foto de la casa donde paso sus primeros años Bob Dylan (y que lleva su nombre)
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Mad dog, por lo poco que cuentas veo que la trama comparte rollo o me recuerda una barbaridad a El beso mortal. El crimen y el drama social está presente según tu descripción (y las imágenes transmiten lo mismo). Por internet no hay que fiarse como venden las películas ya que son agentes externos los que las agregan a las bases de datos. Ésta que menciono no sé si la has visto, pero es muy buena e inspiró al propio Tarantino con su famoso maletín en Pulp fiction.
Edit. Scorsese va a sacar una película de Bob Dylan para Netflix en breve llamada Rolling thunder revue!
https://www.pastemagazine.com/articl...g-thunder.html
Última edición por Anonimo19042021; 14/05/2019 a las 19:38