Sobre
Labyrinth (Jim Henson, 1986), sin spoilers importantes:
Como todas las Navidades he revisado mi única película fija en ese campo (porque, lo que son los días señalados no suelo tener demasiado tiempo y los del medio normalmente me largo de viaje),
Labyrinth. Intento verla la mañana del 24 pero muchos años no ha sido posible. Este sí. Ignoro porque me gusta verla ese día, ni siquiera sé porque tiene aire navideño para mí, pero así es.
He hablado de ella muchas veces, habrán caído algunos tochos, así que hoy quiero recordar la creciente (para mí) cantidad de dobles lecturas de esta película. SÉ que vivimos en la época de la deconstrucción, el sobre análisis, auspiciado por la era de las redes, pero en el caso de Labyrinth me parece impepinable.
En cierta forma le debemos parte de esto, o todo, a una mezcla de esas que suceden en Hollywood. O no, se lo otorgo yo pero creo que los tiros van por ahí. El film nace, tras Dark Crystal, de la mano de Jim Henson y Brian Froud, diseñador conceptual (y eso en este film es casi narrativa pura), pero cuando encomiendan el guión a Terry Jones, y las posteriores reescrituras, aparece esa extraña amalgama del Mago de Oz, Maurice Sendak, y demás influencias, pero con una particular pericia para, calzado sobre el laberinto que debe recorrer Sarah, no quedarnos muy claro que demonios está ocurriendo ahí.
Decía de esa mezcla porque la entrada de George Lucas (es lo que tiene que entre un productor creativo) y otros dejó el guión en algo que el propio Jones no reconoce del todo como suyo:
"I didn't feel that it was very much mine. I always felt it fell between two stories, Jim wanted it to be one thing and I wanted it to be about something else." Jones has said his version of the script was "about the world, and about people who are more interested in manipulating the world than actually baring themselves at all."
Por lo que leo, Jones hizo una historia más general, con un villano que atrapa víctimas en su laberinto, mientras que Henson y demás dejaron el film como una historia personal.
Y aquí viene el asunto. Todo son dudas y posibles dobles lecturas desde que, literalmente, desaparecen los títulos de crédito:
-Sarah es una chica de 16? años (15 tenía Connelly) que pasa las tardes recitando sola en un parque, vestida con atuendo y adornos infantiles, de cuento.
-Cuando recibe una puya de su madrastra (que QUIERE que su hija tenga citas, lo veis? El film es raro) tiene un enfado totalmente infantil, impropio de su edad (en la cual en los films yankees los adolescentes son casi adultos
) y justo después..
-Justo después recibe la visita de Jareth. Pero todo eso es real? Es un film de fantasía? Hasta ese momento, aunque sean unos minutos, no hemos visto nada más que a una chica que, tal vez, puede estar un poco loca (o del todo). Porque cabe la opción de que todo el film ocurra en la maltrecha consciencia de Sarah, obligándose a perder a su hermanastro para recuperarlo, y con ello poder -por fin- quererlo y hacer lo correcto.
-Sin embargo todo lo que vemos en el film, además del fascinante mundo del laberinto, está repleto de metáforas sobre la adolescencia, el sexo, las responsabilidades... La relación con Jareth es cuanto menos curiosa: esos pantalones, ese baile de máscaras o ese discurso final.
-Es más, cuando Sarah abandona el Laberinto, aparte de que lo hace como ha entrado (sin túnel o puerta tipo Narnia), aumentando la sospecha de que es un sueño/imaginación, confiesa a sus nuevos amigos la posible necesidad de su presencia durante su vida adulta, aceptando tal vez que nunca será una persona cuerda.
Sí, luego está el propio David Bowie, con sus pintas, sus canciones (algunas me gustan, otras no tanto pero en general son de una etapa que, no sé, no es que me convenza), que rompen todo esa intriga de dobles capas que comentaba pero la he visto TANTAS veces que ya forman parte de la experiencia (aunque siempre me salto el número de las cabezas voladoras).
Os dejo, de nuevo, dos fascinantes lecturas sobre este film a cargo de
John Tones:
Primera parte
Segunda parte