IMAGES (1972) de Robert Altman
Extraño cine fantástico a cargo de un director a quien nunca había asociado al género. Hace muy poco conocí su existencia y pese a ser poco conocida, vi que recibió varios premios en su momento y concurrió en ella el concurso de un equipo técnico de aúpa: fotografía de Vilmos Zsigmond y música de John Williams. El film hace recordar a Bergman, Polanski, Roeg y hasta en apuntes a David Lynch, con un tipo de historia tan grata por aquellos años, de exploración de una mente perturbada, tendiendo a la abstracción y manipulando tiempo y espacio en un casi endless loop. Susannah York es una escritor trastornada (toque fairty tale y simbolismo con sus historias) y en su mente se fusionan su marido, dos amantes (uno supuestamente muerto) y aparece también una fantasmal chica. Altman aprovecha muy bien los solitarios, húmedos, inquietantemente hermosos paisajes irlandeses, componiendo imágenes alegóricas, fijación por variedad de objetos que permiten captura o reflejo de “imágenes” y varias estupendas escenas (la prota, desdoblada, viéndose a sí misma (¿“Cronocrímenes”, “Triangle”?); la escena de amor con “los tres compañeros”…). Aunque me ha parecido algo fría (prefiero la de algún parecido –con algunas escenas casi calcadas como para ser casualidad-, maravillosa guilty pleasure “La maldición de los Bishop (1971), aunque esta sea -desde luego, mucho más técnicamente imperfecta: no dejaba de ser un low budget y abiertamente “de terror), pero es una justa y comprensible Cult Movie.
RABIA INTERIOR (1955) de Tim Whelan
Western que empieza de forma muy curiosona, con los hermanos Reno, que fueron los primeros “asaltantes héroes” ladrones de trenes –eso se nos dice- del Far West (antes de los James, los Dalton…), que controlan toda Indiana, con sarcásticos apuntes acerca de los supuestos defensores del Órden y jueces, puestos a vergonzoso servicio-soborno total de los delincuentes. Luego aparece Randolph Scott, enviado del Gobierno de incógnito, para ver cómo funciona realmente toda la zona, y la cosa se vuelve progresivamente más típica y por cauces más convencionales. Pero bueno, no está mal.
EL ÚLTIMO ESCALÓN (1999) de David Koepp
Adaptación de un relato de Richard Matheson, que cargó con cierto sambenito de aprovecharse del éxito de “El sexto sentido (1999)”, cuando ambas se rodaron simultáneamente, siendo el estreno del Escalón solo dos semanas posterior al de la de Shyamalan (en España, dando más pábulo a infundadas sospechosas, la diferencia fue de seis meses). Koepp, poco respetado como guionista, pero con cierto prestigio como director, desde aquel "Efecto Dominó (1996)". Notable película, de lo mejor del terror de los 90, relatando una clásica ghost-story con venganza, ahondando eficazmente en la idea de los “esqueletos en el armario” de las zonas residenciales periurbanas USA, paranoia del ciudadano medio; con un muy buen guión, sobrio pero contundente trabajo de puesta en escena, ayudado por las excelentes música de James Newton Howard y fotografía realista y sórdida de Fred Murphy, y estupenda labor interpretativa de Kevin Bacon y Kathryn Erbe. Estupenda e inquietante. Clásica ya la escena de la hipnosis y la sala de cine.
ESTE CHICO ES UN DEMONIO 2 (1991) de Dennis Dugan
Versión soez, supuestamente “trangresora” de Daniel El Travieso. Mucha bilis diseminada por el metraje (maldad infantil –del crío prota y de otros- más allá de las simples gamberradas, algunas oscuras pulsiones adultas caricaturizadas, el más o menos turbio abuelo del chaval –que haría de Señor Wilson- con el que se llega casi a la idea de la muerte (no intencionada… mmm)), aunque con todo ello no deja de revelarse que el niñato solo quiere el amor de su papa, en exclusiva para sí (naturalmente, no deja de ser una comedieta comercial). Solo apta para quien soporte el humor burdo y grueso (y no podían haber cogido un niño-actor, y también otra niña “malota” que sale, más desagradables… uagh!). Queda John Ritter, típico actor que caían bien a todo el mundo (al menos que conozca) y una escena al parecer ya mítica dentro de los que son estas comedias: vomitona multitudinaria en una atracción de feria.
También he visto “Cleopatra” de Joseph L. Mankiewicz (qué hermosa película, Cleopatra y Marco Antonio, qué diálogos + espectáculo. Obra Maestra) y “Éxodo” (bastante aceptable, Otto Preminger y Dalton Trumbo hacen lo que pueden con un material que teniendo en cuenta que no me interesa de entrada demasiado, pues reconocerles el mérito).