Decepción, una vez más provocada por la crítica estadounidense, que para mí ha perdido la poca credibilidad que le quedaba. Es la clásica comedia dramática indie mil veces vista que orbita y reflexiona sobre los mismos temas y los resuelve de la misma forma, cliché tras cliché (el hecho de que esté ambientada en una institución católica también se ha retratado muchas veces, y con más pericia que en Lady Bird). Obviamente, Gerwig se aprovecha de contar con la superdotada Saoirse Ronan como protagonista, la cual es capaz de aportar todos los matices y riqueza posibles y alguno más a su personaje. Del mismo modo, Metcalf también brilla como contrapunto interpretando a su madre. Ambas se merecen los reconocimientos obtenidos. Por lo demás, es un film aseado y narrado con apreciable sencillez pero sin nada sobresaliente que valorar, ni el guión (inofensivo) ni la puesta en escena. Habrá pasado al olvido en pocos años.
Si este año tocaba elevar a los altares a una historia sobre la iniciación sexual y el tránsito a la madurez, podría haberse escogido Crudo o Call me by your name, que cuentan básicamente lo mismo pero con más riesgo y frescura (la primera) y con mejor guión, más estilo, sutileza y mimo orfebre por cuidar cada detalle (la segunda). Si en cambio tocaba reivindicar a las mujeres detrás de las cámaras, se podía haber optado de nuevo por Crudo (que ha sido estrenada en EEUU) o Mudbound (que es mejor película). Pero se ha optado por un producto más (pos)moderno. Una pena.
Pd-El año que viene tendrán la oportunidad de nominar el impecable e implacable trabajo de Lynne Ramsay en su obra mayor En realidad, nunca estuviste aquí. Otra cosa es que lo hagan.