Cuando crucé el charco en el año 2000, de vuelta me traje en la bodega dos VHS de Berlanga: Plácido y El Verdugo. Las jugosas mariscadas no dieron abasto.
Me faltan ver muchas de este grande, pero esas dos me encantaron.
Cuando crucé el charco en el año 2000, de vuelta me traje en la bodega dos VHS de Berlanga: Plácido y El Verdugo. Las jugosas mariscadas no dieron abasto.
Me faltan ver muchas de este grande, pero esas dos me encantaron.