Se estrena el viernes. Es un film de director desconocido, estrenada hace dos años en EEUU, con Sean Penn en plan estelar, aunque no sé si es bueno o malo.![]()
También aparecen por allí los muy solicitados Don Cheadle y Naomi Watts. Dicen que se parece demasiado a Taxi Driver, pero creo que tiene una pintaza cojonuda:
En el verano de 1974, época de gran malestar político, Samuel J. Bicke (Sean Penn) es un hombre de 44 años que quiere creer en algo: lo que sea. Sin embargo, una y otra vez su fe (en él mismo y en el mundo que le rodea) se ve torpedeada. Se ha separado de su mujer, Marie (Naomi Watts), quien se niega a considerar la reconciliación que él tanto anhela; y no mantiene relación con su hermano Julius (Michael Wincott), un hombre de negocios cuyos éxitos parecen burlarse de la ristra constante de fracasos profesionales de Bicke. Con una vida perso-nal tan lamentable, ahora lucha con uñas y dientes por mantener otra ocupación en la que definitivamente no encaja. Idealista que odia cualquier tipo de mentira, Bicke trabaja miserablemente como vendedor en una compañía de materiales para oficina, una labor que constantemente exige mentir y ser oportunista, cuando no abiertamente fraudulento. En la vida de Bicke sólo hay una luz: el sueño de abrir un servicio de reparación de neumáticos a domicilio junto con su amigo Bonny (Don Cheadle), mecánico de automóvi-les. Su objetivo de negocio necesita un pequeño préstamo banca-rio. Bicke efectúa la solicitud y espera con nerviosismo el periodo estipulado para que la misma se procese. No cesa de tener los nervios de punta pues el resultado, su única posibilidad para un fu-turo con sentido, es del todo esencial para él. Mientras la ansiedad no hace sino crecer, Bicke comienza a desmoronarse; su estado de vulnerabilidad le hace ver injusticia e hipocresía por todos lados. Sin embargo, hay un villano que planea por encima del resto. Richard Nixon, considerado por el jefe de Bicke (Jack Thompson) como el mayor vendedor de la historia, ya que engañó dos veces al pueblo americano, es para Bicke la misma encarnación de todo cuanto es malo para el mundo. Cuando Bicke experimenta una se-rie de desgracias seguidas, decide que el único modo de recuperar su insignificante existencia pasa por llevar a término un gesto de grandeza histórica que hará que su ser pese en la conciencia de todos. Llegado a este punto, los sueños ceden ante las ilusiones de grandeza. Un nuevo Samuel Bicke, impropiamente resoluto e ingenioso, parte en pos de una cruzada estremecedora, pues pre-tende enderezar todo lo que está mal en el mundo. Le espera una cita con la Historia.