Recién vista en VO en una sala en la que había...cinco personas, contando a la que esto escribe.
Si uno tiene la Gioconda original y una copia... está claro que la original, a menos que desaparezca o resulte inexorablemente dañada por algún accidente, siempre valdrá más. Es el caso de las obras maestras de la escultura griega clásica, que han desaparecido y sólo las conocemos por las copias romanas, o de algunas pinturas del Renacimiento. Y por supuesto, se pueden coger fragmentos de distintas obras, que pueden ser hasta de distintas épocas, para hacer lo que se llama un pastiche. Un profesor mío decía que ni siquiera el espíritu de sacrificio del copista es digno de elogio; yo no voy a ser tan severa, pero digamos que el valor de una copia, en general no va más allá de documentar una obra, o un período de la historia, por lo que puede decirnos de la apreciación que esta obra pudiera tener y las razones porque se copia. Porque sólo se copia lo que es bueno o se considera deseable. El problema es que ésto, en la era de la reproductibilidad de la obra de arte llevada al infinito, ya no tiene sentido...
El gran problema con esta Bella y Bestia es el mismo que tienen muchos
remakes-nuevas versiones-
reboots que de otras películas se hacen hoy. Esto es, la premisa es "vamos a hacer una cosa que sea lo mismo de siempre, pero que sea algo distinto". Y el resultado final es una cosa que se queda un poco en tierra de nadie, que no llega a enojar pero que no satisface.
Esta peli no es para niños y es para niños. Nos presenta una sociedad muy conservadora donde al que es un poco raro le miran mal, pero es muy políticamente correcta. Quiere ser una película con actores
de verdad, pero, en lugar de tirar de decorados, maquetas,
matte paintings, maquillajes, postizos y
animatronics (que hubiera sido lo suyo), tiene tanto CGI que es casi más otra peli de dibujos que otra cosa. Se fija mucho en la versión animada, pero no es exactamente una fotocopia plano por plano de ella. Quiere ser fantástica pero al mismo tiempo retratar una época concreta y mostrarnos a unos personajes, que no es que sean muy adelantados a su tiempo, sino que directamente son de ahora mismo, y a la vez, explicarlo todo y darlo todo muy masticadito. Quiere fijarse en el relato original, pero a la vez, no perder de vista la mitología cinematográfica de los personajes (que aquí se reduce casi exclusivamente a la película de 1991). Quiere ser un entretenimiento colorista y fantástico, pero a la vez ser muy sesuda y dar trasfondo a los personajes.
Quiere, quiere, quiere... y no puede. El que mucho abarca poco aprieta, y el resultado final vuelve a ser otra película que se queda en tierra de nadie. Seguro, venderá muchas entradas, generará toneladas de
merchandising, revitalizará el interés por la versión animada y sus montajes teatrales, se hablará de ella durante un tiempo, pero, en diez años ¿quién se acordará de ella? ¿Quién puede amar a una Bestia? ¿Quién puede amar a un cascarón vacío (y ni siquiera con una envoltura muy deslumbrante)..?
Posiblemente si se hubiera fijado más en el cuento original o hubiera intentado ser más personal, o más arriesgada, o más adulta hubiera sido mejor película. Pero es que el problema de fondo es ése precisamente. No es una nueva adaptación de La bella y la bestia, es una adaptación de La bella y la bestia (1991). Y además es terriblemente inconsistente en cuanto a tono e intenciones: ahora hago una escena para los más peques, ahora meto un chiste de mayores. Ahora me pongo en plan cuento de hadas fantástico, ahora en plan drama histórico. La película va picoteando acá y allá. Ahora copio la película original casi plano a plano, ahora me pongo a innovar y me invento un trasfondo para los personajes (fundamentalmente Bella, Gastón y en menor medida el Príncipe/Bestia), que, salvo en el caso de Gastón -que fue militar, y no parece hallar su sitio en la vida civil-, no aporta gran cosa a la historia, y se podría haber eludido perfectamente. En el caso de Bella
se nos cuenta que su padre, un artista, vivía con su esposa en París, y que al declararse una epidemia de peste en la ciudad, hubo de marcharse a las provincias con su hija abandonando a su mujer a la muerte para no contagiarse. En el caso de Bestia/Príncipe, su madre murió a una edad temprana, abandonando al niño a su padre, que era un mal bicho que maleó al chico, y los servidores del castillo no pudieron hacer nada para evitarlo, de ahí que también cayeran víctimas de la maldición de la Hechicera. Quien por cierto, anda todavía rondando por ahí. No sé si es algo para hacer que Bella y Bestia se parezcan más o confraternicen más, al haber perdido ambos a su madre de pequeños, pero como es una cosa que sale sólo un minuto y no se vuelve a hablar de ella -lo del viaje en el tiempo que se marca la parejita feliz, y el sonajero en forma de rosa que ella se trae de recuerdo, es de traca
- pues dudo seriamente de su eficacia en la narrativa de la película. ¡Y decían los críticos de Batman vs. Superman de lo de Martha
!
.
También resulta muy raro que tengamos un pueblo donde a las mujeres no se les permite aprender a leer, pero la mitad del pueblo sea gente de color y el cura -que también es el bibliotecario- sea negro él también. Les recuerdo que estamos en la campiña francesa en pleno siglo XVIII, no en La Martinica o en algún sitio de ésos donde en ésa época era probable que hubiera gente de color que a buen seguro todo lo más serían capataces de otros esclavos también negros. Lo políticamente correcto, oigan, que nos viene muy bien para unas cosas, aunque luego nos lo pasemos por donde el Coloso de Rodas se pasaba los barcos
.
O me pongo a innovar, y hago
que cada vez que la rosa encantada pierde un pétalo, se caiga un cacho del castillo (literal, oigan
), o que, al llegar a término el tiempo para romper la maldición, la Bestia se quede de Bestia para siempre y los habitantes del castillo se conviertan en simples objetos inanimados. A ésto último, nada que decir, ha sido de los pocos cambios que me ha parecido interesante
. O que en el castillo e inmediaciones sea siempre invierno, nada que ver con el tiempo en el resto de los sitios. Esto nos permitirá ir saltando en la continuidad cual chicles espacio-temporales. Como en esas películas de serie B en las que en una escena hacía sol y en la siguiente era de noche. Recordemos que en la película original, la historia se tomaba su tiempo, algo que se reflejaba de manera sutil. Al salir Maurice de la aldea comenzaba el otoño, al llegar Bella al castillo caían las primeras nieves y al asaltar éste los aldeanos furiosos, estallaba una tormenta primaveral. Aquí tendremos la sensación de que no ha pasado ni un día
...
Uno de los aspectos más sobresalientes de la cinta original, la progresiva humanización de la Bestia, su evolución a lo largo de la película y la naturalidad con que surge el romance entre él y Bella aquí está diluido totalmente. No veo la rabia, la desesperación, la fiereza, la soledad de la Bestia. Veo sólo a un niñato malcriado y soberbio de casa rica.
Pero es peor cuando le da por reproducir miméticamente la película de animación. Hay cosas que quedan bien en una película de animación, pero no en una con actores de verdad. La escena del encuentro de Bella con Madame Garderobe es simplemente ridícula. También lo es ver al Príncipe maquillado como una drag queen, al perrito recién desencantado meándose en uno de los criados o a la Bestia pegando botes entre las torres del castillo cual Hulk en una de la Marvel.
En las escenas hechas casi enteramente en CGI la cosa roza la catástrofe. La escena de Be Our Guest da vergüenza ajena, también la de la creación del vestido de Bella. La magia brilla por su ausencia: hasta las escenas más icónicas, como la del baile o el desencantamiento de la Bestia, que en la película original te cortaban la respiración aquí simplemente hacen volver la vista atrás y desear volver a ver la película original, pensando "¡qué bonito era ésto!".
Los números musicales me han parecido coreografiados de una manera singularmente torpe. El vestuario, especialmente el de Bella, espectacularmente feo.
En cuanto al apartado interpretativo, los actores cumplen, sin más. Emma Watson es una Bella más chic que hermosa y Dan Stevens, para lo que hace, podría haber sido sustituido por cualquier actor joven y desconocido. El CGI no ayuda nada. Y se hace muy raro ver a la Bestia cantando un par de canciones (en la película original, inteligentemente, evitaban ésto, y en la única canción que la Bestia
cantaba no le veías haciéndolo físicamente, como si pensase las palabras). Por supuesto no esperen ver aquí la evolución ¡tan bien trazada! del personaje en la película original. Curiosamente, son los secundarios los que más destacan, en especial Kevin Kline como Maurice y Luke Evans (ha sido el que más me ha gustado, y el único de los personajes al que el trasfondo añadido ha dado aquí más plausibilidad) como un Gastón especialmente brutal, astuto y malvado. De Josh Gad y su famoso LeFou gay he acabado bastante hasta el gorro, qué quieren que les diga. Toda la película se la pasa haciendo tics y tonterías que más que gracia, sacan de quicio. Y el "final feliz" con que se le recompensa me parece bastante gratuito. Es verdad que hay algo de evolución en el personaje, pero esta es tan rápida que no consigues olvidar que durante toda la película no ha sido otra cosa que el palmero del malo, hasta cuando le has visto hacer cosas realmente bajas y moralmente cuestionables sin mover una pestaña.
A destacar: la escena de la llegada de Maurice al castillo, donde brevemente parece que la película se va a arreglar un poco y a adoptar un tono más serio y consecuente; y el número Kill the Beast, donde sí se respira algo de la magia y la emoción de la película original.
Todo lo demás... un videoclip muy vacío y sin alma. Un anuncio de Pronovias. Además es larga. Sobra metraje. No se llega a hacer enojosa, no es el espanto que yo me temía, no se corre el riesgo de que la cinta original quede asociada a un palmario truño, pero de aquí, con estos materiales de partida, podría haber salido una película bastante mejor. O se la podían haber ahorrado.
No hay sorpresa final cuando la chica se encuentra con el Príncipe, ya
destransformado de Bestia. No la echa de menos. Yo tampoco. O sí. A la de 1991.