Hoy, me gustaría hablaros de mi película favorita. De una de esas películas generalmente denostadas, clasificadas como anticuadas, torpes, e incluso ridículas. Una película que ha sido vapuleada por mucha gente, aunque también quiero creer que la salva mucha gente...
Más allá del prestigio o ausencia del mismo, que esta película tenga hoy en día, es innegable que posee una gran calidad en algunos de sus aspectos técnicos, que es seguramente la última, o una de las últimas superproducciones que trató a los bichos gigantes con miniaturas, maquetas y maquillajes, antes de que llegase la era digital, las computadoras, y la nueva era en efectos especiales.
Es innegable que fue un blockbuster, extremadamente popular en su época, que brilló con luz propia justo un año antes de que
La guerra de las galaxias apagara cualquier otra luz con la suya.
Estoy hablando del king Kong de John Guillermin y Dino de Laurentiis. Del King Kong del 76
Todo comenzó con un póster… en realidad, con dos. El primero, un póster de la película original de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack en 1933.
Este póster en concreto estaba colgado en la habitación de Rafaella de Laurentiis allá por el 1975, cuando
Tiburón rompía taquillas en el mundo entero. Papá Dino, un hombre espabilado y con un olfato más que agudo para los negocios del cine, iba buscando algún proyecto con monstruos donde hacer dinero, visto que la cosa esa del tiburón había funcionado, y mucho.
Pero De Laurentiis tenía bastante más clase que Enzo G. Castellari y demás gentuzilla mediterránea, él quería hacer algo a lo grande, una
exploitation de serie A con un presupuesto millonario, y sin que se notara tanto que estaba hecho al arrastre de
Tiburón.
Hete aquí, que un día, De Laurentiis entra en el cuarto de su hija y se encuentra con el poster del Kong original. Se hizo la luz. EUREKA. Ahí tenía la posibilidad de hacer una superproducción con monstruos, lo suficientemente alejada de
Tiburón para evitar comparaciones odiosas, y con un precedente de prestigio. Un auténtico caramelo para un productor avispado como él.
El segundo póster del que hay que hablar es uno muy parecido al que finalmente tuvo la película. De Laurentiis lo preparó y presentó, con la esperanza de evaluar el interés del público por King Kong y por una posible nueva película.
La reacción fue desbordante.Una única mujer era encargada de anotar las peticiones de posters por teléfono, se vio desbordada. Los posters se agotaron en poquísimos días. Y eso fue suficiente para que el productor diera el pistoletazo definitivo: la película se haría. O eso creía él. La cosa no iba a ser fácil...
A De Laurentiis solo le quedaba camelar al productor de la Paramount, Barry Diller, para que compartiera su entusiasmo visionario por el proyecto. Rápidamente, empezó a buscarse guionista; el elegido, Lorenzo Semple Jr, era guionista de series de la televisión como
El avispón verde, o la serie clásica (y posteriormente, de la película de 1966) de
Batman protagonizada por Adam West. Participó en el guión de
Los tres días del Condor (producida, no casualmente, por nuestro colega De Laurentiis)
The Parallax View, o
Papillon. Posteriormente, en los 80, de nuevo bajo las ordenes del productor italiano pariría en solitario el guión de esa gloria que es
Flash Gordon.
Tras una primera reunión entre productores y guionista, ya quedo establecido que la historia tendría lugar en la época "actual" mediados de los 70, con un fuerte fondo ecológico de denuncia social (los descubridores de Kong no son cineastas esta vez, no son buscadores de sueños sino miembros de una compañía petrolífera en busca del oro negro).
Mientras para el papel femenino protagonista empiezan a barajarse nombres tan irreales como el de Barbara Streisand, se busca director. El elegido vendría a ser John Guillermin, un director con, hasta el momento, una carrera muy irregular (aventuras, bélicos, catástrofes, blaxploitations) que venía del que fue su mayor éxito,
El coloso en llamas, piedra angular del cine catastrófico setentero que merecería, por si sola, entrar en cualquier sección de grandes títulos de los 70. También hay que mencionar que, según los chismosos de los medios de la época, la gran espectacularidad alcanzada por EL coloso... se debía bastante más a los efectos de Irwin Allen y al buen hacer del reparto, que a Guillermin. Así, podemos imaginarnos al director como un comparsa, un hombre de paja que sirviera de escudo entre el gran público y el hombre tras la cortina, el tipo con nombre de dinosaurio.
De Laurentiis y Guillermin durante el rodaje
Poco a poco, el proyecto se va haciendo realidad. El productor llama desde EEUU a algunos especialistas italianos con los que había trabajado en su país, tales como Mario Chiari, o el más conocido Carlo Rambaldi, para que vayan haciendo planes y proyectos sobre el papel, para crear a Kong. Glen Robinson (otro experto en efectos especiales que llegó a ganar un Oscar por su trabajo en
Terremoto) fue consultado, y pidió presupuesto a la aviación americana para que ellos se encargasen de construir al gorila gigantesco. Pero ni el presupuesto ni el tiempo convencieron al director.
Fue quedando claro que trabajar con un gorila gigantesco mecánico durante toda la producción sería inviable, tanto para los plazos como para el presupuesto, y que además, las complicaciones derivadas serían un quebradero de cabeza. Fue entonces cuando se decidió crear un brazo mecánico de gran tamaño que serviría para rodar escenas con la actriz, y por otro lado, que se requeriría a un hombre metido en un disfraz de mono bien trabajado, para otras escenas diferentes. El gorila mecánico sería la estrella, pero solo aparecería en las escenas clave de la película.
Teniendo en cuenta que aparecerían maquetas y demás elementos, y que sería necesario el uso de la pantalla partida, al productor le asustaba que la cosa quedase increíble o ridícula. Un especialista de la pantalla partida, Frank Van Der Veer, fue llamado para ocuparse de las escenas que requiriesen esa técnica. Aunque hoy en día muchos iluminados de la era digital vean los FX de esta película como anacrónicos o ridículos, fueron revolucionarios y pionerios en su día, algunas técnicas de pantalla partida posteriormente usadas en el cine hasta la saciedad fueron inventadas por el técnico para esta producción.
Al mismo tiempo, se está terminando la escritura del guión, y se plantea el primer dilema: donde acabar la película. Nadie quería "copiar" el final de la original, nadie quería volver al Empire State. Se preguntó sobre la posibilidad de rodar en el Shea Stadium, pero el alquiler del recinto y los salarios de todo el personal necesario para movilizar las escenas era prohibitivo.
Mientras tanto, John Guillermin había encontrado a quien se ocupara del gorila que debía ser un hombre disfrazado. El genio de los efectos de maquillaje Rick Baker pasó a formar parte del ya engrosado departamento de efectos especiales de King Kong. Su trabajo comenzó en el zoo de Los Angeles, donde Guillermin y él observaban a los diferentes primates, evaluaban sus expresiones y movimientos, y Baker iba haciendo bocetos de todo ello. Buscaban un simio cuyas expresiones fueran lo más humanas posibles. El maquillador ya en su primer trabajo,
El monstruo de las bananas de John Landis, se había ocupado de recrear simios, trabajo en el que se especializaría y llegaría a repetir en numerosas ocasiones.
Aunque los trabajos de producción iban avanzando, todo el mundo se acojonó cuando, la publicidad de la Parmaount comenzó a circular por todo el mundo: en ella se aseguraba que la película se estrenaría en un año, para navidades de 1976. Algo que todos sabían, era imposible.
El casting no tarda en concretarse. Jessica Lange, por entonces una absoluta desconocida en el cine que había trabajado como modelo, recién desembarcarcada en Hollywood y que, eso si, transpiraba sensualidad por cada poro de su cuerpo, fue la elegida para interpretar a Dwan, la heroína, un papel que fue ofrecido a Barbara Streissand y Colin Blakely, que entonces era muy conocida por su papel en la mítica serie
Hombre rico, hombre pobre. Un Jeff Brigges irreconocible, con melena y barba hippie, interpretaría a Jack Prescott, el héroe, un bohemio zoologo, profesor universitario y fotógrafo. Para el papel de Fred Wilson, el presidente de la compañía Petrox que va a la isla en busca de grandes reservas de petróleo, se eligió al actor Charles Grodin. Estos tres fueron arropados por una buena cantidad de secundarios, como Rene Auberjonois, el geólogo de la compañía petrolífera, que ha trabajado bastante en televisión y cine (sobre todo vinculado a Star Trek). No puedo dejar de mencionar a Ed Lauter, actor secundario que hizo de villano en gran cantidad de series y películas ochenteras.
Los problemas de la producción no fueron pocos, hasta tal punto que se llegó a dudar de que la película se pudiera terminar.
A la muerte del jefe de publicidad, Bob Yeger, víctima de un asesinato extrañísimo, se sumaron los costes de rodar en Hawai en escenarios naturales, que hacían las veces de la isla, y que eran brutales. Todo tipo de timos se llevaban a cabo (por ejemplo, extras o técnicos que a la hora del desayuno robaban grandes cantidades de comida, se negaban a comer y a cenar, y después pedían el dinero que tenían derecho a reclamar por no comer con el equipo). A esto se le sumó el alojamiento, realmente lamentable; aunque cuando decidieron rodar en islas hawaianas todo se les vendió como muy bonito, al llegar allí descubrieron que apenas había nada construido. Se alojaron en un motel barato con problemas de insectos y donde los servicios mínimos apenas se cumplieron; las carreteras que debían conectar con otros lugares importantes nunca habían llegado a construirse por problemas económicos; no llegaba hasta allí ningún canal de televisión y solo emisoras de radio locales. Por si fuera poco, no había donde comer, aunque se había prometido que existían restaurantes en la zona, era mentira. Finalmente, se consiguió que un exclusivo campo de golf de la zona abriese su restaurante al equipo de Hollywood, sirviendo cafés, hamburguesas y bocadillos (a precio de oro, desde luego). La producción en Hawai se saldó también con los obligados problemas climáticos y algún problemilla menor con nativos hostiles. La experiencia fue bastante descorazonadora para todos aunque se trasluce en una fotografía impresionante de esos parajes naturales, uno de los puntos fuertes de la película.
Mientras en Hawai se gastaban los cuartos a punta pala, en las oficinas de la Paramount estalló una nueva bomba: llegó una denuncia de la Universal contra Dino de Laurentiis y Paramount, porque según ellos, su película era ilegal. Todas estas cuestiones legales en torno a los derechos de King Kong fueron la comidilla de la prensa de la época, y son bastante complicados (de hecho, nunca llegaron a resolverse legalmente, sino mediante acuerdo entre las partes) pero intentaré resumirlos:
-RKO, poseedora de los derechos de la peli original y del personaje, "apalabró" dichos derechos a Universal para hacer una película sobre Kong. Pero Universal no tenía interés en hacer la película, y se guardaron los derechos en un cajón. El interés volvió cuando De Laurentiis anuncíó la producción, y se vio el alto interés de la gente por ver a King Kong en la pantalla grande otra vez. Entonces lo denunciaron y acusaron a RKO de faltar a su palabra, el caso es que no había nada firmado y por lo tanto, no se podía denunciar a RKO, así que tiraron contra el italiano.
-De Laurentiis por su parte, dijo que él había pagado unos derechos legítimamente y estaba haciendo una película con ellos, y que no veía el problema.
-Como Universal veía que por ese camino, no iban a conseguir nada, cambiaron de estrategia. Dijeron que si, que vale, que Paramount tenía los derechos de la película RKO, pero que los derechos de la novela y por lo tanto, del personaje, eran libres, porque los derechos de autor habían caducado. En ese punto anunciaron que Universal también iba a trabajar en su propia versión de King Kong, y que procurarían estrenar ANTES. Evidentemente, cuando dos películas se estrenan al mismo tiempo el mercado se satura, y generalmente, la que primero se estrena es la que se lleva el gato al agua.

Seguramente, esas prisas por la posible competencia de Universal son las responsables de que la película no alcanzara toda la calidad que su potencial equipo técnico y artístico tenía que haber dado. Se decidió que el gorila mecánico gigante ya no sería protagonista de tantas escenas como estaba previsto, reduciendo su presencia en pantalla y dando más prioridad a las escenas con Lange y el brazo mecánico, y Baker con su disfraz de mono, maquetas y demás.
A partir de ese momento, todo el equipo vivía con cierto miedo a que, por un lado, la Universal les diera un tortazo en la cara y por otro, que los problemas económicos, cada vez más graves, detuvieran la producción.
El tema legal con Universal no tardó en cerrarse cuando Dino De Laurentiis presentó una demanda contra ellos por toda clase de infracciones legales que habían cometido, violando sus derechos y perturbando su trabajo. Finalmente, Universal abandonó su proyecto sobre Kong y sus demandas fueron retiradas. Lo que "nadie sabía pero todos sabían" era que esta retirada de Universal se producía a cambio de un acuerdo económico con Paramount, según el cual Universal iba a recibir un porcentaje de los beneficios de su Kong (cuanto exactamente, nunca se supo). Cosas de Hollywood.
Mientras tanto, ya se tiene claro el destino final de Kong: el hoy tristemente célebre World Trade Center. Kong acabaría con su odisea en las Torres gemelas. Pedir los permisos, coordinar los movimientos de la gente y demás, fue una nueva debacle para el productor italiano y sus socios de la Paramount. Las autoridades del WTC pusieron más de un inconveniente, pidiendo toda clase de exigencias a la producción e intentando sacar tajada como fuera, hasta tal punto que De Laurentiis amenazó con llevarse a Kong al Empire State (que se moría de ganas por ello, y estaba dispuesto a dar mayores facilidades). Finalmente el asunto se solucionó, con los constantes quebraderos de cabeza para la alcaldía de Nueva York.
Luego, surgió otro problema, había que crear una GIGANTESCA multitud para la escena de masas en que Kong muere. ¿Como? Si la plaza está cerrada, hay que llenarla de extras. No recuerdo ahora cuanto se le pagaba la hora a los extras, pero contratar a todos los que necesitaban para llenar esa plaza salía por un pastón inasumible. ¿La conclusión al problema? De Laurentiis decretó que la plaza estaría abierta al público y puso anuncios en los periódicos invitando a la gente a asistir al rodaje, asegurándose de paso una publicidad GIGANTESCA. Lo que pasó fue que la plaza se llenó con miles y miles de asistentes... y la cosa se descontroló.

En estas escenas de la muerte de Kong, solo las primeras filas de multitud son de policías reales de Nueva York y extras contratados. Lo justo para rodear al Kong, y a Jessica Lange. El resto son neoyorquinos que fueron a dar un garbeo por el lugar. Y si, se descontrolaron. Acabaron pasando las barreras policiales y destrozaron el muñeco gigante (le arrancaron el pelo, le destrozaron varios dedos de la mano y le sacaron un ojo que nunca apareció). Jessica Lange tuvo un ataque de histeria (imaginad ver venir a miles y miles de personas hacia ti con sus cámaras volviéndote loco y sin casi protección). Lo bueno es que Guillermin decidió que aquello era oro puro, y mantuvo las cámaras rodando durante todo el follón. Y eso es, básicamente, lo que se ve en la película, por lo que esas escenas con la multitud trascienden una naturalidad, una fuerza, inconseguibles en un entorno controlado.
Por cierto que mientras todo el caos duraba, hubo varios robos, incluyendo una cámara (que fue devuelta) y también una gigantesca mesa llena de comida para ofrecerla al terminar el rodaje a las autoridades de la ciudad en agradecimiento por dejarles rodar allí. Pues bien, una de las asistentes de producción vio como cientos y cientos de chavalines pertencientes a los suburbios se comían y robaban la comida hasta dejar las mesas limpias, pero como todo era un caos, nadie la ayudó a pararlos y los chavales acabaron con TODO.
La película estaba lista. Contó con una banda sonora de John Barry que para mil, se cuenta como una de sus mejores bazas, trasciende realmente las imágenes y consigue acompañar al clima que los productores y el director querían darle.
Y es que este King Kong nunca pretendió ser una película de terror, como era la original, sino una especie de historia de amor imposible, con gran dosis de aventuras. No una película de terror, ni es del todo una monster movie, por lo que las gigantescas escenas de lucha con monstruos del original aquí no existen, salvo una pelea con una serpiente gigante que la verdad, resulta decepcionante y podían haberse ahorrado. La película pretendía ser eso, una historia de amor, aventuras (toda la parte en la isla me parece simplemente fenomenal) con un trasfondo de crítica social pro ecologista. En ese sentido, el personaje interpretado por Grodin lo dice todo: un tipo insensible, incluso un poco infantil, únicamente interesado en encontrar petróleo con el que llenar los tanques de su empresa a punto de quebrar. No hay que olvidar que en aquella época, Estados Unidos atravesaba una crisis energética que llegó a considerarse una alarma nacional. Kong no le importa en ningún momento al personaje de Grodin, hasta que descubre que en la isla no hay petróleo; solo entonces lo captura para exhibirlo en un espectáculo denigrante en pleno Nueva York y poder capitalizar el viaje.
Tras algunos pases de prueba y una presentación en Los Angeles, la película se consideró oficialmente terminada el 27 de agosto de 1976, aunque posteriormente Jessica Lange tuvo que realizar algunas escenas extras con el brazo de Kong. La película se estrenó finalmente, el 17 de diciembre de 1976 en 1500 cines de todo el mundo. Para Navidad, tal y como la productora había anunciado
Con un presupuesto estimado de unos 24 millones de dólares, recaudaría en su primer fin de semana unos 7 millones de dólares. La recaudación final en los States fue de 52 millones de dólares, y 80 millones en todo el mundo. A esto hay que sumar los alquileres, otros 37 millones (una película muy popular en los formatos domesticos y pases televisivos de la época). En general pues, aunque no fue un súper taquillazo como luego lo fue Star Wars, si que alcanzó y superó las espectativas económicas.
King Kong fue un fenómeno industrial importante, con un gran seguimiento mediático, colas en los cines, y una promoción brutal. En aquella época ya comenzaba a entenderse y venderse el cine como un negocio en todas sus posibilidades: en una palabra, estamos en los 70, era en la que se creó el merchandising como hoy lo conocemos.
La película conoció una secuela, también dirigida por Guillermin, la lamentable
King Kong Lives (King Kong 2 en España) que contaba con una joven Linda Hamilton y que era totalmente nefasta. También, al igual que
Tiburón, tuvo una buena serie de imitaciones pobretonas como la italiana
Yeti la mas horrible de todas.
También comentar que la película tuvo otro montaje, más completo (tres horas y pico) que se exhibió solo por la TV americana y que no ha sido editado nunca legalmente en ninguna parte, que yo sepa, pero hoy puede encontrarse entera en Youtube como la única forma de verla, en un vhsrip de imagen algo lamentable, pero no hay otra.
Si hablamos de un poco de historia videográfica, King Kong salió en primer lugar, en formato Super 8 por parte de la compañía Marketing Films, aunque solo en Alemania y no completa, sino que era una "reduccion" una especie de resumen de la película, cosas que se hacían antes. Finalmente, Video Disco la sacó en VHS, un VHS que vi de pequeñajo y que actualmente atesoro; mas tarde, en los 90, conoció una reedición por parte del sello Polygram Video. En todas estas ediciones, y en DVD, ha conservado su doblaje original; lamentablemente perdido para la edición en Blu Ray, que usa un doblaje hecho expresamente para un pase de Antena 3, que aprovechó el estreno de la versión de Peter Jackson.
Para quien se sienta interesado por los muchos vericuetos del rodaje, hay un libro, una especie de making off en libro, llamado "King Kong, La creación cinematográfica de Dino De Laurentiis" editado en España, y que atesoro. Cuenta con entrevistas a todo el equipo, cotilleos de la época, reacciones del estreno, y muchas cosas más. Se encuentra fácilmente en liberías de viejo y en webs dedicadas a libros antiguos.
En fin... espero que os sirva este post para acercaros a esta película, ya sea por primera vez o no, y para apreciarla un poquito más. Aunque no tanto como yo. Eso queda para los lunáticos
