Lo prometido es deuda. Hoy hace dos años que abrí este hilo, mi País de las Amarayvillas. Y qué mejor forma de celebrarlo que darle un buen repaso fotográfico a mi nueva friki-alcoba y su piedra angular, la estantería que soporta los más de 300 kg (comprobado en la mudanza hace un año) de cine y derivados que nutren mi colección.
Antes de empezar, os recuerdo que podéis echarle un vistazo al esqueleto vacío de la susodicha en el
Post #136 del primer aniversario, por si os apetece un piscolabis antes del plato fuerte.
Y sin más, me meto en harina, que llevo mucho tiempo deseando compartir esto con vosotros.
Primero, unas fotos generales donde se aprecian las doce alturas de la estantería entre el suelo y el techo es su parte central, que es la que lo permite. De izquierda a derecha, desde la puerta de la habitación a la esquina opuesta.
El pequeño mueble del televisor tiene ruedas para poder moverlo y tener acceso a toda la esquina.
Ahora un poco más de detalle, aunque en esta ocasión he pasado de tirar fotos muy cercanas para que se vean los títulos y todo ese rollo. Hoy lo que importa es el bulto.
Primero la franja superior, a lo largo de la pared principal. En la última balda bajo el techo he colocado unos cuantos packs en DVD y el centro está presidido por las nueve temporadas de Expediente X. Con la pasta que costaron, que se vean bien.
Inmediatamente debajo (balda 11) hay más DVD. Y a partir de la 10 empieza el
BD. En ambas, 10 y 11, casi todo es animación.
Ahora un par de fotos para la franja central y otras dos para la inferior. Las cuatro primeras baldas desde el suelo son para DVD y el
BD ocupa de la quinta a la décima. Lo tengo así para que los discos azules estén más a mano porque son con los que más trajino.
A la esquina inferior izquierda le tengo especial estima. En la cuarta balda hay ediciones en digipack que se quedan conmigo para los restos aunque medie recompra en HD. Y las otras tres son para L'Atelier 13, la CI-FI clásica que tengo en DVD y algún otro fleco entrañable, como la reciente (e imprescindible) Electric Boogaloo.
Una última foto en torno al ombligo de la pared, sito en el momento actual en la caja de Star Trek.
Y ahora pasamos a la zona de la esquina, donde hay mucho material de frente para llenar el espacio. Soy adicto a los cantos pero hay que reconocer que, teniendo sitio, es una gozada que las portadas hablen por sí mismas.
¿Estás gordo? ¿Te sostienes solo? ¿Incluyes unos cuantos discos? Sé bienvenido a esta sección.
Como nexo de unión entre la foto anterior y ésta, otro de mis estantes favoritos: ARROW VIDEO. Un gustazo como pocos coleccionar sus ediciones.
Casi dan tanto gustito como las de Resen y Llamentol.
Por último, el otro lado de la esquina. En su parte superior, como no hay mucha altura hasta la viga, he colocado unos CD's que para rellenar con colorines vienen de perlas. Y en las cuatro baldas superiores se me ocurrió colocar los digipacks que tengo de L'Atelier y resulta que se ajustan como un guante.
Para las dos últimas posiciones, recurrí a los packs de Quatermass y Ed Wood que se mueven en esa misma línea (lo
mejor y lo
peor de la Ciencia Ficción -respectivamente-).
Más abajo seguimos con los Steelbooks. Faltan los de Arrow que están en su propia balda.
Y para rematar hasta el suelo, algunas sagas, grupos de pelis, videoclips, documentales, slims de periódico y los restos de la antigua colección de Hitchcock en DVD que no tengo en
BD.
Foto inferior de la esquina con los enchufes, la toma de TV y teléfono y el insoportable amasijo de cables que afortunadamente queda oculto tras la tele la mayor parte del tiempo. Para el televisor y las consolas uso wifi, ya que está todo pegado al router, pero para el PC de sobremesa que hay en el salón (la habitación contigua) uso cable Ethernet (la culebrilla morada que se ha colado en la foto metiéndose entre los amarays para atravesar la pared).
Venga, alguna foto general más, que hoy estoy motivao.
Y unos contrapicados a tientas. Ensayo y error hasta que han quedado bien. Pero mola la perspectiva. Me dan ganas de añadirle a los maderos unos cuantos arcos apuntados, un par de vidrieras y unas gárgolas.
Por fin tengo sobre una puerta blanca mi amado poster del alien que atraviesa una puerta blanca. Se cierra el círculo.
Con pelis hasta el techo, y máxime siendo un canijo, el taburete de rigor se me antoja indispensable. Y si es de tres peldaños, mejor. Éste me viene de maravilla, no sólo para "tocar el cielo" sino para esas fotos de familia XXL que hay que hacer de vez en cuando, algunas de las cuales dadas sus dimensiones requieren ángulos imposibles para un Hobbit.
Por cierto, adquirido a un módico precio en la prestigiosa Ferretería Olaguibel, de Vitoria, donde curra un servidor. No dejéis de visitarnos si os pasáis por la capital alavesa, amigos. Preguntad por JUMUNGUS, el siempre empleado del mes (que viene).
Modo Coco ON
ABIERTO
CERRADO
Modo Coco OFF ...
... ¿Dónde está este tío cuando se le necesita?
Un fugaz vistazo al "saloncito". La habitación es más bien alargada y en el diseño que hice antes de ir a la mueblería alejé la cama del centro hacia un extremo para conseguir este espacio, pequeño pero suficiente para disfrutar en la butaca sobre todo de los videojuegos, ya que sigo con la manía de ver las pelis tirado en el colchón.
A lo que asoma por la derecha le metemos mano en breve...
La televisión y el mueble para los trastos. Dos PS3 y una PS4. Debería comprarme otro reproductor azul de una puñetera vez, que el que tenía se lo cedí a mi madre junto a mi antigua Bravia.
La tele es una Samsung Ultra HD (que risa, Felisa) de 48 pulgadas. Fue un flechazo en un día sin IVA en ECI y me pasé los 4K y el precio por el forro. Lo esencial es que se está portando muy bien y no me da más que alegrías.
Ahora que tengo comprobado el tamaño, sé que podré redondear mi próxima TV (cuando se tercie) hasta las 50 pulgadas perfectamente, aunque irse a 55 creo que ya sería un problema para ajustarla a la esquina y moverla con comodidad.
Con las 48 voy servido, de hecho. Además, como tiene ruedas, puedes acercártela todo lo que te apetezca, tanto sentado en la butaca como tumbado en la cama. Y para la TDT y los macrobloques de los DVD's más añejos, empotrarla bien lejos en la esquina hace milagros.
Para darle un poco de chispa a la pantalla le he plantado mi perfil en PSN, con uno de los villanos de Hell Yeah! en el avatar. Ahora que tengo el Plus caducado, no salgo de la sota, caballo y rey. Esto es, Zen Pinball, Pinball Arcade y Resogun. Pero joder, qué bien me lo paso.
Ya no necesitamos el Modo Coco. Así que directamente:
ON
OFF
El sillón es normalito, nada del otro mundo, pero resulta muy confortable.
Y por supuesto es reclinable, que el mundo es de los vagos.
Si os habéis fijado en la silla del escritorio y sólo la habéis reconocido por salir en El Hormiguero, me defraudáis. Siento mi culo en ella única y exclusivamente porque también es un clásico en Sálvame.
Fuera coñas, eso le da un puntazo muy serio, juas. Y estaba volviéndome un poco loco con los colores hasta que di con ella. Además, para ser de plástico duro sin acolchar por ningún lado es bastante cómoda. Se ajusta a las posaderas y el coxis con una ergonomía inusitada.
Bueno, cambio de tercio. Al igual que en el antiguo chiringuito, ahora toca pasar del "muro de la vergüenza" a los "módulos del sonrojo". Otro clásico imperecedero en el aprovechamiento de espacio coleccionista.
Como en la otra habitación, estanterías para libros (hasta que hagan falta para pelis), cajones, altillos y un amplio armario haciendo esquina para ropa, calzado y "to lo que quepa".
Los posters son provisionales, a la espera de ponerme en serio a buscar algo definitivo. Tenía por ahí lo de Evil Dead desde hace tiempo (forma parte de un antiguo cartel de cine) y no queda mal. La lámina de Rocky Horror también estaba en la otra sala, si hacéis memoria.
Lógicamente, esto es un dormitorio. Pero si no lo fuera, le metería un catre automáticamente. Uno de los placeres de mi vida es conciliar el sueño sabiéndome rodeado de cine (valeriana pura) y la visión de la colección al despertarme por la mañana me alegra la existencia de ese modo tan inconmensurable que sólo un friki puede experimentar.
El somier se puede levantar para guardar cosas debajo. En mi casa no apurar los espacios útiles hasta el último centímetro cuadrado es un crimen execrable castigado con la horca.
La jeta del zumbado de Dalí siempre a mi vera, eterna inspiración surrealista. A su lado y sobre él (fuera de la foto) todos los números de Scifiworld. Por ahí anda el pack de House, recientemente adquirido en las rebajas de ECI (fotos pendientes
) y el cabezón de Neca dedicado a Rorschach, de Watchmen. A la chupa de Grease le saqué la peli y le puse camiseta blanca a juego con los calcetines. El móvil tiene casi tres lustros y está más muerto que Dillinger pero lo uso como despertador. El politono de La Flauta Mágica de Mozart me arranca de los brazos de Morfeo cada mañana.
Y lo del Oscar lo dejé pasar cuando abrí el hilo pero creo que ya va siendo inevitable hablar de ello.
Bueno, más tarde...
En esta pared, bajo el techo, hay una viga que la recorre de lado a lado, por lo que los altillos no podían estar más arriba de lo que están. A la postre, un contratiempo ideal porque ellos mismos forman otra útil estantería de más de tres metros. Sería ideal para cabolos, pero no quiero meterme en ese jardín. Ahora tengo colocados los VHS de anime, tan socorridos con sus colorines, flanqueados por la figura de Darth Maul y el maletín de Blade Runner.
Además, la distancia hasta el techo es la suficiente como para plantar una balda a media altura y conseguir dos filas en ese espacio para DVD o
BD. Serían casi ocho metros. Si la colección se desboca en los próximos años, otro chute de bricolaje y listo.
Sobre el armario de la esquina también hay sitio para, en un momento dado, echar mano de él. Todo llegará, me temo.
Nos centramos ahora en el meollo de esta pared, con los estantes dedicados a videojuegos, comics, manga y libros, básicamente, haciéndole un hueco provisional al anime de Dragon Ball mientras lo completo y le busco otro lugar definitivo.
Los tomos negros de arriba forman la colección de kiosko de Mortadelo y Filemón, la cual conseguí finalizar y es muy completa, aunque Ibáñez ha parido otras siete historias largas desde que se acabó.
También tengo enteros (en la fila de abajo) los mangas de Dragon Ball y Dr. Slump en sus ediciones Kanzenban (me encanta Toriyama). Y en la columna izquierda están los videojuegos, alguna edición suelta como el Battle Royale de Arrow o el digibook apaisado de Blancanieves (arriba del todo) y el puñado de DVD's pendientes de desguace para mis combos caseros tras recomprarlos en
BD.
Aprovechando que iba a hacer las fotos he sacado todos mis POP!'s (35 actualmente) de sus cajas para que se oxigenen un poco y hacerme una idea de cómo quedan juntos, ya que en su momento acabarán agrupados donde ahora está el cuadro de las piedras, junto a la puerta (luego lo matizo). En los próximos días volverán a sus cajas, que así queda muy saturado para mi gusto y no quiero que cojan polvo antes de tiempo. Además viene alguno más de camino. Y yo sin actualizar el post de los cabezones. Ay, mareee.
Sobre la encimera, mi vetusto equipo de música que, entre lo que ocupa y los achaques que empieza a tener (va para el cuarto de siglo) pide a gritos jubilarse. En la otra habitación los altavoces estaban en la pared pero ahora el conjunto parece un tocata del jurásico, por edad y tamaño.
Un pequeño homenaje a los restos del naufragio de la memorable PSX. Si tuviera que elegir un disco, me quedaría con la trilogía del PANG!, de la que llegué a ser un virtuoso en las recreativas. Pero esos Final Fantasy 7 y 8 se han llevado muchas horas de mi vida y me han dejado grandes momentos.
Otra general para la parte de abajo. Como siempre, cuantos más cajones y armaritos, mejor que mejor.
Más a la izquierda, junto a la ventana, hay un trozo de pared en el que eventualmente también podría acabar habiendo POP!'s. Pero queda mucho para eso y ahora toca meterle algo de relleno.
El poster grande es "La Máquina de Nacer", de H.R. Giger, uno de mis artistas preferidos. Es un trabajo antiguo, previo a su etapa más puramente biomecánica (y característica) de aerógrafo pero siempre me ha fascinado su concepto y su realismo.
A Eduardo lo suelo tener guardado porque su poco equilibrio y sus desplomes ya me han dado algún susto a altas horas de la madrugada (cuando los sutiles cambios de temperatura hacen cosas raras con los materiales) y porque esa pelambrera es campo abonado para la acumulación de ácaros y piojos.
Y esto es un guiño personal que me hago a mí mismo. Hace años, en uno de tantos cachondos carnavales, se me ocurrió disfrazarme de algo así como una versión mariposona de Terminator (con flamante chupa de cuero pero también tutú y mallas, entre otras lindezas). Y así nació (y por suerte murió al día siguiente) TERMIGAYTOR. Para la espalda, sobre la chupa, me curré este pequeño poster (usando una de las láminas de películas que daban con los chicles Chewing), lo plastifiqué con forro adhesivo para libros (raro es el carnaval en Vitoria que no está pasado por agua -ése no fue una excepción-) y lo pegue en mi chepa con toneladas de celo. Y aguantó.
El disfraz tuvo éxito y como el cartel no acabó muy magullado lo conservé. Ahora, mostrároslo me llena de pluma y satisfacción.
Esto va tocando a su fin, pero quedan un par de detalles que me gustaría resaltar, porque me da la sensación de que el post se está quedando un poco corto.
Sobre la cajonera con ruedas que tengo al lado de la mesa, además del flexo y la lámpara de lava (de estrellitas, realmente) hay una extraña rareza:
YO.
Es un portarretratos de un antiguo muñeco de la serie Movie Maniacs (creo que era de Ghostface, el de Scream). Me lo dio un amigo (soy un reciclador nato) y me va como anillo al dedo lo de Maniac porque la foto no tiene desperdicio. Es antigua, de mi adolescencia, y pertenece a una nochevieja hogareña en la que nos fuimos todos bastante de la olla, como mandan los cánones, medie o no cotillón.
Lo primero que he de decir, aunque cueste mucho creerlo, es que estoy completamente sobrio (lo juro) y simplemente se trata de una pose muy afortunada (mi falta de fotogenia juega a mi favor en este caso) en esa suerte de cruce entre Juan Tamariz y Curro Jiménez (patillas, dientes postizos y sombrero de purpurina). Las serpentinas al cuello acreditan el cambio de año y las gafas son testimonio vivo del colapso de las modas.
Realmene parezco un jodido psicópata de la España más profunda. Me encanta.
Como contrapunto, por la parte de atrás tengo otra foto mía de mi más tierna infancia (finales de los '70) al más puro estilo Starsky & Hutch. Entrañable pero también bastante friki vista desde nuestros días.
La pistola es una Luger y no lo recuerdo bien pero creo que estaba a punto de fusilar con ella (de ahí mi cara de júbilo) al puto demente que empapeló las paredes de mi casa.
El inexorable paso del tiempo, amigos (imaginaos la pinta que puedo tener ahora).
Pero, insisto, la foto de Nochevieja fue pura interpretación y todo un alarde de mis dotes como actor. Lo cual nos lleva irremediablemente a mi Oscar, un galardón concedido hace unos años por mi (ya entonces) dilatada carrera.
Me limitaré a trascribir la leyenda de la base. Si necesitáis la traducción preguntadle al Señor Google. Es que a mí se me saltan las lágrimas...
ACADEMY SPECIAL AWARD
TO
SIR JUMUNGUS PHREEK POWA
FOR HIS OUTSTANDING
ACHIEVEMENT
IN ONANISTIC SKILLS
Ahora sí que sí. El post se acaba (agotado me hallo) pero miremos al futuro con esperanza ilusionados ante nuevos proyectos. Y en esta pequeña habitación sigue habiéndolos.
¿No os llama la atención algo en esta foto? Ejem, no me refiero a la ventana (los stores están en camino pero no han llegado a tiempo para las fotos).
En efecto. Esa viga azul de lado a lado canta ópera y me resulta inadmisible no colocar sobre ella otra estantería de un par de metros que haga juego con su hermana mayor y la prolongue a ras del techo para colocar otro puñado de packs.
Y por supuesto, tengo el Proyecto POP! y la firme decisión de hacerlo realidad.
En este caso, las dos alturas de la estantería sobre la puerta las prolongaré hasta el armario de la izquierda para más películas y el espacio ocupado ahora por el cuadro estará dedicado a la colección de cabezones, con pequeños estantes de lado a lado separados entre ellos por unos 15 cm. Calculo que tendré sitio para un centenar de POP!s y en esa cruzada me encuentro ahora mismo. Aunque hay una muy mala noticia al respecto. Hace unos días estuve trasteando en Amazon para elegir muñecos que me seducen por algún motivo u otro y acabe petando la Lista de Deseos con más de 250.
En fin, ya se verá. Tal vez tenga algo que mostraros sobre esto en el tercer aniversario...
Creo que éste es el post más largo que he plantado en mi vida en un foro de una sola tacada. No he mirado el reloj pero las cervicales me están haciendo un informe completo de la situación.
Como siempre, me lo he pasado bomba sacando las fotos y elaborando el post, así que espero que os guste, os haga pasar un buen rato y os ponga una sonrisa en la cara, que de eso se trata.
Hasta la próxima, mis cuates.