Lo has mencionado anteriormente, lo recuerdo. Es que estamos hablando de 1970, no 1950, ahí ya empezaban los criterios comerciales a arrinconar a las leyendas, el cementerio de elefantes;en Hollywood, quitando a Herrmann, redescubierto por Truffeau aunque no terminaran de congeniar y luego aupado por la quinta de Scorsese y De Palma, los nuevos cachorros, y Rózsa y North podían permitirse el lujo de elegir entre los escasos proyectos que de verdad les interesaban y mantenían en activo.
Walton creo que ya estaba sobre los 65 años y ningún autor británico que yo recuerde -salvo Frank Cordell que estrenó la apabullante Cromwell ese mismo año, Malcolm Arnold se retira este año- estaba ya en activo dentro del cine de los adscritos a su ola, fíjate que no digo ni siquiera generación. Además Goodwin llevaba por esa época siendo referencia en el género bélico, recién salido de El desafío de las águilas (1968, con Richard Burton y Clint Eastwood) -muy buen compositor Goodwin, posee un sonido muy característico y reconocible, como reverberante, por lo demás en un sentido más artesano que autoral respecto a Walton, claro.
Venían pegando muy fuerte Jarre, Goldsmith, Schifrin y otros jóvenes. Addison, Barry, Dankworth o los de la Hammer, en cuanto a los británicos, ídem. Lo de siempre, la sangre joven es la que impone la tendencia.
Georges Auric, de ése sí que me gustaría escuchar más.