OJOS DE FUEGO (1983) de Avery Crounse.
Un cuasiprecedente -pero tendente al delirio, contrapuesto a la "sobriedad"- a la reciente "La Bruja". En 1750, un grupo de pioneros, huyendo acusados de brujería, llegan a un misterioso valle habitado por un espíritu o bruja de los bosques con malas pulgas, que hechiza a humanos y los funde con árboles y la naturaleza.
Las pelis fantásticas ambientadas en la Norteamérica de los S. XVIII-XIX no son abundantes pero tiene un extraño atractivo. Otra película oculta, menor pero simpática: “Chikara” (1977).
“Eyes of Fire” posee cierta pretensión muy sensorial antropológico-místico-Naturaleza primigenia, casi prima “creature feature” de Peter Weir; y es hija grata de su tiempo, tanto en la (bella) fotografía de un Crounse especializado en esos menesteres –pese a algunos trucajes ópticos psicodélicos, cuando aparecen "criaturas"-como el maquillaje y los fx. Pese a algunos pasajes menos interesantes y una parte final algo caótica, sugestiva y atmosférica, y con música irlandesa compuesta por Brad Fiedel (“Terminator”, “Noche de miedo”).
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