Por otra parte, es verdad que muchos chavalines hablan mal incluso cuando están alabando algo, así que supongo que eso da licencia a los por demás afables ancianitos para rajar agusto de ellos (y uso rajar con toda la intención).
Porque, ¿cómo no va a hervirte la sangre cada vez que escuchas un "me puto encanta" o un "por el culísimo" haciendo referencia a que algo les ha gustado tantísimo que se lo meterían por el culo?
¿Cómo no cagarte en la reputísima madre que los parió?
¿Cómo no sentir el impulso aparentemente irrefrenable de liarte a hostias?
Creeme, Bruce. Entiendo a nuestros mayores. Les entiendo mejor de lo que puedas imaginar.