"I learned that you can fail at what you don't love, so you might as well do what you love."

Denostado por muchos, pero amado por otros tantos, Jim Carrey es una de las caras más reconocibles de la historia del cine. A nivel popular alcanzó el éxito absoluto en 1994 con un trío de ases (‘Ace Ventura’, ‘La máscara’ y ‘Dos tontos muy tontos’) que lo catapultó a ser la mayor estrella cinematográfica del momento. En cuanto a popularidad no había nadie que pudiese rivalizar con él, y se mantuvo en lo más alto con cintas del mismo perfil como ‘Mentiroso compulsivo’ o la secuela del detective de mascotas, ‘Ace Ventura, operación África’, comedias que son de culto en gran parte gracias a las peculiares actuaciones con las que el actor canadiense nos deleitaba (a algunos). Consiguió hacer llorar de la risa, ya no solo a todo Estados Unidos, sino a todo el mundo. Pero cuando un cómico consigue esto, ¿a que más puede aspirar? Fue entonces cuando Carrey empezó a coquetear con el género dramático, pero sin perder un ápice de su personalidad cómica. Protagonizó la obra maestra y visionaria de Peter Weir, ‘El Show de Truman’ con un gran papel que consiguió emocionarnos a todos y un año más tarde, logró la que a día de hoy es la mejor actuación de toda su carrera, que consiguió dejar perplejos a todos. Hablo de ‘Man on the Moon’ y su Andy Kaufman.

En este fantástico documental de Netflix, básicamente, vais a ver extractos del material que se grabó en el set de rodaje de la película y a Jim Carrey comentándolos frente la cámara mientras va contestando preguntas de un entrevistador. Puede sonar muy genérico y simple, pero es que el material de origen es tan hipnótico que no hace falta más. Lo que hizo interpretando a Andy Kaufman es algo de otro planeta, cosa que ya se puede ver nada más visionando el film de Milos Forman, pero este documental demuestra que Carrey es un genio y como la gran mayoría de estos, está loco. Se mimetizó de tal forma con el personaje, que olvidó que él era Jim Carrey. Desde que se levantaba hasta que se acostaba, era Andy Kaufman. Se paseaba totalmente irreconocible por el set y solo respondía a nombre de Andy. Todas estas cosas le causaron una verdadera pérdida de identidad, que es sobre lo que más reflexiona el documental. Es muy interesante ver como deja alucinando a Danny DeVito, saca de quicio a Jerry Lawler hasta puntos muy extremos o interactúa con los familiares de Kaufman como si fuese el propio Andy.

Lo más destacable es como el documental empieza tratando únicamente la actuación de Carrey pero a medida que éste va respondiendo preguntas y se va abriendo al entrevistador, el documental va ampliando fronteras. Da un repaso a toda la carrera de Carrey, a la estrecha relación que tenía con su padre y a una reflexión sobre si es mejor hacer lo que te gusta o lo que debes. Al final, se llega a hablar incluso del sentido de la vida y de porque estamos aquí. Muchos habréis visto este vídeo:


Todos pensamos que el Jim Carrey actual se parece más a un personaje de Twin Peaks que al que todos conocemos, y esta es otra de las cosas que se exploran en los 90 minutos de metraje. No lo hace profundamente, pero se puede apreciar el porqué de su cambio y de su forma de pensar tan espiritual.

Lo que empieza siendo una crónica de su papel como Andy Kaufman, acaba siendo un gran homenaje al propio actor, a Kaufman y un material muy reflexivo. Un actor olvidado, al igual que Kaufman, pero que no dejaba indiferente a nadie con cada una de sus apariciones. Al final, entre ellos dos, hay muchísimas similitudes, y es por eso por lo que no existe otra persona en el mundo que pudiese hacer de protagonista en 'Man on the Moon'. Porque nadie admiraba como él a Andy. Nadie lo entendía como él y nadie tenía semejante personalidad. Siento que la época de Jim ya pasó y no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, pero es una pena, pues no veremos a un cómico como él nunca. Para mi, igual de único que Robin Williams y junto a él, los únicos que son tan buenos haciéndote reír como emocionándote. Ojalá la serie de Michael Gondry, 'Kidding', le sirva como redención.