MINI CICLO DE LAS BESTIAS HUMANAS
1) LA DE RENOIR
Curioso resultado final a lo que empezó con ser un film de encargo, donde Renoir se la sudó los diálogos en la novela de Zola, y se hizo los suyos, pero vio que no funcionaba y entonces se interesó en la novela, cogiendo ya si, unos diálogos fieles a la novela.
También Renoir repite la fórmula tan buscada en las páginas porno (supongo) de jovenzuela esposa vs. marido pasadito, visto también en la ya comentada LA GOLFA y la futurible UNA MUJER EN LA PLAYA, fórmula que LAng gustosamente aplica bastante: PERVERSIDAD, LA MUJER DEL CUADRO y DESEOS HUMANOS.
Es un film nada complicado de seguir y tan bello de ver, lo que ahora sería un psycho-killer de autor, es un film visualmente espectacular, contemplativo a veces, violento en momentos, como bien dice Mad la escena del finiquito por enfermedad es realmente brutal poniéndose siempre en contexto temporal. Aquí sí, la frase de los primeros planos de Renoir que tanto he comentado por su falto de uso, en LA BESTIA HUMANA, se queda a gusto y nos hace disfrutar de una belleza especial de Simone Simon y Psycho Killer de Jean Gabin con muchos, como ya ha comentado Mad, primeros planos de gozo para el espectador, y claro el BD también ayuda a ello. Según dice, son las mejores interpretaciones de Simon/Gabin. Ojo no quiero olvidarme de Fernand Ledoux, magistral también y que me recuerda un poco a Michel Simon en la golfa, entrando en el grupo de feos losers pero no tontos.
Lo que introduje anteriormente lo mantengo, lo que más me gusta del film es el tratamiento del personaje de Gabin como un enfermo mental con objetivos selectivos, un psicópata encubierto, que se puede quedar a gusto con las bellas mujeres y se caga patas arriba cuando tiene que hacer los mismo con el otro sexo. Y Simon Femme Fatale?....puede ser si, pero pide las cosas (asesinar a su marido) con tanta sensualidad y belleza, que uno puede pensar que lo que busca es mantenerse con vida , dado a que su marido tiene la mano demasiado suelta, o sea más survival que motivos maquiavélicos.
El vinagre coincido con Mad con lo de Renoir actor, mejor que se mantenga detrás de cámara que lo hace mucho mejor.
En resumen, peli de top 5 seguramente, un film sencillo, lineal, pero de una riqueza visual remarcable, haciendo bella la fealdad (muchos trenes, mucha suciedad, interiores de clase baja, gente sucia...), eso era muy de Antonioni no?
Después sigo con el ciclo, quería escribirlo todo de una tacada, pero me ha surgido un contratiempo que requiere una pausa (en casa están haciendo la siesta y es el momento de adelantar deberes con EL HALCON MALTES. Escribo en un rato lo que falta.
Última edición por Alex Fletcher; 16/02/2022 a las 17:42
2) LA DE LANG
Primero de todo me quejo enérgicamente por la mierdición en dvd de DESEOS HUMANOS editada por una Major Sony en el pack comprado en uno de los Tallers, el 55 o el 79: Chicas Malas
Con idiomas en Español e ingles, hasta aquí todo en orden, pero sólo subtítulos en portugués, coñe!!!!!! Aparte la calidad de imagen es regulera, o la veo regular por el cabreo, que también puede ser.
Aquí discrepo un poco con Mad cuando afirma que la de Lang se trata de un remake, para mi si y no, tiene una estructuración parecida pero conceptualmente la encuentro diferente y con sucesos distintos a la de Renoir, aunque claro, no he leído la novela de Zola, y quizá Lang no remakea a Renoir y sólo adapta a Zola, o coje cuatro cosas de la Renoir, cuatro cosas del cine de Hollywood, cuatro cosas de Lang y cuatro cosas de Zola, no se, ya lo confirmará Mad cuando revisione la de Lang.
El film pierde en todo con la de Renoir. Pierde en los actores, quizá el más igualado es Broderick Crawford (grande en Almas sin conciencia de Fellini) pero está demasiado estigmatizado por lo que hace y no por lo que es, o sea el alcohol manda en su vida, estando permanente alcoholizado, o eso parece. Glenn Ford, nunca he sido muy de él, pero es todo lo contrario a Gabin, dentro del villanismo del cine negro él es el bueno, demasiado bueno, demasiado suave, él no comete el último asesinato, quizá no quería un cartel de villano, y por ello, con él nos topamos con el maneiquismo típico del producto Hollywoodiense, hay buenos y malos sin grises. Entre las malotas está una más que correcta Gloria Grahame, como Femme Fatale, pero claro nada que ver con Simone Simon, está muy lejos de lo que expresan sin palabras sus primeros planos en el film de Renoir. También tengo que decir que el doblaje me saca del film por completo, la voz de Ford no me gusta.
Otra cosa que me irrita es que los actores te expliquen la trama, la resolución el porque al espectador de manera indirecta en forma de diálogos entre ellos, sobretodo una de las escenas finales entre Ford y Grahame es donde se produce con más descaro.
En film, en comparativa con la de Renoir no hay color, 5-1 para Renoir. Y ya en la escala Lang, por ahora es el film sonoro más flojo de él que he visto, bueno Lilliom tampoco me entusiasmó. No entiendo la buena fama del film ya sea en imdb o en FA, por mi, la considero normalita sin más, ya sea por la lamentable edición, por el enfoque yanqui o lo que fuera.
3) LA DE ARGENTINA
La bestia humana (Los asesinos también mueren) -1957- de Daniel Tinayre
Vista en youtube, aquí no necesitamos subtítulos , pero con una calidad de imagen bastante mala, hay dos videos del film en youtube, el primero que creo que dura tres minutos más se ve como el culo, el que dura algo més, se ve un poquito mejor. Es un rip de la TV argentina (creo).
Aquí si que estamos con un remake absoluto de la de Renoir, los hechos son iguales (casi, aquí hay más peso en lo que se refiere a la investigación policial, sobretodo en la parte final) de la A a la Z. Con un elenco actoral interesante, una manera de descubrir el cine negro argentino, el cual he estado a punto de comprar por Amazon La bestia debe morir, otro ejemplo de cine negro argentino y con Narciso Ibáñez Menta, papi de Chicho, pero los 30-40 euros del BD que cuesta me tira para atrás.
En resumen, film para completar la trilogía de las bestias humanas (o no) y para descubrir algo del cine negro argentino, que seguro que, como en todos los paises, siempre hay joyas escondidas por ahí.
LA DE RENOIR: 8,50
LA DE LANG: 5,5
LA DE ARGENTINA: 5,5
4) BONUS TRACK: La de Rene Cardona
La horripilante bestia humana -1969-
No!!!!es broma, no tiene nada que ver con los films del ciclo, pero tenía que poner la cuota de cinefagia para poner seny Català
Hay que acudir a la edición de Eureka. Ponla en la lista de películas a revisar cuando cuentes con una buena copia. Los doblajes pueden matar un film.
Pues eso, sí y no. Lo que dije es:
Ciertamente, hay diferencias, notables, en el personaje de Lantier y en la resolución del film, pero a pesar de ello a mí me parece que Lang tiene muy presente el film de Renoir, no desde luego la novela de Zola (no la he leído, solo la he empezado, pero ni por contexto histórico ni por personajes ni por evolución de la trama la adapta de nuevo, sino que claramente parte de la de Renoir, sin que se acredite el préstamo, ya que el guion lo firma en solitario Alfred Hayes). ¿Es un remake? Etiqueta endiablada que se presta a debates sin fin. Yo creo que sí, porque un remake no tiene que ser una copia, un calco (como en cierto modo era I Died a Thousand Times respecte a High Sierra), sino una actualización de una trama, de un argumento. Y con diferencias, sin duda, creo que es lo que hace Lang. Incluso, y eso para mí en cine es fundamental, hay una notable similitud en el planteamiento visual de una y otra película, desde el mismo inicio, con esos planos de vías, túneles y cabina de la locomotora. Y ese inicio no está en Zola (aunque, lógicamente, se sobreentiende vista la temática del film). De hecho, la novela arranca con Roubaud, no con Lantier.
Discrepo por completo. Se me hace difícil decir cuál de las dos películas prefiero, pero Human Desire me encanta, la tengo por una de las mejores películas de Lang (no solo entre las rodadas en Estados Unidos), un magnífico film noir (¡otra etiqueta peligrosa! ). Ya la comentaremos en su momento en el hilo languiano.
Última edición por mad dog earle; 17/02/2022 a las 09:35
Me apunto la edición de Eureka, y más ahora que me he vuelto un adicto a las editoras Arrow, la misma Eureka, BFI, Indicator & CO, aunque la motivación por este film no sea muy alta ahora mismo. Por cierto me llegó Early Universal vol.1 la semana pasada, completando la filmo de Wyler con the Shakedown
Vista la edición portuguesa editada en España, ya me explicarás que sentido tiene editar un film con subtítulos en portugués y obviar la lengua a donde va dicha edición!!!!Dicha la regulera calidad de imagen Dicha mi poca simpatía hacia Glenn Ford, más su doblaje, visto el desarrollo de personaje de Ford, no es nada de mi agrado el papel de demasiado bueno en el film (más viniendo unas horas antes del de Gabin), creo que he sido generoso con el gol a favor. Pero está claro que remo a contracorriente, al igual que maese Alcaudón con la ley del silencio ,mucho más injusto por su parte que por la mía.
El problema no son los subtítulos en portugués, no molestan, sino la ausencia de subtítulos en castellano (porque recordar la ausencia de subtítulos en catalán ya sería masoquismo ). Hubo una época en que se editaron bastantes DVD en esas condiciones (creo que eran de Columbia). Algunos que llegué a tener los fui substituyendo a la mínima oportunidad, pero aún conservo un John Ford en esas condiciones: Cuna de héroes (The Long Gray Line), que para más inri es una edición no anamórfica.
A mí tampoco me entusiasma Ford, pero es que tenemos a Gloria Grahame, y eso son palabras mayores.
Yo también rompo una pajita de las de sorber por Deseos humanos, de Fritz Lang. La recuerdo con mucho agrado y hace no mucho la compré en una edición de esas que sabemos. Ya comentaré cuando la vea.
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¿Qué va primero, el deber o el placer? La deliciosa Simome Simon también aparece en otro film de Val Lewton poco citado, Mademoiselle Fifi (basado en un relato de Guy de Maupassant) y en un maravilloso doblete de Max Ophüls, La ronde y Le plaisir.
Ya veo que para nuestro querido Alex el ciclo Renoir se podrá resumir en dos palabras: Simon (Simone) & Simon (Michel).
23. La regla del juego (La règle du jeu, 1939)
A pesar de ser el título que, con los años, más prestigio ha dado a la carrera de Renoir, La règle du jeu fue un fracaso en su día, cayendo en el olvido durante mucho tiempo. Ya en el momento del estreno, el propio Renoir se ocupó de introducir una serie de cortes en la versión original para intentar salvar la vida comercial del film (se dice que, a pesar de ello, se retiró de la exhibición por considerarse anticomercial y desmoralizador: desde luego, no estaban los tiempos para juegos como el que plantea la película, estrenada en julio de 1939). Más tarde, Renoir siguió cortando planos, de manera que el film fue perdiendo su coherencia. Años después (se puede oír comentarlo al propio director en la presentación que se incluye en la edición en DVD de Versus), en 1958, se reconstruyó, pero la versión original no se ha recuperado, ya que algunos fragmentos se quedaron definitivamente en el suelo de la sala de montaje, y el negativo se perdió a consecuencia de un bombardeo en 1942.
A pesar de todos estos avatares (y puede que, precisamente, a consecuencia de ellos: a los cinéfilos nos encantan los films malditos), la película empezó una nueva vida a partir de la proyección de la versión reconstruida en la Mostra de Venecia de 1959. La película pasó a ser elevada a los altares por los cineastas de la Nouvelle Vague (Truffaut la consideró “el film de films”, “el credo de los cinéfilos”) y, a partir de entonces, celebrada como una de las mejores películas de la historia, y, en general, como la mejor de la obra de Renoir. Hay incluso quien considera que supuso “el nacimiento de la modernidad” en el cine, quiere esto decir lo que quiera decir.
Como pasa a menudo, una vez encumbrada, la película ha recibido (y sigue recibiendo) todo tipo de ditirambos, de sabor muy francés. No obstante, ya lo avancé en comentarios anteriores (que fueron contestados con pasión por un compañero de foro), no comparto esta exaltación de La règle du jeu. Es un film por momentos excelente y de estructura sumamente compleja, sin duda (que yo también consideré una obra maestra en su día), pero en mi opinión no es el mejor film de Renoir, e incluso me atreveré a señalar algunas debilidades, una de las cuales, yendo al grano, es la interpretación de Renoir como Octave. Ya señalamos lo extemporánea que parecía su encarnación de Cabuche en La bête humaine, pero podía relativizarse por el hecho de que el personaje era un cazador furtivo al cual Renoir le concedía una simplicidad que reforzaba su papel simbólico de pureza incontaminada ante los enfermizos personajes que conformaban el universo de la adaptación de la novela de Zola. Pero aquí el Octave de Renoir no solo no me convence, sino que a menudo me arruina las escenas, me carga, parece que se esté entrometiendo todo el tiempo en el complejo desarrollo de la obra (y digo obra con toda la intención). Ahora bien, leeréis o escucharéis comentarios que, precisamente, destacan ese “entrometerse” del director dentro de la trama, como si dirigiera el film desde dentro. Entiendo el razonamiento, pero no comparto la valoración de los resultados.
No es mi única objeción por lo que al reparto se refiere. Tampoco me convence la austríaca Nora Gregor como Christine (una mujer que mueve tantas pasiones debería tener algo más, algo especial, pero no lo sé ver, un poco como me pasó con la Madame Bovary de Valentine Tessier),
ni me hace gracia la rivalidad, casi propia de un cartoon de la Warner, entre Schumacher (Gaston Modot) y Marceau (Julien Carette), en un duelo que, en más de una ocasión, me ha recordado a Elmer persiguiendo a Bugs Bunny. Para acabar, tampoco Roland Toutain me parece acertado como el heroico aviador André Jurieux, demasiado grisáceo. Es significativo que en una película que juega tan a fondo con la representación teatralizante, me cueste destacar un actor, quizá Marcel Dalio como el marqués Robert de la Chesnaye (aunque el mismo actor me parece que está mucho mejor en La grande illusion).
Renoir consideraba su propuesta como: “una descripción minuciosa de la burguesía de nuestro tiempo. Quiero demostrar que para cada juego existe una regla. Si se juega de otra manera, se pierde la partida", Y sí, es cierto, ese juego queda expresado de forma cristalina en imágenes por Renoir (aunque más que a la burguesía de su tiempo, parece más bien fijarse en una nobleza decadente, ociosa y parisitaria, como los aristócratas refugiados en Koblenz de La Marseillaise), tomando como modelo no el burlesco estilo del vodevil de trabajos anterior (como Tire-au-flanc, On purge bébé e incluso Boudou sauvé des eaux), ni el naturalismo de Nana o de La bête humaine, ni mucho menos el discurso político implícito (y en algunos casos explícito) de Le crime de Monsieur Lange, La vie est à nous, La grande illusion o La Marseillaise, sino el clasicismo del XVIII expresado ya desde el inicio mediante un rótulo que cita un fragmento de la obra teatral “Le Mariage de Figaro” de Beaumarchais, representada por primera vez en 1784: “Si l'Amour porte des ailes, N'est-ce pas pour voltiger ?”. Junto a Beaumarchais, Renoir cita una obra teatral de Alfred de Muset, “Les Caprices de Marianne” (1833), donde aparece un personaje llamado Octave, como inspiración para su guion original (escrito con la colaboración de Carl Koch). También reconoce el influjo de la commedia dell’arte, aunque en donde esa influencia estará presente de manera directa será en Le carrosse d’or.
Y, desde luego, la referencia es acertada porque Beaumarchais (y Mozart, que suena en la banda sonora, y que convirtió la obra en ópera) se entrevé en esos constantes cruces de supuestos enamorados, que se unen y se desunen, en esos pasillos donde corretean los personajes. Sin duda, ese es el mayor atractivo del film, comprobar cómo Renoir es capaz de controlar el “desorden” que se desarrolla en La Colinière, la mansión del marqués de La Chesnaye (marqués, por cierto, que proviene de una familia alemana, de origen judío, que se supone que compró en su día el título). En ese juego de equívocos, de mentiras, de espejos, en donde se entremezcla el arriba de los señores y el abajo de la servidumbre, mostrándose tanto unos como otros títeres de una función, de un destino, que no controlan, es donde el film alcanza sus cotas más elevadas y su razón de ser, como alegoría de un mundo en crisis que, como la orquesta del Titanic, sigue tocando mientras se hunde. De ahí que se quiera ver la larga secuencia de caza, con las escalofriantes imágenes de conejos moribundos (que me ha hecho recordar la matanza de gacelas de Le bled), como una premonición de la inminente II Guerra Mundial.
Encontramos en el film excelentes momentos: la pasión del marqués por los autómatas,
los equívocos que comportan la muerte de Jurieux, o el fúnebre final nocturno entre esos miembros de la caduca nobleza convertidos en sombras (y que, por un momento, me hizo pensar en la fiesta nocturna de La dolce vita).
Cabe destacar el soberbio trabajo de vestuario (de Chanel) y decorados (responsabilidad de Eugène Louiré), y una meritoria labor tras la cámara de Jean Bachelet, que sigue, con ligeras panorámicas y potenciando la profundidad de campo, a los personajes, de manera que se superponen en el mismo plano diferentes niveles. Y, desde luego, el montaje de la habitual Marguerite Renoir, espléndido.
No puede faltar tampoco, algo que ya hemos visto en muchos de sus films, la representación teatral dentro de la película, esta vez en forma de breves números musicales ante una audiencia de aspecto aristocrático (en uno de los cuales Octave/Renoir aparece vestido de oso).
No me alargo más, porque de La règle du jeu se ha escrito tanto y se ha analizado con tanto detalle que el comentario podría eternizarse. En todo caso, en mi opinión, un gran film, pero no “el” gran film de Renoir.
Y la semana próxima, el primero de los extras previstos. En este caso, el sorprendente proyecto de rodar en la Italia fascista de Mussolini (¿qué hacía un director comprometido como Renoir yendo a la Roma mussoliniana?) una versión de Tosca, según el libreto de la ópera de Puccini, rodaje que Renoir tuvo que abandonar y que finalizó su colaborador Carl Koch.
A esto se le llama no dar tregua!!!!
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Pues si que le gustó a Truffaut: " la regla del Juego es seguramente, junto a con Ciudadano Kane, la película que más vocaciones de director ha suscitado". (...) "Por eso, viendo a menudo la regla del juego pasa uno las mejores noches del año".
He leído, gracias a mi enciclopedia casera, artículos de dirigido por, Casablanca, el libro es de las 1001 películas, una enciclopedia de cine y el libro de Truffaut, y todos más o menos dicen lo mismo, obra adelantada a su tiempo, anárquica en su creación, y bella en ejecución, un caos controlado.
Mi opinión, partiendo de que ha sido vista en el ordenador, cosa que no me agrada (supongo que teniendo un cohete de Smart TV podría integrar los subtítulos, pero la pereza me domina, y no me intereso en buscar la solución) pero está vez he partido de un archivo de 2 GB creo recordar, y sorpresa, partiendo de la edición en DVD de Criterion, así que en tema de imagen y nitidez, no hay queja, tampoco la hay en los subtítulos sincronizados al momento, no como otras que aparecían 30 segundos después, pues eso, me ha gustado más de lo esperado, no sabía nada, apenas un par de apuntes sobre su popularidad, pero nada de argumento y de la película en general.....Bueno a posteriori, me he quedado planchado cuando he leído, evidentemente no me acuerdo, en uno de las fuentes que he mencionado seguro, que Simone Simon fue la primera opción , pero al no haber "quartus" ficharon a la austríaca, que creo que hace una buena interpretación, muy boba, como todos, aunque le falta punch físico, aquí hacía falta una Grace Kelly o Simone Simon, ya que pierden el culo por ella, y sinceramente encuentro mucho más sexy a Lisette.
Disfruto de su inicio, con los personajes yendo y viniendo, con sus diálogos juguetones, con un tono de drama pero se respira comedia, pero necesito libros de instrucciones (imdb) para saber quien es quien, ya que el porrón de personajes que sale es de campeonato, no se si considerarla película coral, porque no sabría delimitarlo, pero sino lo fuera poco le falta. Ya entrado en situación, empiezo a saborear los personajes, en un ambiente teatral, con muchos escenas de interior, pero lo disfruta al máximo con sus exteriores, en su larga escena de la cacería, quizá una metáfora de lo que le venía a Francia con dicha cacería; vista hoy, la liga en defensa de los animales, creo que no le va a dar cinco estrellas sobre cinco.
Lo que más me gusta del film es lo que representa la clase alta de esa época, con un, me suda los huevos todo y me lo paso pipa, lleno de excentricidades, esas piezas vodevilescas, teniendo como actores a la misma clase alta, cuando lo habitual era que fuera el público. Esa poca vergüenza de ellos es un contraste cuando se fijan en las caras de los criados, o servicio, del estilo "pero esto que es". A mi me viene a la cabeza "La caída de los Dioses", evidentemente en tonos opuestos, pero viven en su mundo, fuera de él no existe nada.
Me encanta este encuadre fijo del pasillo de las habitaciones, que la uso muchas veces por cierto.
La parte final, más digno de un film de los Hermanos Marx, la locura no me desagrada, me divierte ver como se pelean a caricias por la austríaca. Menos me agrada la lucha por Lisette a ritmo de escopetazos. Pero mirándolo fríamente, y no es la primera vez que me quejo de esto, hay demasiado cachondeito, el drama, aunque haya drama, desaparece, es otro tono, y frente a las desgracias, si se buscaba un efecto emotiva en la muerte de un personaje importante, no tiene dicho efecto en absoluto, casi que parece un chiste incrustado por allí. A título personal, me agrada mucho el tono en que se parte, o sea el dramático aderezado con las excentricidades de los viva la vida (Fellini seguro que la vio), el final, es un exceso.
En resumen, película muy potente, muy potente, ahora mismo prefiero "la gran ilusión" también, pero el mejor piropo que le puedo dar a "la regla del juego", es que tengo ganas de volverla a ver, por lo tanto, de tenerla físicamente.
Creo que lo comenté en un post anterior, aunque tampoco recuerdo en que fuente me basaba. Se comenta que la Simon no quiso participar en el film porque, después de la experiencia de La bête humaine, consideraba a Renoir un pésimo actor, y sabía que en La regle du jeu tendría que darle la réplica en muchas ocasiones. No me parece muy verosímil, pero sí que responde a aquello de "si non è vero, è ben trovato", porque esa "cobra" de Simon a Renoir me parece sensacional.
Por cierto, no dices nada de Renoir como Octave.
El payasete de la función, con Octave me pasa lo mismo que con el tono general, se me hace molesto en el despipote general, o sea, sobretodo en la parte final. Encuentro más irritable, el cazador furtivo que se lo monta con Lisette. Pero bueno hay tantos personajes que es normal que alguno/s no caigan en gracias. Ahora me acordé de la frase de Nora Gregor, que dice algo así como "me aburren los hombres sinceros" (algo parecido), una frase sentenciosa que define el actuar de aquella clase alta francesa, viviendo de la mentira (Nora se lo monta con tres) y del vodevil en su propio mundo ajeno a todo.
Pensando ya en frío, es indudable que es un film referencial, sirviendo como modelo para los futuros y excelentes filmes, ya sea de Fellini, Visconti, Buñuel, entre otros.
Julien Carette, que ya no nos gustó en La grande illusion (aunque en La bête humaine no estaba mal). Hay muchos personajes, cierto, pero el de Octave es central.
Puede ser, pero no olvidemos que se estrena a pocos días del inicio de la II Guerra Mundial, y después estuvo casi desaparecida hasta 1959, cuando se presenta la versión reconstruida en la Mostra de Venecia. Para esa fecha, Buñuel, Fellini y Visconti tenía ya mucha obra realizada. Yo creo que si sirvió de referencia para alguien fue para los directores de la llamada nouvelle vague: Truffaut, Godard, Rohmer, Chabrol..., que la (re)descubren precisamente al inicio de sus carreras como directores (Les quatre-cents coups es de 1959, como un servidor , y À bout de souffle, de 1960).
23.b Tosca (Tosca, 1941), de Carl Koch
Cuesta entender el porqué Jean Renoir, compañero de viaje durante un tiempo del Partido Comunista Francés (y amigo personal de su secretario general, Maurice Thorez) y del Frente Popular, vio con interés dirigir una versión cinematográfica de la ópera de Puccini en la Roma mussoliniana, en una producción de la italiana Scalera Film, mientras Europa caía en el vértigo de la II Guerra Mundial. Fue precisamente la entrada en el conflicto de Italia, en junio de 1940, lo que precipitó el regreso de Renoir a Francia (para, poco después, hacer las maletas para exiliarse a Estados Unidos), de manera que el director francés solo participó en unos pocos días de rodaje. La producción quedó suspendida durante un tiempo, finalizándola el colaborador habitual de Renoir, el alemán Carl (Carlo en los créditos) Koch. Junto a él, se acreditan como “collaborati artistici alla regia” Lotte Reiniger (esposa de Koch, y especialista en films de animación: vimos una muestra de su arte en las sombras chinescas de La Marseillaise) y nada menos que Luchino Visconti, otro filocomunista metido en la producción, del que ya comentamos en este hilo y en el que le dedicamos hace poco que dio sus primeros pasos en el mundo del cine de la mano de Renoir. De Koch cuenta el propio Renoir en sus memorias: “La verdadera profesión de Carl Koch era la filosofía. Esta profesión hacía de él un estudiante permanente. En el campo del cine, no ignoraba nada de eso que se llama la técnica" y añade: “Koch era un alemán grueso, amante de su comodidad, glotón e incluso «gourmet» [...] refinado hasta el tuétano, indiferente a la política, pero capaz de pelearse por una sinfonía o un buen cuadro [...] Koch era un renano puro, es decir, un germano".
Las circunstancias que rodean el film generan uno de esos típicos enigmas para cinéfilos: ¿qué hay de Renoir en el film? ¿Qué de Visconti? ¿Qué de Koch? ¿Se limitó este a filmar según un plan de rodaje preparado por Renoir? Dudas que se incrementan respecto al guion, puesto que se parte del libreto de la ópera de Puccini (estrenada en 1900), cuyos autores son Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, sobre un argumento original del dramaturgo francés Victorien Sardou, autor del drama “La Tosca” (1887). Por su parte, la adaptación para la pantalla es de Alessandro de Stefani (escritor y guionista y director de cine), junto a Carmine Gallone (director de uno de los films estrella de la época fascista: Scipione l’Africano), colaborando en algún grado tanto Koch como Renoir y Visconti.
Con este espectacular despliegue de participantes en el proyecto (a los que podríamos añadir, entre los destacados, Ubaldo Arata en la fotografía y los técnicos en los apartados de vestuario y decorados), ¿qué nos queda? Pues, en mi opinión, sin ser un entendido en materia operística, una versión más que correcta del drama de la cantante Floria Tosca y su amante, el pinto Mario Cavaradossi, encarnados por la hispano-argentina Imperio Argentina y Rossano Brazzi.
Y frente a ellos el siniestro prefecto de policía, Scarpia, interpretado por el gran Michel Simon, doblado para la ocasión (como también Imperio). Simon, como era previsible, se erige como el mejor de la función, siendo mucho más discretas las interpretaciones de Argentina y, sobre todo, de Brazzi (actor que, a juzgar por este film, mejoró con la edad).
Lo que más impresiona de la película son las localizaciones en la monumental Roma, en especial en el Castel de Sant’Angelo, fortaleza que juega un papel central en la trama: allí es donde están presos los acusados por sus ideas jacobinas y revolucionarias, y donde se llevan a cabo las ejecuciones (como la de Palmieri, con la que se inicia el film).
También es la residencia de Scarpia, y donde se desarrollará el final de la película: el asesinato de Scarpia, acuchillado por Tosca; el fusilamiento de Mario y el suicidio de la cantante, arrojándose al vacío desde las almenas del castillo. El contexto histórico es la campaña italiana de Napoleón Bonaparte. La película se inicia el 17 de junio de 1800 con la noticia, falsa, de la derrota de Napoleón en Marengo, para acabar con el alba del día siguiente, habiéndose conocido ya la victoria del ejército francés (de hecho, la batalla tuvo lugar el 14, lo que indica la lentitud con que se conocían las noticias en la época).
El trabajo visual me parece, por momentos, excelente, sacando un partido magnífico a las calles y edificios romanos. Koch, además, desarrolla una amplia panoplia de movimientos de cámara, algunos realmente espectaculares (como unas grúas dentro de la basílica de Sant’Andrea della Valle, donde se ha refugiado el conde Angelotti, que se ha fugado de la prisión, al que dará cobijo Mario en su casa). Por supuesto, como es natural, suenan diversos pasajes y arias de la ópera de Puccini, en especial esa maravilla que es “E lucevan le stelle”, supuestamente interpretada por Mario en su celda, aunque la película filma a Brazzi de espaldas, para disimular que, evidentemente, no es él el que canta (tampoco Pavarotti, claro está).
Otras de las sorpresas que aporta el film es la dureza con la que se trata la represión impulsada por Scarpia, casi una premonición de la Gestapo o de la policía fascista, un tipo cruel que no duda en ejercer la tortura sobre los prisioneros para que confiesen su jacobinismo, todo ello al servicio de la reina de Nápoles. Scarpia también intenta forzar a Tosca como pago por la liberación de Mario, pero ahí encontrará su final.
Tosca es una película poco conocida y apreciada, pero que, en mi opinión, vale la pena visionar, especialmente si se tiene interés por la famosa ópera. En la próxima entrega volveremos al hilo de la filmografía de Renoir con su primera película hollywoodiense: Swamp Water, de la que tengo un recuerdo que tiende a cero.
Imperio Argentina, una de las primeras estrellas de nuestro panorama artístico, nació en Buenos Aires, como Magdalena.
Su madre era de Monda, un pueblo de la Sierra de las Nieves de Málaga. Y durante muchos años, al final de su carrera, estuvo viviendo en Málaga, y concretamente, en Benalmádena, el pueblo al lado del mío, donde falleció.
Alguna que otra vez, mi familia la vio en el supermercado al que íbamos a comprar. Iba con su chófer y hombre de confianza. Siempre educada, siempre elegante.
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Yo la recuerdo por varias entrevistas en Canal Sur; se veía una señora con mucha clase y cultura, se dejaba querer.
Me apunto al comentario de "Swamp water" (1941) y a si también incluis a su remake: "Un grito en el pantano" (1952) la buscaría, recuerdo que a mi personalmente me gustó más la segunda que la primera...
Me temo que estoy quedando como el farolillo rojo del pelotón ciclista en este rincón.
Demasiados frentes abiertos... aunque ahora mismo quizás no sea la expresión más oportuna.