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Tema: Jean Renoir: revisando sus películas

  1. #426
    Senior Member Avatar de mad dog earle
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    20. La gran ilusión (La grande illusion, 1937)



    La grande illusion es un guion original para la pantalla de Renoir y Charles Spaak, guionista belga cuyo hermano, Paul-Henri Spaak, primer ministre en 1938, parece ser que promovió la prohibición de la película en Bélgica. Este detalle nos da una pista de la transcendencia histórica del film de Renoir. El contexto era explosivo: Hitler empezaba a mover ficha en el tablero europeo; en España se desarrollaba la cruenta Guerra Civil; en Francia gobernaba el Frente Popular, y los rumores de guerra crecían día a día.

    La película se estrena en París en junio de 1937, en la época en que la capital francesa albergaba la Exposición Universal, un evento en el que todavía la confrontación era “pacífica”, de modo que podían coincidir la proyección de Triumph des Willens, de Leni Riefenstahl (film que recibió el premio al mejor film extranjero), en el pabellón alemán, con la exposición del “Guernica” de Picasso en el español o un pabellón ocupado por la URSS.



    Asimismo, Le grande illusion se presentó en la Mostra de Venecia, aunque por presiones de Mussolini el primer premio recayó en otro film francés, menos comprometido, Une carnet de bal, de Julien Duvivier.

    ¿Qué era esa “gran ilusión” del título? Hay versiones para todos los gustos, puesto que se trata de un film que ha hecho correr ríos de tinta ya desde su estreno, pero yo me inclino a pensar que esa gran ilusión es la del final de todas las guerras, la de un mundo donde prevalezca la fraternidad (tan ligada a la Revolución Francesa) por encima de las separaciones fronterizas o las distinciones de “razas” (el término era muy de la época, brutalmente antisemita), lenguas y culturas, un mundo donde se consiguiese superar la división en clases sociales. Quizá pueda parecer un intento un tanto ingenuo, visto lo que vino después (y en lo que todavía estamos: solo hace falta ver la primera página de los periódicos de estos días), pero que sintoniza perfectamente con el cine de Renoir, profundamente humanista, aunque no exento de una cierta ironía distanciadora.

    Para ilustrar el tema, Renoir parte de sus propias experiencias como soldado en la I Guerra Mundial (contienda en la que combatió como piloto de avión y fue herido en una pierna, arrastrando una cojera desde entonces), y en especial de las peripecias de un as de la aviación francesa al que conoció personalmente. El tema se desarrolla por medio de diferentes personajes, aunque el que actúa como hilo conductor es el teniente piloto Maréchal (sobrio Jean Gabin), exponente del proletariado ilustrado. Cuando transporta en una misión de reconocimiento al capitán Boëldieu (magnífico Pierre Fresnay), del Estado Mayor, un militar de carrera perteneciente a la alta aristocracia, el avión es abatido (Renoir no nos lo muestra) y ambos oficiales son hechos prisioneros por los alemanes, quedando bajo la autoridad del capitán Von Rauffenstein (espléndido Erich von Stroheim), que los invita cortésmente a la mesa de los oficiales. Varios detalles nos muestran una guerra todavía “caballerosa”: los alemanes han preparado una corona de flores como homenaje a un oficial francés derribado; otro de los oficiales le corta amablemente la carne del plato a Maréchal, herido en el brazo, para que pueda comer más fácilmente.

    Pronto son trasladados a un campo de prisioneros, donde comparten cautiverio con otros cuatro soldados franceses, entre los cuales se encuentra el teniente Rosenthal (Marcel Dalio, al que veremos pronto en el hilo de Bogart, como crupier del Rick’s Café), de una familia judía de banqueros y comerciantes (que le envían generosos paquetes de alimentos), o el actor parisino Cartier (Julien Carette, actor muy del gusto de Renoir, pero que a mí siempre acaba por cargarme). Otro de los miembros del sexteto es un ingeniero, interpretado por Gaston Modot (al que siempre recuerdo como el protagonista de la buñueliana L’âge d’or).



    En este segmento del film, el punto culminante se da durante una representación teatral que organizan los prisioneros. Cartier canta una canción del music-hall parisino, “Si tu Veux... Marguerite”, y un grupo de británicos actúan vestidos de mujer.



    Maréchal los interrumpe cuando se enteran entre bastidores de que las tropas francesas han recuperado la población de Douaumont, durante la batalla de Verdun. Un soldado inglés se quita la peluca y pide a la orquestina que toque “La Marseillaise”, consiguiéndose un momento de pura emoción (que años después se reproduciría en Casablanca de forma bastante similar), de comunión entre todos los prisioneros, pero que a Maréchal le costará un largo confinamiento en el calabozo.



    Maréchal y Boëldieu irán saltando de campo en campo, acumulando intentos frustrados de fuga, hasta que acaban recalando en una siniestra prisión fortaleza en Wintersborn (filmado en un castillo alsaciano), dirigida por el ahora comandante Von Rauffenstein, que ha tenido que aceptar ese poco caballeroso destino como única forma de servir a la patria, debido a sus numerosas heridas: fractura de columna, quemaduras en todo el cuerpo, placa de metal en el cráneo, prótesis en la rodilla…



    Por cierto, el aspecto de Stroheim me recuerda al de Peter Lorre en Mad Love, film dirigido por Karl Freund poco antes.



    Renoir nos muestra la habitación de Rauffenstein mediante un travelling que va trazando una panorámica sobre los objetos, de forma que nos definen al personaje (a la manera como años después Hitchcock hará en el celebrado inicio de Rear Window): crucifijos, retratos del emperador, un libro de Casanova y otro del poeta Heine, etc. El personaje de Rauffenstein, extraordinariamente interpretado por Stroheim, hay momentos que amenaza con comerse la película. Su relación con Boëldieu, mantenida en francés y en inglés, de franca camaradería entre iguales, como integrantes de una clase social destinada a desaparecer, nos trae a la memoria los decadentes personajes viscontinianos.



    Maréchal y Rosenthal, al que han reencontrado en el castillo, consiguen fugarse gracias al sacrificio de Boëldieu, solidaridad tardía con los que no son de su clase, ni social ni cultural, quizá una forma de autoinmolarse, de precipitar ese final que él y Rauffenstein intuyen (y que se simboliza, bellamente, en el solitario geranio que el comandante alemán cuida amorosamente en su habitación).

    El último tercio del film nos cuenta la huida de los dos fugados hacia Suiza. Cansados, a punto de desesperarse, afloran las diferencias entre Maréchal y el judío Rosenthal, aunque se resuelven de una manera muy renoiriana: compartiendo una popular canción infantil, “Il était un petit navire”, momento que te pone la carne de gallina.



    Finalmente recalan en una granja donde los acoge una joven viuda alemana, Elsa (Dita Parlo, la Juliette de L’Atalante), que tiene una hija pequeña, Lotte (la de los “blaue Augen”). Maréchal y Elsa vivirán un breve y tierno romance, con promesas de un reencuentro futuro.



    Cuando los soldados alemanes avistan a los fugados y dejan de disparar sobre ellos porque se dan cuenta que ya han entrado en Suiza, uno no puede menos que emocionarse (y, en este caso, agradecer que existiera esa frontera, que tan útil fue para muchas personas durante las dos guerras mundiales), a lo acompaña la banda sonora compuesta por Joseph Kosma, que refuerza los momentos más emotivos.

    Acabada y estrenada la película comenzó otra historia, tan o más interesante, la de la recepción del film y su interpretación. Prohibida (en Alemania, por mostrar una alemana entregándose a un prisionero francés y dar una imagen amable de un judío; también en Italia) o censurada, alabada por unos (la izquierda la consideró un film pacifista; se recibió en Estados Unidos con entusiasmo, con una proyección privada en la Casa Blanca para Roosevelt) y denostada por otros (por ejemplo, Louis-Ferdinand Céline, al que ya cité en otra ocasión en esta revisión, acusaba al film de Renoir de ser una apología de la unión entre los obreros arios y el millonario judío, en su tremebundo panfleto antisemita “Bagatelles pour un massacre”, de 1937; por el contrario, otros autores la consideraron una obra antisemita). La polémica sobre el film de Renoir se puede encontrar incluso décadas después en un texto de Marc Ferro (en “Cine e Historia”), historiador francés, que analiza cómo el film de Renoir se vio de otra manera después de la guerra, cuando se reestrena en 1946, con algunas secuencias y algunas frases cortadas, y con críticas de ser una invitación al colaboracionismo. Hasta 1958 no se volvió a exhibir una versión completa, con el visto bueno del propio Renoir (en la edición en BD de Divisa-StudioCanal, que incluye diversos e interesantes extras, podemos ver la presentación que Renoir preparó para ese reestreno).

    En fin, podríamos seguir largo y tendido con estas opiniones contradictorias sobre el film. Para mí, 84 años después de su estreno, me parece simplemente una obra maestra excepcional, un film que aúna un humanismo pacifista y fraternal con una visión melancólica de los cambios históricos, simbolizados por esos personajes decadentes (como el gattopardiano príncipe Salina) que son Boëldieu y Von Rauffenstein.

    Para seguir con la fraternité, la próxima entrega es La Marseillaise, en la que la confrontación de clases queda dibujada sin tantas ambigüedades.
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  2. #427
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    La gran ilusión también gustó mucho en EEUU. Se llevó el premio de la Crítica de NY (la única que había entonces) a película extranjera, igual que el de la National Board of REview.
    Pero lo más importante y destacado es que consiguió meterse entre las candidatas a mejor película (el premio gordo) en los Oscar de Hollywood. Una sola nominación, pero la más importante. Y era un año importante con otras nominadas como Robin de los Bosques, Pygmalion, Forja de hombres, Jezabel o la ganadora, la estupenda Vive como quieras, de Frank Capra.

  3. #428
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    La primera posición del ranking está cantada....ojalá tenga rival pero me da que no lo ha habido y ni lo habrá.

  4. #429
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    Cita Iniciado por Alex Fletcher Ver mensaje
    La primera posición del ranking está cantada....ojalá tenga rival pero me da que no lo ha habido y ni lo habrá.
    Hay quien pone por encima La règle du jeu, pero no es mi caso.
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  5. #430
    gurú Avatar de Alex Fletcher
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas



    Revisionada por segunda vez y mantengo y ensalzo un poco más al film de la primera opinión, ya muy buena, del film. Curiosamente, ya que la vi hace poco, le veo mucho parecido a La gran evasión, bueno mejor dicho, John Sturges vio la película de Renoir, y no sólo eso, sino que cogió muchas cositas de ella, cosas más subjetivas con cosas que no disponen a la duda. Cosas subjetivas sería el parecido entre los personajes de Steve McQueen y Jean Gabin, ambos visitando la famosa tú, nevegga como celda de aislamiento. También cuando el oficial alemán lee el currículum de los intentos de fuga de los protagonista, en el film de Sturges en su inicio y en el film de Renoir en la segunda "cárcel". El túnel como elemento de fuga, si bien es cierto en el film de Renoir no tiene tanto peso, pero de haberlo haylo. Como cosas objetivas es indiscutible el sistema de disimulo con la arena del túnel, mezclándola con las actividades de jardinería. Y esa manera de introducir la comedia en un film dramático, en resumen veo mucha influencia de la gran ilusión en la gran evasión.

    Volviendo al film de Renoir, empiezo por el impresionante reparto, me quedo eso sí, con Pierre Fresnay y Erich von Stroheim, sus diálogos cuando comparten pantalla son una delicia, más humanos sin huir del patriotismo pero sin hacerse bola, no se podían haber hecho mejor, si peor. Me encanta la parte del castillo y sobretodo la parte de la evasión con la alemana y su hija, supongo que el hecho de esconder a dos prisioneros francesas, el hecho de congeniar e incluso el congenio carnal, fue motivo de sobras de censura en Alemania. Una delicia de segmento del film, muy humanista, a la par que tierno y positivo, seguramente irreal pero bien intencionado y sin empalagar.

    Impresionante y muy disfrutable la parte del castillo, se me quedó grabado en mi primer visionado dicha parte como lo mejor con diferencia del film, claro que Fresnay y Stroheim son los abanderados del lucimiento ayudados con el espectacular castillo fortaleza, castillo, por cierto, llamado Castillo de Haut Koenigsbourg y que lo tengo a 90 km de Basilea, cerca de la turística Colmar en la Alsacia francesa, visita que me la apunto en la agenda y que haré con gran ilusión (festival del humor).







    Os dejo el enlace de la página web del castillo

    https://www.haut-koenigsbourg.fr/de/

    Como parte menos buena, diría solamente quizás, que hay un leve exceso de comedia -para mi gusto- en la primera parte del film, la que se refiere al primer campo de concentración, leve vinagre que impide que el film sea de 10, siendo y resumiendo ya que el aporte de información me ha desgastado demasiado, de un 9,5.


  6. #431
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    Cita Iniciado por Alex Fletcher Ver mensaje
    Como parte menos buena, diría solamente quizás, que hay un leve exceso de comedia -para mi gusto- en la primera parte del film, la que se refiere al primer campo de concentración, leve vinagre que impide que el film sea de 10, siendo y resumiendo ya que el aporte de información me ha desgastado demasiado, de un 9,5.
    Yo ese "exceso de comedia" (aunque tampoco diría tanto) lo personalizo en el personaje (o en la interpretación) de Julien Carette, uno de esos típicos cómicos "de revista" que parece que a Renoir le encantaba, y que a mí que carga un poco. Lo volveremos a encontrar en los próximos films, en La Marseillaise, La bête humaine y La règle du jeu.
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  7. #432
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    Me he descolgado totalmente de las reviews de Renoir y Lang.Pero la proxima que comentaré será

    https://64.media.tumblr.com/833ebf61...2642a631b.gifv

  8. #433
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    Es la entrega de esta semana.
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  9. #434
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    21. La Marsellesa (La Marseillaise, 1938)



    La Marseillaise se inscribe dentro de la época de confraternización de Renoir con el Frente Popular y el Partido Comunista Francés. En la producción del film participó el sindicato Confédération Générale du Travail (CGT), que organizó una subscripción popular para ayudar en su financiación. Si La grande illusion parecía invocar la esperanza, quizá ingenua, del final de todas las guerras, La Marseillaise parece reflejar la inevitabilidad del conflicto. Para ello, se recuerda algunos episodios de la Revolución Francesa desde una perspectiva popular, como una forma de despertar consciencias, como advertencia de que el pueblo francés ganó la libertad mediante su revolución, un preciado tesoro al que no va a renunciar ante el avance de las fuerzas fascistas. En este sentido es cristalino el mensaje de la última secuencia, cuando el ejército popular (visto a través del grupo de marselleses a los que hemos seguido durante el film) se dirige a la decisiva batalla de Valmy contra las tropas prusianas y austriacas que apoyaban la monarquía, al grito de “¡Vive la Liberté!”, acompañado de un rótulo que reproduce una frase de Goethe: “en ce lieu et en ce jour a comencé une nouvelle époque pour l’histoire du Monde”. Un mensaje que me recuerda el que incluye el film soviético Alexander Nevsky, de Eisenstein, que contenía una advertencia ante el expansionismo hitleriano (aunque después vino el pacto Ribbentrop-Mólotov… ).

    La película (estrenada a un año de la conmemoración del 150 aniversario del estallido de la Revolución) se presenta, mediante un rótulo inicial, como una “chronique de quelques faits ayant contribué à la chute de la Monarchie”. Y, ciertamente, son solo “quelques faits” lo que se muestra, una serie de episodios que tienen lugar entre el 14 de julio de 1789, día de la toma de la Bastilla, y la batalla de Valmy, en setiembre de 1792.

    El primero nos sitúa en el palacio real donde Luis XVI, en la cama, solo preocupado por la caza y la comida, recibe la noticia de la toma de la Bastilla. Se da una imagen del monarca como un pazguato alienado de la realidad (algo que refuerza la interpretación de Pierre Renoir). Luego, mediante diversos saltos temporales, seguimos las peripecias de un grupo de marselleses, en especial de Bomier (Edmond Ardisson) y Arnaud (Andrex). Primero los vemos en junio de 1790, huidos de la justicia, refugiados en la montaña. Luego, de vuelta a Marsella, en octubre, participan en la toma de las fortalezas de la ciudad.

    Un nuevo salto temporal y espacial nos traslada a 1792, a la ciudad alemana de Koblenz, donde se han refugiado un grupo de aristócratas que participan en la organización de un frente antirrevolucionario bajo el amparo de Prusia. Renoir arroja una mirada burlona al mundo decadente y parasitario de la nobleza, contrastándolo siempre con el de la Nación, la unión de ciudadanos que luchan por la eliminación de los privilegios del Ancien Régime.

    Ese mismo año se organiza un batallón en Marsella, de 500 hombres, que marchará hacia París (y al que se unen, entre otros, Bomier y Arnaud). Conocedores de la canción que llegará a ser el himno francés, “La Marseillaise” (creación de Rouget de Lisle en recuerdo de la campaña del Rhin), lo hacen suyo, entonándolo en su entrada a la capital. Sería precisamente porque quienes lo introdujeron en París fueron los marselleses por lo que recibió su título.

    Ya en París, se producen enfrentamientos con los defensores de la monarquía, mientras Luis XVI debate con sus ministros si apoyar el manifiesto del Duque de Brunswick, que dirigía las tropas prusianas. El manifiesto cuenta con el favor de la austriaca Marie-Antoinette (magnífica Lise Delamare, con una mirada desdeñosa que “retrata” a la reina).

    Mientras, se va alimentando el conflicto entre Monarquía y Nación, que parece inevitablemente condenado a un estallido final de violencia. Renoir nos muestra el asalto del palacio real por parte de las fuerzas populares, de abigarrada composición, mientras la guardia se une a la Nación, quedándole solo al monarca los suizos, soldados mercenarios.



    El 10 de agosto, la familia real abandona el palacio, protegidos por el conde de Roederer (interpretado por Louis Jouvet), que intenta salvarlos trasladándolos a la Asamblea Nacional, y la Comuna de París se hace con el poder.



    Quizá las escenas de enfrentamientos armados no sean lo mejor del film, pero creo que no llegan a ser tan insatisfactorias como las que vimos en su día en la revisión de Visconti.

    Mucho más interés que las estampas que reproducen acontecimientos históricos, probablemente sobre todo para el propio Renoir, tiene la intrahistoria, esa camaradería entre los marselleses en su larga marcha hasta París o la confraternización con los parisinos, y muy en especial con las parisinas. Así, la película busca una dimensión a ras de suelo con la relación sentimental entre Louison (Nadia Sibirskaïa) y Bomier, que será uno de los “mártires” de los sucesos de agosto.



    En una de sus citas, asistirán a un espectáculo de sombras chinas, según los créditos responsabilidad de la cineasta alemana Lotte Reiniger, especialista en films de animación, y esposa de Carl Koch, amigo y colaborador habitual de Renoir.

    Quizá la necesidad de ceñirse a unos acontecimientos históricos tan relevantes para los franceses (teñidos de una cierta afectación, reforzada por una banda sonora repleta de música clásica, de Rameau a Bach pasando por Mozart), así como el contexto prebélico, connotan en exceso la película, perdiendo algo de la brillantez de La grande illusion, probablemente porque esta podía aún moverse dentro de una cierta ambigüedad, pero a pesar de todo es un film estimable, que demuestra la madurez de Renoir tras la cámara, y su capacidad de sacar adelante un proyecto de estas dimensiones. Como curiosidad, se comenta que el film, que con el tiempo cayó en el olvido, alcanzó un gran éxito… en la URSS.

    Finalmente, vale la pena destacar que, a diferencia de La grande illusion, editada por Divisa-StudioCanal en BD en una magnífica copia restaurada, la copia de La Marseillaise deja mucho que desear, no apreciándose mejoras destacables respecto a la que ya editó en su día Divisa-StudioCanal en DVD.

    La próxima semana volvemos al terreno de las adaptaciones literarias. Como hizo con anterioridad con “Nana”, Renoir llevó a la pantalla otra novela de Émile Zola, “La bête humaine”. En este caso, como ocurrió con La chienne, hay la posibilidad de organizar una sesión doble con la adaptación dirigida por Fritz Lang, Human Desire.
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  10. #435
    maestro
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    Hay quien pone por encima La règle du jeu, pero no es mi caso.
    La règle du jeu no está por encima: está a años luz de todo lo demás que hizo Jean Renoir (que es muy bueno).

    Es lo que tiene ser una de las mejores películas de la historia del cine.

  11. #436
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    Esa es tu opinión. Simplemente. Sin discutir que sea una gran película, pero prefiero, sin ir más lejos, La grande illusion.
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  12. #437
    maestro
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    Esa es tu opinión. Simplemente. Sin discutir que sea una gran película, pero prefiero, sin ir más lejos, La grande illusion.
    Por supuesto. Igual que la tuya. El valor del arte siempre es subjetivo. Por eso te digo que, siendo La grande illusion una gran película, La règle du jeu no sólo es mejor; a mí me parece una de las diez o doce mejores de la historia del cine. Y es una opinión compartida por mucha gente que sabe de cine infinitamente más que yo.

  13. #438
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    Ya sé que para mucha gente es así, lo que suele reflejarse en listas y cosas de esas, pero como dije en mi primer comentario no es mi caso, insisto que sin criticar ni mucho menos el film, que me parece estupendo. Pero, subjetivamente al menos, prefiero La grande illusion. De todas formas de aquí a dos semanas nos tocará verla y comentarla. Quizá cambie de opinión, aunque ambos films los he visto muchas veces.
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  14. #439
    sabio Avatar de hannaben
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    https://64.media.tumblr.com/495418bf...d81a8e8511.jpg

    "En LA MARSELLESA,traté de contar uno de los mejores momentos de la
    historia de Francia de la misma manera que hubiera descrito una
    aventura que tuvo lugar en la casa de al lado. Quería tratar este gran
    momento desde una perspectiva íntima.Mentiría si dijera que fui imparcial.
    Me dio la oportunidad de expresar mi amor por los franceses. Durante un corto tiempo, los franceses realmente creimos que podíamos amarnos unos a otros,te sentías llevado por una ola de ternura"




    Jean estaba entusiasmado con la posibilidad de dirigir una obra a gran escala sobre la revolucion francesa,Libertad, Igualdad y Fraternidad. Tendría enormes medios a su disposición.

    Pero las cosas no funcionaron cuando el gobierno de L Blum cayó, la cooperación financiera y física que debía brindar desapareció con él. El guión final fue escrito por Jean. "Como resultado de mi lectura, puedo casi digo que no tuve que escribir el diálogo, casi todo está en documentos existentes".
    Asistido en su investigación por K Koch (cuya esposa L Reiniger hizo la secuencia teatral de siluetas en la pelí), quien se aseguró de que la influencia alemana en la corte se retratara correctamente. La mayor parte de la música provino de clásicos como Mozart, Bach y Grétry y, por supuesto, Rouget de L'Isle.
    L Jouvet y P Renoir aparecieron en la película, aunque en papeles distintos a los asignados originalmente,junto a un elenco casi en su totalidad que ya había trabajado con Renoir.

    Esta una de esas pelis históricas que demuestran la teoría marxista de que la historia se hace desde abajo, un correctivo a las epopeyas en las que la gente común está ausente,ingobernable o víctima. Aquí forman los eventos; la monarquía y sus aliados aristocratas simplemente reaccionan ante ellos.
    Peero una vez más Renoir rechaza el simple punto de vista. El Rey y la Reina (P Renoir y L Delamare) son vistos como una pareja con problemas de sirvientes. Los aristócratas son simplemente prisioneros de su clase y privilegios, muchos en la creencia equivocada pero sincera de que son los mejores para ostentar el poder.

    El Luis XVI de P Renoir es un buen hombre no muy brillante, que desea permanecer tranquilo con sus aficiones "El estómago ignora las sutilezas de la política"..confundido por la
    subversión. La figura encorvada con la peluca torcida se vuelve cada vez más patética.

    Marat, Robespierre, St Just, aunque mencionados, no aparecen. En cambio,Renoir se centra en un pequeño grupo de hombres comunes y corrientes de Marsella que marchan hacia París. Son como personajes de Pagnol que, en lugar de tener que hacer frente a la falta de agua o de pan, de repente se ven atrapados en la Revolución.


    El conmovedor futuro himno nacional francés se escucha por primera vez a través de una ventana cantado por un barítono.Luego se extiende y una multitud canta.

    Las últimas palabras pronunciadas en la peli VIVE LA LIBERTÉ anteceden despues de los creditos finales a las de poeta alemán Goethe
    'Aquí, en este día, comenzó una nueva era en la historia del mundo'.

    Cuarenta minutos fueron suprimidos cuando se estrenó por primera vez en una versión de 95 minutos en febrero de 1938 en el Olympia. Allí no fue un éxito.La derecha, naturalmente,condenó unánimemente la película sin más.Tuvo que esperar hasta 1967 para ser restaurada a sus 135 minutos.



    Una de las favoritas de Renoir, podría deberse más a la camaradería en la que se hizo... el último suspiro del agonizante Frente Popular.

    A pesar de estar dirigida por Renoir, está hoy en gran parte olvidada. Es una pena, ya que hay pocas películas sobre la Revolución Francesa que realmente traten el nacimiento de la República.



    La película es episódica, y algunas de las escenas son un poco melodramáticas.La caracterización es excelente. El Rey y su corte no son villanos unidimensionales...en definitiva, una película que vale la pena revisionar.

    7.5/10
    Última edición por hannaben; 07/02/2022 a las 13:04

  15. #440
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    Cita Iniciado por hannaben Ver mensaje

    El Luis XVIII de P Renoir es un buen hombre no muy brillante, que desea permanecer tranquilo con sus aficiones "El estómago ignora las sutilezas de la política"..confundido por la
    subversión. La figura encorvada con lapeluca torcida se vuelve cada vez más patética.
    Luis XVI, no avancemos acontencimientos (históricos).
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  16. #441
    sabio Avatar de hannaben
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    Luis XVI, no avancemos acontencimientos (históricos).
    Uy por favor se me ha ido el dedo con lo que me gusta a mí una revolucion francesa.

    Por cierto me está sorprendiendo para bien Pierre Renoir actuando.

    Vi hace poco https://www.imdb.com/title/tt0096857/
    Fantastica Ute Lemper.
    Última edición por hannaben; 07/02/2022 a las 12:34

  17. #442
    Senior Member Avatar de mad dog earle
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    Cita Iniciado por hannaben Ver mensaje
    Uy por favor se me ha ido el dedo con lo que me gusta a mí una revolucion francesa.

    Por cierto me está sorprendiendo para bien Pierre Renoir actuando.
    Sí, su caracterización del rey me parece muy solvente. Igual que Lisa Delamare como Marie-Antoinette. La diferencia es que Luis XVI parece un monarca un poco bobalicón, preocupado más por la comida (¡esos tomates plebeyos!) y la caza que por los graves asuntos de estado, y la reina, en cambio, aparenta ser una harpía de cuidado.
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  18. #443
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    La diferencia es que Luis XVI parece un monarca un poco bobalicón, preocupado más por la comida (¡esos tomates plebeyos!)
    La mesa y la fragua,el rey cerrajero.

  19. #444
    gurú Avatar de Alex Fletcher
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas



    Dice Truffaut que en su libro de las películas de mi vida, que no se suelen aceptar dos obras seguidas del mismo autor como obras maestras, y la gran ilusión lo fue por unanimidad, en cambio el film a comentar no tuvo la suerte de ser la excepción a la regla. Yo me uno al grupo gafapastoso (supuestamente entiendo que habla de los críticos cinematográficos, como lo fue él) y la considero una obra interesante sin más. Solo interesante, no por culpa de las justitas escenas bélicas como bien anota Mad, ahí Visconti gana por goleada con sus lamentables escenas de Senso y el Gatopardo, en el film de Renoir, considero muy lamentable (casi sonrojante) la "batallita" de espadachines previa escena bélica final. Pero dicha parte final bélica es mucho mejor y diré más adelante el porque de mi opinión. Tampoco es la razón principal de no ser la segunda obra maestra consecutiva, el hecho de considerar el film fiable en cuanto a acontecimientos históricos, sin tener NPI de los sucesos acontecidos, a bote pronto, los pongo en stand by de credibilidad, también inducido por la causa que ya casi indicaré; eso si, reconozco que unos de mis objetivos del film era puramente didáctico a nivel histórico, y después de ver el film, si me lo hicieran explicar, diría muchas cosas obvias al estilo de que el agua está mojada, o sea, objetivo secundario: no conseguido.

    Ahora bien, y viene el vinagre de Módena, seré directo y no haré los rodeos del párrafo anterior: me molesta el tono de comedia ligera del film, el cachondeito continuo, no por parte de la realeza o nobleza, sino más bien por el tono general, sobretodo del pueblo, de que estamos de cachondeo continuo, abanderado por el hombre (que al principio del film pensaba que era mujer) creo llamado Bomier. Tanta coña marinera me afecta y no me tomo el film que debiera, y no se trata de unos minutos, como pasa en la gran ilusión y precisamente fue mi aroma de vinagre; aquí el cachondeito es de martillo pilón. Se ve claramente en la chapuza nombrada anteriormente como la primera batallita de espadachines, sólo faltaba que salieran Abbott & Costello, con la consecuencia de que la escena del mártir, me da absolutamente igual y empatizo 0 con ella, incluso lo agradezco. El cachondeito continuo hace que el punto didáctico histórico del film, si lo hay, acabe soterrado.



    El punto de idiotez lo aporta de manera excelente las (pocas) escenas de la nobleza, que junto a las escenas finales bélicas, lo considero lo mejor del film, lo primero, y como bien ha dicho Mad, ayuda mucho der Bruder y María Antonieta. Las escenas del asalto final no son un portento cinematográfico, pero parece todo más cuidado (fíjense en los extras de la bochornosa primera escena bélica comentada) y con esas ejecuciones finales, fusilamientos a 1 metro de distancia, a uno se le pone gallina el piel y uno tiene la sensación de estar viendo otra película.

    Por ello considero el film como interesante a secas, para nada didáctico y para nada, y muy lejos, de ser de lo mejor del director.


    Jaimito?

  20. #445
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    Cita Iniciado por Alex Fletcher Ver mensaje
    Ahora bien, y viene el vinagre de Módena, seré directo y no haré los rodeos del párrafo anterior: me molesta el tono de comedia ligera del film, el cachondeito continuo, no por parte de la realeza o nobleza, sino más bien por el tono general, sobretodo del pueblo, de que estamos de cachondeo continuo, abanderado por el hombre (que al principio del film pensaba que era mujer) creo llamado Bomier. Tanta coña marinera me afecta y no me tomo el film que debiera, y no se trata de unos minutos, como pasa en la gran ilusión y precisamente fue mi aroma de vinagre; aquí el cachondeito es de martillo pilón. Se ve claramente en la chapuza nombrada anteriormente como la primera batallita de espadachines, sólo faltaba que salieran Abbott & Costello, con la consecuencia de que la escena del mártir, me da absolutamente igual y empatizo 0 con ella, incluso lo agradezco. El cachondeito continuo hace que el punto didáctico histórico del film, si lo hay, acabe soterrado.
    Sí, es Bomier, el maçon, o sea el albañil. A mí me produce un poco la misma sensación que el personaje interpretado por Carette (que aquí también sale, brevemente, junto a Gaston Modot) en La grande illusion. Pero este tono ligero, casi de vodevil, es muy habitual en Renoir, yo diría que está presente en casi todas sus películas, sean dramas o comedias, sobre todo las que hizo en Francia. Las interpretaciones en los films de Renoir tienen siempre ese estilo un tanto distanciador, en que da la impresión que los personajes están vistos un poco burlonamente. Eso a veces produce momentos excelentes, pero en otras ocasiones resulta chirriante.
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  21. #446
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    22. La bestia humana (La Bête humaine, 1938)



    Después de haberlo hecho con Nana, Renoir vuelve a adaptar una novela de Émile Zola, otra de las que integran el ciclo de los Rougon-Macquard, publicada en 1890 y ambientada en 1870, en el año culminante de la guerra franco-prusiana. Pero Renoir traslada la acción a la actualidad, a un 1938 en que una nueva guerra llamaba a las puertas.

    Como en el resto de este ciclo novelístico de Zola, la degradación humana ocupa un lugar central de la historia, en este caso el alcoholismo de los progenitores del protagonista, el maquinista Jacques Lantier, es una herencia biológica que condiciona su naturaleza, aquejado de súbitos ataques de violencia enloquecida que jugarán un papel fundamental en el film. No he leído la novela (la he empezado estos días, pero el tiempo no da para más), pero por lo que he visto Renoir introduce muchos cambios, no solo temporales.

    A pesar de todo, parece que lo esencial se respeta, aunque simplificado. Lantier (un espléndido Jean Gabin, convertido ya en toda una estrella del cine francés) es testimonio clave en un caso de asesinato. Mientras vuelve en tren a Le Havre, observa los movimientos por los corredores del tren del matrimonio Roubaud. El marido (Fernand Ledoux) acaba de asesinar a Grandmorin, padrino de su esposa, Séverine (sensual Simone Simon), a causa de los celos que le produce saber que la tuvo como amante tiempo atrás, abusando de su posición al haberla acogió en su mansión cuando perdió a su madre. Lantier calla en la encuesta judicial y, poco a poco, cae fascinado por el influjo de Séverine, hasta el punto de intentar matar a Roubaud, sin atreverse a hacerlo en el último momento. En cambio, en uno de esos inexplicables ataques de violencia, a quien mata (de una forma horrible, a puñaladas) es a su amante Séverine, como anteriormente estuvo a punto de hacer con Flore, su prima, durante una visita a casa de su tía, en el campo.

    La película se abre con una larga secuencia en que, casi sin diálogo, acompañamos a Lantier y su compañero Pecqueux (un Julien Carette más sobrio de lo habitual) en la conducción de la locomotora, de “Lison” como la ha bautizado Lantier, ella misma personaje esencial del film. Son momentos puramente cinemáticos, de vías, túneles y estaciones, de una gran belleza (con fotografía de Curt Courant, con Claude Renoir como operador).





    Después del asesinato de Grandmorin, que Renoir no nos muestra, la película, deudora de lo que entonces se llamaba “realismo poético”, se centra en la trágica relación amorosa de Lantier y Séverine, primero, y de la insistencia de ella para que maté al marido, como corresponde a toda femme fatale, después. Hay momentos espléndidos, como la noche lluviosa en que la pareja se une carnalmente en un barracón de la estación, acto que Renoir sugiere mediante una leve panorámica que los deja fuera de campo y un corte del plano para regresar al mismo lugar un rato después.



    Preciosa la combinación de luces y sombras y de suelos y ropas mojadas. Otro momento de tensión es cuando Lantier está a punto de matar a Roubaud, pero se echa atrás en el último momento.

    Pero todo ello se ve superado, una vez más (como en el caso de La chienne), por el momento del violento asesinato de Séverine. La expresión de Gabin, como un Lantier de repente enloquecido, es terrorífica, y la violencia de las puñaladas que asesta a la joven, terribles. Y de fondo, en un detalle muy renoiriano, suena la canción que se está cantando en una cercana sala de bailes: “Le petit coeur de Ninon".



    Cometido el crimen, Lantier deambulará por las vías del tren para montarse finalmente en “Lison”. Desde la máquina en marcha, se lanzará a la vía, suicidándose, en otro gesto de violencia desatada.

    Por encima de una historia brillantes, mucho más sombría de lo habitual en Renoir, bellamente contada e ilustrada, hay que destacar la presencia magnética de Simone Simon, impresionante.





    Renoir le dedica una serie de primeros planos (también a Gabin) simplemente maravillosos. Junto a ella, tanto Gabin como Ledoux, e incluso Carette, están muy bien en sus papeles.

    Solo añadiría un par de gotas de vinagre a un film que me parece en su conjunto excelente. Por un lado, la interpretación que el propio Renoir hace del simplón Cabuche, viejo conocido de Séverine, que no se corta a la hora de expresar su alegría por el asesinato de Grandmorin, lo cual lo convierte en principal sospechoso del crimen. Renoir, a la hora de caracterizar al personaje, aporta esas notas de humor excesivo, histriónico, teatral, tan habituales en sus films. Si a menudo sus actores actúan de forma exagerada, sobre todo en las comedias, probablemente ninguno lo es tanto como el propio director (se comenta que Simone Simon lo consideraba un actor malísimo, por lo que se negó a actuar en La règle du jeu, donde Renoir actor tendrá un papel muy importante, como veremos la próxima semana). El otro motivo de queja es la música de Kosma, que a veces se hace excesivamente presente, inunda la banda sonora.

    La edición en BD de Divisa-StudioCanal merece un comentario a parte. La copia del film presenta una buena calidad de imagen y viene acompañada de dos interesantes extras. Por un lado, un documental más ameno de lo habitual en los extras de películas francesas (que suelen consistir en cabezas parlantes, en verborreas mareantes) y, sobre todo, tres escenas alternativas, correspondientes a las tres secuencias más violentas: la paliza que Roubaud le propina a Séverine, en el piso de París; el asesinato de Grandmorin en el tren; y el de Séverine a manos de Lantier. Este último es la más interesante, porque incluye uno de los planos más bellos de la obra de Renoir: una ligera panorámica que recorre el cuerpo sin vida de Séverine hasta encuadrar el rostro inerte, pero con los ojos abiertos, para luego ascender un poco más y encuadrar a Lantier, con un aspecto perturbado (y pertubador). El siguiente plano, en que Lantier sale de la habitación con el cuchillo en la mano y algo en la otra que da la impresión de ser parte de los cabellos de Séverine es terrorífico.



    En el documental incluido en la edición se comenta que este plano fue eliminado de la copia que estrenó a pesar de que Renoir lo consideraba uno de los mejores que realizó en su carrera (y a fe que a mí me lo parece), sin saber explicar el porqué (porque si fue por la censura, se mantiene el de Lantier asestando las puñaladas a Séverine). Lo más curioso es que estas escenas alternativas, de mala calidad de imagen, se presentan solo dobladas al castellano, sin la versión original en francés, lo que me provoca la duda de si una versión que las incluyera se llegó a proyectar o a editar doblada al castellano alguna vez. Misterios del mundo del formato doméstico.

    Acabo recordando una vez más que Lang volvió a la obra de Zola en Human Desire. En este caso, creo que podemos hablar claramente de un remake, porque, aunque con un final diferente, y olvidándose de la herencia genética del personaje de Lantier (que allí se llama Jeff Warren e interpreta Glenn Ford), es notablemente fiel a la película de Renoir. En todo caso, dejo las comparaciones para cuando le toque el turno en el hilo dedicado a revisar los films del vienés.

    Y la semana que viene, ¡por fin!, esa película considerada (por muchos ) como la mejor de Renoir: La règle ju jeu. Veremos qué nos deparará esta nueva revisión.
    tomaszapa, Alex Fletcher y hannaben han agradecido esto.

  22. #447
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    Luego me leo vuestros últimos comentarios pero ahora voy con mi modesta aportación antes de que se me pase el arroz...

    LA GRANDE ILLUSION (1937, LA GRAN ILUSIÓN)



    Director: Jean Renoir.

    Estudio: Les Réalisations d’Art Cinématographique.

    Productores: Albert Pinkovitch y Frank Rollmer.

    Guion y diálogos: Charles Spaak y Jean Renoir.

    Fotografía: Christian Matras, en blanco y negro (1.37:1).

    Decorador: [Eugène] Lourié.

    Música: Joseph Kosma.

    Montaje: Marguerite [Renoir] y Marthe Hughet.

    Reparto: Jean Gabin (Teniente Maréchal), Dita Parlo (Elsa), Pierre Fresnay (Capitán de Boëldieu), Erich von Stroheim (Capitán (luego Comandante) von Rauffesntein) y [Marcel] Dalio (Teniente Rosenthal).

    Duración: 1 h 48 m 50 s. (Copia en DVD editada por StudioCanal en 2009).

    Estreno: 9 de junio de 1937.



    He aprovechado mi visita a la casa de mi ama para celebrar su 88º aniversario (que fue ayer, 11 de febrero) para traerme de vuelta el libro “Vamos a hablar de cine” (1970), de José María García Escudero, más que nada porque en él se incluye el considerado como primer listado “oficial” de las mejores películas de la Historia del Cine.

    Me estoy refiriendo, por supuesto, al que se elaboró durante la celebración de la “Exposición General de primera categoría de Bruselas” de 1958.

    El mismo consta de 12 obras y, como podréis comprobar, la mayoría pertenecen al periodo mudo.

    Son las siguientes:

    01. EL ACORAZADO POTEMKIN (1925), de Eisenstein

    02. LA QUIMERA DEL ORO (1925), de Chaplin

    03. LADRÓN DE BICICLETAS (1948), de De Sica

    04. LA PASIÓN DE JUANA DE ARCO (1928), de Dreyer

    05. LA GRAN ILUSIÓN (1937), de Renoir


    06. AVARICIA (1924), de von Stroheim

    07. INTOLERANCIA (1916), de Griffith

    08. LA MADRE (1926), de Pudovkin

    09. CIUDADANO KANE (1941), de Welles

    10. LA TIERRA (1930), de Dovzhenko

    11. EL ÚLTIMO (1924), de Murnau

    12. EL GABINETE DEL DR. CALIGARI (1920), de Wiene

    Por azares del destino la cinta de Jean Renoir se encuentra justo encima de la de Erich von Stroheim que, como bien sabéis, es uno de los protagonistas de la anterior.

    Dado que la maravillosa película del francés ya ha sido comentada en profundidad por los diversos compañeros que participan en el foro intentaré hacer una aproximación espero que un poco distinta aunque seguramente mucho más epidérmica.

    Lo primero comentar que aunque la frase que da título a la obra no se pronuncia en toda la película sí es cierto que casi al final de la misma, cuando Maréchal (Jean Gabin) y Rosenthal (Marcel Dalio) están a punto de llegar a su destino, la neutral Suiza, se produce el siguiente diálogo:



    MARÉCHAL: Esta guerra tiene que terminar. Algún día lo conseguiremos. Espero que sea la última.

    ROSENTHAL: No te hagas ilusiones.

    - He usado como referencia el doblaje que acompaña a la edición en DVD editada por StudioCanal y Universal en 2009. -

    Evidentemente, el deseo del teniente y por extensión de Jean Renoir no sólo no se vio cumplido sino que tan sólo dos años después el mundo entero asistió a la más monstruosa guerra que jamás haya asolado nuestro planeta.

    De los tres lemas que surgieron durante la Revolución Francesa (1789-1799), “libertad, igualdad, fraternidad” y que (aparentemente) son la espina dorsal del vecino estado, será el 3º (“fraternidad”) el que Renoir desarrolle con mayor profundidad puesto que iguala a ambos bandos, franceses y alemanes, en una visión humanista ciertamente atípica tanto entonces como ahora y que por ello convierte a LA GRAN ILUSIÓN en una de las grandes obras de la Historia del Cine.



    La “libertad” será lo que pierdan no sólo los protagonistas (los citados Maréchal y Rosenthal, además del capitán de Boëldieu (Pierre Fresnay)) sino también sus enemigos, a los que Renoir trata con el mismo respeto que a sus propios compatriotas.



    Y es que la ingrata labor de vigilar a los presos, en lugar de luchar en el frente, como hacen los "verdaderos" soldados, equipara a los captores con su cautivos.

    De hecho, LA GRAN ILUSIÓN no nos cuenta la guerra tal y cómo fue sino como debería haber sido

    … si existiese algo de nobleza en semejante situación…

    Evidentemente esa visión caballeresca del “arte de la guerra” nos puede parecer una auténtica utopía pero ello no invalida para nada, más bien al contrario, el discurso diáfanamente pacifista y humanista que impregna toda la película.

    Curiosamente y aunque todo el mundo indica y con razón, todo sea dicho, la ascendencia de LA GRAN ILUSIÓN sobre la igualmente excelente (y emocionante) LA GRAN EVASIÓN (1963), de John Sturges, a mí más bien me ha traído a la memoria la espeluznante SENDEROS DE GLORIA (1957), de Stanley Kubrick (y Kirk Douglas).

    Quizás porque en ambas otro de los lemas de los que antes hablaba, la “igualdad”, es capital en el devenir de la historia.

    Aunque en ese sentido la cinta de Kubrick es mucho más contundente lo cierto es que sorprende el hecho de que Renoir centrara buena parte de su discurso narrativo en la mayor camaradería (o, por qué no decirlo, amistad) que existe entre los oficiales de mayor rango de cada bando, el mencionado capitán de Boëldieu y el comandante (antes capitán) von Rauffenstein (Erich von Stroheim), que la que se da entre el primero y sus subordinados, por los que parece sentir un cierto desprecio debido a su pertenencia a una clase social inferior.





    Como bien habéis insinuado, un discurso ciertamente viscontiniano.

    De hecho, aunque el capitán participe en todos los intentos de fuga de sus compatriotas siempre deja bien claro que lo hace no tanto por el aprecio que siente por ellos sino por el sentido del deber que es consustancial a él y que llevará hasta sus últimas consecuencias al dar su vida por ellos.



    Durante el visionado de la película no he dejado de pensar que la historia de la misma transcurre en campos de prisioneros para oficiales. ¿Os habéis puesto a pensar cómo serían las condiciones en aquellos otros ocupados por los simples soldados?

    Si tres son los lemas que vertebran la sociedad francesa, tres serán igualmente los escenarios donde acontezca la acción:

    - El campo de prisioneros de Hallbach



    - El campo de prisioneros de Wintersborn



    - La granja en la que vive Elsa (Dita Parlo) y su hija (Little Peters), cerca de la frontera suiza



    En cada uno o varios de los protagonistas perderán algo irreparable.

    En el primero los protagonistas verán cercenadas sus esperanzas:

    - el traslado a un nuevo campo cuando estaban a punto de huir del anterior.

    En el segundo la muerte hará acto de presencia:

    - el sacrificio del capitán de Boëldieu en beneficio de sus dos compatriotas fugados.

    En el tercero la imposibilidad de huir de la realidad:

    - la frustrada (y maravillosa) historia de amor entre Maréchal y Elsa.

    Dos seres unidos por la soledad y a los que ni la nacionalidad ni el idioma impide el que se amen.



    Cada uno de esos tres segmentos tiene su propia personalidad y aunque seguramente el segundo sea el más recordado, por esa amistad “de clase” entre el capitán francés y el comandante alemán y que ambos actores, Fresnay y von Stroheim, elevan hasta las más altas cimas, será precisamente en otra cima, quizás más modesta, aquella en la que vive la viuda alemana y su pequeña, donde Renoir desarrolle una atípica historia de amor en tiempos de entreguerras y que a mí tal vez me emociona todavía más.



    Lo que más admiro del director francés es la extraordinaria facilidad que tiene para hablar de los temas más profundos (la amistad, el amor, el deber, el honor) usando una puesta de escena tan engañosamente simple pero que sólo los directores más grandes han sido capaces de desarrollar.

    Lamento no haber podido acceder a muchas de las copias anteriores del realizador francés pero sólo con dos obras como UN DÍA DE CAMPO (1936/1946) o LA GRAN ILUSIÓN (1937) ya tiene un lugar de honor entre los más grandes de los grandes.

    Pero... nunca es tarde...



    Buenas noches y, buena suerte.

    Última edición por Alcaudón; 13/02/2022 a las 11:59

  23. #448
    gurú Avatar de Alex Fletcher
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    Vista la de Renoir, hoy me pongo con la de Lang, y voy a buscar por el sistema mágico otra versión, en este caso argentina, de la novela de Zola.

    https://www.filmaffinity.com/es/film865749.html



    tomaszapa, mad dog earle y hannaben han agradecido esto.

  24. #449
    Senior Member Avatar de mad dog earle
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    ¡Sesión triple! ¿Primera impresión sobre la de Renoir?
    tomaszapa, Alex Fletcher y hannaben han agradecido esto.

  25. #450
    gurú Avatar de Alex Fletcher
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    Predeterminado Re: Jean Renoir: revisando sus películas

    Cita Iniciado por mad dog earle Ver mensaje
    ¡Sesión triple! ¿Primera impresión sobre la de Renoir?
    Vista sólo la mitad de la de Lang, me dormí por cansancio no por aburrimiento, la de Renoir tiene una cosa que la de Lang parece que no, ese aura de enfermedad mental, psicótica, incontrolable, de Jean Gabin, me seduce mucho más que el mero hecho de asesinar con causa, ya sea por venganza o despecho. El personaje de Jean Gabin no lo hace por amor o por venganza, sino por enfermedad mental y para mi esto, antes de terminar el visionado de la de Lang, es un punto que la da la "victoria segura" a la de Renoir.

    El tercer visionado, no es seguro, tengo que investigar y buscar.

    Se me acumulan tres visionados con en una semana en el ciclo de Bogart. Hoy como he dicho la de Lang, de miércoles a viernes Bogarts Filmen, a ver si hago un hueco a la argentina, y vuelve el sábado Renoir......no tengo días libres!!!! protesto señoría......ahhhh y a ver si puedo ver alguna de Lang para atrapar pronto a las tortuguitas (tocaría Sólo se vive una vez
    tomaszapa, mad dog earle y hannaben han agradecido esto.

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