HITCHCOCK: (...) Volvamos entonces a hablar más en términos de estilo, en el uso de la película y la yuxtaposición de trozos de película. Tenemos dos tipos. Podemos tener trozos de película que se monten juntos para crear una idea, o también trozos de película que se monten juntos para crear una emoción. En la escena de la ducha hubo un montaje emocional de la película, los trozos de la película se combinaron con la intención de crear una emoción.
Igualmente en
Psicosis teníamos una escena en la que el detective subía unas escaleras. Los espectadores sabían de esa manera que alguna amenaza acechaba por ahí. Un monstruo. Así que se puso a subir las escaleras y, al llegar al final, elevé la cámara muy arriba, extremadamente arriba. Para que se convirtiera en una figura muy pequeña. Y aparece la figura de la mujer, muy pequeña, abalanzándose hacia él con un cuchillo. Y el cuchillo sale, todavía desde arriba, y, cuando el cuchillo empieza a descender, corto a un primer plano del hombre. Y el cuchillo va directo hacia la cara, y a partir de ahí se cae.
Con respecto a la razón de elevarse tanto – aquí estamos hablando de la yuxtaposición del tamaño de la imagen. Así que el primer plano cogió desprevenidos a los espectadores, tanto como al propio hombre también. Su sorpresa se expresa a través del tamaño de la imagen. Pero dicho tamaño no habría causado el énfasis deseado de no haberlo dejado preparado a través de la elevación.
En términos musicales, la elevación de la cámara equivaldría al trémolo de los violines y de repente el viento-metal que hace ¡GRRR!, al tiempo que aparece el primer plano expresando el estupor en su cara. Yuxtaponer trozos de película para crear una emoción sería eso. Luego tenemos el otro tipo, el de los trozos de películas que crean ideas:
La ventana indiscreta, una película muy cinematográfica (…)